Capítulo 11
Watersday, 11 de Messis
Monty
se puso tenso mientras escuchaba la voz de Pete.
—Estamos
rumbo a Desembarco del Ferry para comer en Hamburguesas
a Reventar. Un gusto para los niños. Henry Beargard dijo que no habría objeciones
a que fuéramos allí. ¿Está bien si llevamos a Lizzy?
—No
tengo problema si ella quiere ir. —No se le escapaba el porque él no fue
incluido en la invitación.
—Mejor
si viene con nosotros. —Una advertencia, cuidadosamente expresada.
Monty
miró a Kowalski, que estaba hablando por su teléfono móvil, con la cara marcada
en líneas duras.
—Volveremos
antes de ir a dormir, —dijo Pete.
Traducción:
cualquier problema en el Courtyard se resolvería entonces, de una manera u
otra.
Kowalski
terminó su llamada al mismo tiempo que Monty colgaba y Burke se acercó al
escritorio de Monty.
—Puede
que no sea la mejor noche para cenar en el Courtyard, —dijo Monty en voz baja—.
Parece que hay algunos problemas.
Burke
sonrió.
—Debería
ser interesante.
—"Interesante"
no es la palabra que se le ajuste, — murmuró Kowalski mientras él y Monty
aceptaban un paseo del Capitán.
Burke
entró en el estacionamiento para clientes en lugar de ir al Courtyard y aparcar
en el estacionamiento de empleados. La puerta de madera entre los dos lotes
usualmente estaba desbloqueada mientras las tiendas estaban abiertas,
permitiendo a los inquilinos un fácil acceso a la Plaza Comercial.
Desbloqueada
no significaba sin custodia, pero la puerta por lo general no era custodiada
por un Lobo en forma humana; y ciertamente no por Simon Wolfgard. Pero era él
quien los esperaba cuando Burke aparcó el coche.
Los
tres hombres salieron. Burke caminó junto a él. Kowalski se quedó un par de
pasos atrás. Mirándoles de espaldas ¿o distanciándose porque sabía más de lo
que había dicho sobre lo que estaba pasando aquí?
—Teniente,
—dijo Simon.
Apenas
miró y saludó a Burke antes de que el Lobo se concentrara en él otra vez.
— ¿Hay
algún problema? —preguntó Monty, manteniendo la voz tranquila con dificultad.
Lizzy estaba con Eva y Pete. Fuera del camino. Segura. Pero ¿qué pasaba con los
otros niños? ¿Qué pasa con su madre y su hermana?
Simon
se acercó a él y descubrió sus dientes, revelando colmillos de tamaño del Lobo.
—Si
alguien ayuda a la Sierra a alimentar a sus cachorras esta noche, esas
cachorras se habrán ido por la mañana. Y "alguien" te incluye,
Teniente. Especialmente a ti.
Atónito,
Monty no dijo nada cuando Simon se alejó. Se volvió hacia Kowalski.
— ¿Que
sabes?
—Nadine
enseñó a los Terráneos que trabajan en La
Carne no es Verde cómo hacer lasaña. Plato especial. Muchos ingredientes.
Cantidad limitada. Parte de la lasaña se vendía en la carnicería en bandejas
que contenían cuatro porciones. El resto se sirve esta noche en La Carne no es Verde. Lo sé porque
Ruthie me dijo que estábamos dividiendo una bandeja con Merri y Michael. El
límite semanal de veinticuatro onzas por persona en la carne comprada en el
Courtyard está ahora en vigor, y la carne en cada pieza de lasaña contó en ese
límite. —Kowalski agitó una mano hacia la puerta que Simon había dejado
abierta—. ¿Eso? Es algo que tiene que ver con Sierra mintiéndole a Boone
Hawkgard cuando intentó comprar una segunda bandeja de lasaña.
Dioses.
Bueno, él podía adivinar por qué había tratado de comprar más que su parte de
una comida limitada.
—Hablaré
con ella.
—Quizá
debería hablar primero con su madre, —sugirió Burke, inclinando la cabeza para
señalar a la mujer que estaba parada en el otro extremo del estacionamiento de
empleados, observándolos—. Ella está aquí.
—Se volvió hacia Kowalski—. Y usted está fuera de servicio, oficial.
Kowalski
miró a Monty, luego a Burke.
— ¿Está
seguro, señor?
—Estoy
seguro, —respondió Burke.
Kowalski
se acercó a la luz en la esquina para cruzar la calle en vez de intentar
esquivar el tráfico en la Avenida Crowfield.
—Perdóneme,
—murmuró Monty, dejando a Burke para unirse a su madre.
Twyla
no dijo nada, sólo caminó por los garajes que formaban un lado de la zona
abierta detrás de algunas de las tiendas y lo condujo a las escaleras traseras
de los monoambientes. Se detuvo al pie de la escalera.
—Podemos
subir si sientes la necesidad, —dijo Twyla.
—Pero
tú no. — Su padre le había enseñado muchas cosas, pero su madre le enseñó el
valor de la cortesía. Le enseñó a respetar los sentimientos de los demás. Y sus
dos padres le enseñaron a defenderse sin golpear a alguien más. ¿Ella alguna
vez chasqueteo a sus hijos cuando la empujaron demasiado o la molestaron
demasiado? Por supuesto. Cada padre lo hacía de vez en cuando. Pero la
verdadera cólera era rara, incluso para con Jimmy, y eso era lo que Monty veía
en ella ahora.
—Es
fácil decir que estamos ayudando a Sierra para ayudar a las chicas, —dijo
Twyla.
—Es
fácil porque es verdad, —respondió Monty en voz baja.
—No
esta vez, Crispin. Ayudándola a seguir así... Eso se llama habilitación, ¿no?
Casi
le hizo una broma sobre leer revistas de psicología, pero no estaba de humor ni
con la cabeza en las bromas.
— ¿Que
quieres que haga?
—El
señor Simon está haciendo lo que se necesita hacer, haciendo lo que le pedí que
hiciera. Así que quiero que lo apoyes.
Monty
soltó el aliento en un largo suspiro.
—Quizá
no debería haber animado a Sissy a venir contigo.
— ¿Qué
podía haber hecho en Toland sola con dos pequeñas niñas, sobre todo después de la
tormenta? No, Crispin. Estuviste bien con ella y conmigo al ayudarnos a venir a
Lakeside. Ahora dale a tu hermana un tipo de ayuda que es más difícil de dar.
Besó
la mejilla de su madre.
—Los
Denby han llevado a Lizzy con ellos a Desembarco del Ferry ¿Quieres cenar
conmigo en La Carne no es Verde?
Quería
regresar a casa y cambiarse de ropa, pero no quería ser interceptado por Sissy,
y ciertamente no quería hablar con Jimmy, que de alguna manera estaba en el
centro de este lío.
Consiguió
sólo la mitad de lo que quería, porque Sissy estaba en la Plaza Comercial
frente a Simon.
— ¡Es
sólo una estúpida bandeja de lasaña! —Gritó Sissy.
—Es
comida, —replicó Simon. Ya tomaste tu parte. No tienes más. No en el Courtyard.
— ¡Pero
mis hijas tienen hambre!
—
¡Entonces ve a una tienda humana y compra comida allí!
—No
puedo permitirme comprar otra comida esta noche, ¡no con lo que me pagas!
—Eso
fue innecesario, —susurró Twyla, sacudiendo la cabeza—. La chica no debería
estar hablando así cuando sabe que es su culpa.
—No te
gusta lo que pagamos, entonces encuentra otro trabajo, —gruñó Simon, mostrando
los colmillos.
Monty
escudriñó la multitud reunida alrededor de Sissy y Simon. La mayoría de las
mujeres que trabajaban en el Courtyard estaban presentes, excepto Katherine
Debany y Elizabeth Bennefeld, la terapeuta de masajes. Entre las mujeres
Terráneas estaban Tess, cuyo pelo estaba rojo y encrespado, Nyx Sanguinati...Y
Fuego, que miraba a su hermana con una intensidad espantosa.
Simon
empezó a alejarse, llevando una de las bolsas transportadoras de Un Pequeño Bocado.
—
¡Espero que te ahogues con esa comida! —Gritó Sissy.
Un
extraño y terrible silencio llenó de repente la Plaza Comercial.
Simon
se volvió hacia ella. Por un momento, el Lobo parecía asustado, pero Monty no
podía decir si el miedo era por él o por Sissy.
—Estás
despedida, —dijo Simon—. Encuentra un trabajo entre los humanos.
—Lo secundo,
—dijo Vlad, saliendo de entre la gente.
—Estoy
de acuerdo, — Henry retumbó, también dando un paso adelante.
—Sí,
—siseó Tess.
Simon
se alejó. Los Otros se apartaron de él.
Dioses, Sissy, pensó Monty.
Sus palabras fueron estúpidas e infantiles bajo las mejores condiciones. Un
jefe humano la habría despedido también. No valoraba lo afortunada que era de
que Simon no hiciera más que eso.
Monty
tocó el hombro de su madre.
—Llevaré
a Sissy de vuelta a su casa. ¿Por qué no vas a La Carne no es Verde? Me reuniré contigo tan pronto como pueda.
Twyla
sacudió la cabeza.
—Voy a
sentarme en la biblioteca un poco. Necesito un poco de tiempo para pensar.
No
quería dejarla sola. Ver a Sissy lastimarse así, fue difícil para ella también.
Pero cuando miró más allá de su madre, vio a Elliot Wolfgard, quien lo miró a
los ojos y asintió.
Twyla ahora
era parte de la manada de los Wolfgard. Los Lobos la cuidarían.
Monty
se dirigió apresuradamente a donde estaba Sierra llorando, una niña sola en el
patio de recreo, incapaz -o poco dispuesta- a hacer algo para ayudarse a sí
misma.
—Vamos,
Sissy. —Monty puso su brazo alrededor de sus hombros—. Te llevaré a casa.
La
Sanguinati en guardia les dirigió una mirada curiosa, pero no dijo nada
mientras Monty llevaba a su hermana arriba a su apartamento. Las chicas estaban
en casa, sin supervisión, lo que produjo un parpadeo de molestia hasta que se
dio cuenta de que los Otros no verían nada extraño acerca de dejar a las
jóvenes solas en la guarida cuando había adultos cerca.
—
¿Mamá? —preguntó Carrie cuando entraron.
—Juega
en silencio un rato, —dijo Monty, llevando a Sissy a su dormitorio. Cerró la
puerta y se sentó en la cama a su lado. Luego tomó la caja de pañuelos de papel
de la mesita de noche y se la entregó, dejándola llorar hasta que estuviera
lista para hablar con él.
—CJ,
—empezó, mirándolo con esos ojos que siempre derretían su corazón—. CJ, era
sólo una estúpida bandeja de lasaña. Había muchas. Sólo están siendo malos.
Sacudió
la cabeza.
—Una
porción por persona. No es algo irrazonable.
—Pero
mis chicas no van a tener nada que comer. No tengo ni siquiera un vaso lleno de
leche para dividir entre ellas.
—Tendrán
hambre, —dijo con simpatía—. Mañana puedes comprar más comida. —Tal vez. No
estaba seguro de lo que estaría abierto en Earthday a excepción de Un Pequeño Bocado—. No puedo darte comida
esta noche, Sissy.
—Podrías
darme la llave de tu casa, y yo podría escabullirme y recoger algunas cosas de
la nevera y los armarios. —Ella le dedicó una sonrisa temblorosa—. No tomaría
mucho, CJ. Lo suficiente para las chicas.
—No
puedo hacer eso. Si te ayudo, los Otros se llevarán a las niñas. —Si él la
ayudaba después de que Simon le advirtiera de que no lo hiciera, ¿los Terráneos
le diría siquiera dónde trasladarían a las niñas?—. No es un farol, Sissy. Tú
actúas como si lo fuera, pero ellos hablan en serio.
—CJ...
Dioses,
esto lo estaba matando. ¿Hacer un sándwich para las chicas realmente sería
tan malo? Si estuviera tratando con otros humanos, tal vez no. Pero los
Otros no lo verían así.
—No
puedo ayudarte.
—No me
ayudarás. —Sissy se apartó de él—. Porque en realidad no soy tu familia.
Monty
la miró fijamente.
— ¿Qué
significa eso? ¿Esa es otra de las mierdas de Jimmy?
—No es
una mierda si es verdad.
—Para
una joven inteligente a la que le fue muy bien en la escuela, te lo juro,
Sissy, a veces puedes ser estúpida. —Cuando trató de abrazarla, se levantó,
poniendo la mayor distancia posible entre ellos.
Suspirando,
Monty se puso de pie.
—Mira,
todavía tengo un apartamento de un dormitorio cerca de la calle Principal. Esa
zona de la ciudad ha tenido algunos problemas, pero tú y las chicas pueden
quedarse allí unos días si quieres alejarte de Jimmy mientras él está en
Lakeside. —Había planeado hablar con la casera para disolver el contrato de
arrendamiento, para liberarse de ese gasto. No creía que ella lo mantuviera en
su precio, ya que las rentas se habían duplicado en las últimas semanas con la
afluencia de personas que buscaban trabajo en una ciudad controlada por
humanos. Pero si Sissy quería hacerse cargo del arrendamiento, hablaría con la
casera para pagar la diferencia en el uso del agua para tres personas en lugar
de una.
—Me
ocuparé de mí y de mis chicas. No necesito tu ayuda.
La
amargura de su voz le picó.
—Te
veré por la mañana.
Ella
no respondió, así que salió, sonriendo a Carrie y a Bonnie mientras se
marchaba. Se detuvo en su apartamento el tiempo suficiente para ponerse ropa
casual y recoger su correo. Volviendo al Courtyard para cenar con su madre,
pensó en Sierra, no como un hermano mayor, sino como un policía. Si hubiera
hecho eso antes, ¿habría visto las señales de problemas cuando vivían en
Toland? Bueno, él había visto bastantes señales, pero ¿habría actuado en
consecuencia?
Pensó
en Sierra como una mujer joven con su primer trabajo, luchando para pagar el
alquiler en una pequeña caja como apartamento, pero orgullosa de tener su
propio lugar. Excepto... ¿Su lucha por salir adelante económicamente era porque
su trabajo no pagaba lo suficiente?, eso era lo que ella le decía cuando se
reunían para un almuerzo, ¿o era porque Jimmy le caía cada pocas semanas,
apretándola para conseguir dinero? Y más tarde, cuando el hombre con quien tuvo
a sus hijas se fue para siempre, ¿aceptó las excusas de los trabajos perdidos o
las notificaciones finales de los servicios porque realmente la creía o porque
su vida con Elayne y criar a su propia niña era su propia excusa para no hacer
preguntas difíciles?
Y
ahora había llegado a esto: Sissy se sentía traicionada, sintiéndose como una
extraña, porque su familia la amaba lo suficiente como para no ayudarla a
seguir por ese camino.
*****
Meg se
quitó las sandalias y se frotó la pantorrilla con la parte inferior de su pie
para tratar de aliviar la sensación de alfileres y agujas.
—No
estás comiendo, —gruñó Simon—, y tienes picazón.
Había
comido lo suficiente para no sentirse vacía, pero no estaba disfrutando de la
comida.
—Estoy
enojada con Sierra por arruinar la buena cena que íbamos a tener, y me siento
mal por sentirme así.
— ¿Por
qué? Toda la manada femenina se siente de esa manera. — Simon inclinó la
cabeza—. ¿Quieres morder a la Sierra?
— ¡Sí!
Estrechó
los ojos y se echó hacia atrás un poco, como si le preocupara que pudiera
morderlo, y eso la hizo sonreír.
—No de
verdad, —aclaró. Luego apretó las manos. Durante las últimas dos semanas, había
guardado la navaja en un cajón cuando llegaba a casa. Eso hacía que fuera fácil
encontrarla si realmente necesitaba cortarse para ver una profecía, pero ya no
la llevaba consigo todo el tiempo. En ese momento, sentada en la sala de verano
con Simon, la navaja se sentía demasiado lejos. Y sin embargo, realmente no
quería hacerse un corte. No por Sierra.
—Vlad
todavía está en la Plaza Comercial, —dijo Simon—. También Henry y Tess.
¿Quieres que traigan la caja de cartas
proféticas?
Ella
pensó por un momento, luego negó con la cabeza.
Pero,
¿qué pasaría si algo malo ocurriera, algo que su advertencia podría detener?
¿Qué
pasaba si ese algo era en realidad una cosa buena?
—Creo
que algo va a pasar esta noche, —dijo Meg.
Simon
tomó un bocado de su sándwich y la estudió mientras levantaba su pierna y se
frotaba la pantorrilla, tratando de aliviar la picazón.
—Blair
y yo regresaremos a la Plaza Comercial y vigilaremos, —dijo finalmente—. Nada
malo le pasará a la Sierra y a sus cachorras.
Las
agujas se desvanecieron. Sus palabras aunque vagas, en apariencia, fueron
suficientes. ¿O se desvaneció la picazón porque Simon prometió vigilar?
¿Qué
significaba para sí misma, para las otras profetas de la sangre, el que una
vaga advertencia a veces podía ser suficiente porque alguien realmente
escuchaba?
Simon
tomó su sándwich y lo sostuvo frente a su boca.
—Si
vas a morder algo, muerde esto.
Ella
lo hizo. Y debido a que sus dientes rasparon uno de sus dedos cuando mordió,
tuvo que sostener su propio bocadillo el resto de la cena.
*****
En
forma de Lobo, Simon trotó de regreso a la Plaza Comercial. Allison Owlgard,
Vlad, Blair y Elliot ya estaban en posición, custodiando el apartamento de la
Sierra y el área alrededor del edificio. Si Meg no hubiera tenido picazón,
ninguno de ellos habría estado allí mirando a una humana que no les gustaba.
Los
Lobos eran muy conscientes del extraño silencio que llenó la Plaza Comercial
desde que la Sierra lo desafió. ¿Los Antiguos
habían comprendido que despedirla era una manera humana de afirmar su dominio
como líder del Courtyard? Tal vez debería decirles para asegurarse de que
entendieran este tipo de dominio, ya que podrían verlo en otros lugares donde
vivían humanos.
«
¿Pasó algo?» preguntó cuando se unió a Blair y Elliot en las sombras del
estacionamiento para cliente.
«Montgomery
todavía está despierto y sentado en el porche,» informó Blair. «Vlad dijo que
la Sierra también está despierta. Ese Cyrus y su pareja no han salido de su
guarida esta noche. Hace un rato, estaban peleando o acurrucándose -no supo
bien qué-, pero ahora no hay ningún sonido que provenga de ellos.»
« ¿Simon?»
« ¿Jester?»
Se suponía que el Coyote estaría en el Complejo Verde, durmiendo en su propia
guarida.
«Las
chicas del lago quieren saber por qué le pediste a Nyx que cuidara de Meg esta
noche.»
Una
brisa repentinamente le revolvió el pelo. Blair y Elliot lo miraron con
sorpresa.
«Prometí
a Meg que vigilaríamos a la Sierra esta noche, pero ella se estaba rascando y
no quería que estuviera sola,» le dijo a Jester.
«Ah.
Puedo dormir en el porche de Meg.»
Con
todas las ventanas abiertas para dejar entrar el aire fresco de la noche,
Jester podría oír si Meg se levantaba en la noche, o abría un cajón de la
cómoda. Daría la alarma a Nyx, si ella no entendía el significado de ese
sonido.
«Gracias.»
Nada
más que hacer, así que Simon y los demás se establecieron para vigilar.
*****
Poco
después del amanecer, antes de que la mayoría de los humanos estuvieran
despiertos, un taxi se detuvo frente al edificio de apartamentos de piedra.
Los
Lobos y los Sanguinati observaron a la Sierra llevar el equipaje a la acera,
observaron al taxista cargar silenciosamente las maletas en el maletero. La
vieron llevar a sus cachorras al taxi y meterlas en el asiento trasero. La
vieron volver al edificio el tiempo suficiente para cerrar la puerta exterior
en silencio.
Vieron
el taxi alejarse.
«
¿Puedes seguirla, averiguar dónde va?» Simon le preguntó a Aire cuando le agitó
su pelaje.
« ¿Por
qué?»
«Así
puedo decirle a Meg lo que le pasó a la Sierra. Así ella sabrá por qué tenía
picazón.» Y para decirle a Montgomery y a la señora Twyla, pero eso no sería
importante para los Elementales.
«La
seguiré»
Las
luces estaban encendidas en la guarida de Nadine. En pocos minutos, iría a Un Pequeño Bocado para comenzar su
horneado.
Kowalski
salió al porche de la casa de dos familias al otro lado de la calle, bostezando
y frotándose la cabeza, pero mirando a su alrededor de una manera que hizo que
Simon pensara que el humano no estaba tan adormecido como aparecía. ¿Había oído
Kowalski el taxi y salió a investigar? ¿O hacía eso cada mañana?
Kowalski
vio a los Lobos que lo observaban y se congeló. Después de un momento, levantó
una mano para saludar.
Simon
alzó una pata delantera en reconocimiento pero no añadió un arroo amigable. No
había razón para despertar a todos aún.
Vlad,
en forma de humo, corrió a través de la Avenida Crowfield y se unió a los Lobos.
«Montgomery
está despierto,» dijo.
Voces
tranquilas en el monoambiente de la señora Twyla. Simon se acercó al borde del
aparcamiento y ladeó la cabeza. Radio. Tal vez la televisión. ¡Ah! Reporte del
clima. Como si un humano supiera más sobre el clima que las chicas del lago.
Era
hora de ir a casa y tomar una siesta rápida. Tenía la sensación de que ese día
habría muchos aullidos de los humanos.
Estimado Douglas:
Aquí en Brittania, las
cosas van como de costumbre, que, para nosotros los humanos, se siente
surrealista. Los barcos de pesca salen y traen una captura. Los cazadores
comercian algunos bienes con el fin de entrar en el país salvaje y traer de
vuelta un ciervo o dos para vender en el mercado. Si bien no estamos recibiendo
las mismas cantidades de alimentos de Thaisia, los barcos llegan a nuestros puertos
con la carga necesaria, el manifiesto lleva la firma y el sello del capitán de
puerto que supervisa el punto de origen, así como la firma del Terráneo
asignado para aprobar cualquier envío de alimentos. Incluso recibimos envíos de
los territorios humanos en Afrikah y Felidae, así como mercancías de
Tokhar-Chin. Nadie menciona al Bloque Romano. Es como que hubiera un gran
agujero en el mundo al que todos rodeamos, ya que se llena y toma una forma
diferente.
Algunos refugiados del
Bloque Romano han llegado a pueblos costeros en el continente, lugares humanos
que se establecieron en el país salvaje fuera de la Alianza de Naciones y se
les ha permitido existir por generaciones. Los refugiados llaman a la guerra “La Destrucción del Bloque Romano y la Alianza
de Naciones”. Los Otros con los que he hablado la llaman "La frustrada invasión humana del país
salvaje”. Una verdad vista a través de miradas diferentes. Los invasores no
sólo se detuvieron; quedaron tan incapacitados que no tuvieron tiempo para nada
más que sobrevivir.
Si bien eso es cierto en
las ciudades industriales que fabricaban las armas de guerra, las aldeas
campesinas, especialmente aquellas a lo largo de la frontera original entre el
Bloque Romano y el país salvaje, celebraron el regreso de la mayoría de sus
hijos y viven como vivieron antes de la guerra. Hay más recelo, más
preocupación por provocar un ataque, pero lo mismo puede decirse de la gente de
Britania que trata con los Otros.
Recientemente me encontré
con un Terráneo que se considera un historiador y erudito. No puedo decirte qué
tipo es porque sólo lo vi en su forma humana y no ofreció un nombre que
indicara su forma o gard. Me mostró un mapa que afirmaba que tiene quinientos
años. El mapa mostraba lugares humanos de los que nunca escuche hablar, lugares
que alguna vez fueron grandes civilizaciones, hasta que los humanos se
olvidaron de que el mundo no era suyo. Me dijo que aún quedan restos de esas
civilizaciones, con estatuas que eran grandes obras de arte sentadas en pastos.
Las personas sobrevivientes viven en comunidades aisladas en la tierra que no
fue reclamada por el país salvaje, reuniéndose para las celebraciones
importantes que proporcionan una oportunidad de negociar mercancías y de
arreglar matrimonios. Ellos viven simplemente, y pocos humanos en otras partes
del mundo siquiera saben de su existencia.
Creo que me mostró el
mapa para que comprendiera que la tierra que alguna vez fue la mayor área
controlada por humanos en el mundo, se ha ido para siempre. Las personas que
aún viven en el Bloque Romano se adaptarán a un modo de vida más simple o se
desvanecerán como muchos lo hicieron antes.
Todo sigue como de
costumbre, pero nada será igual. Creo que tú, mejor que yo, lo entiende.
Shady
Wuou!!!!! Gracias chicas....estoy de los nervios, que ingrata "la sierra". Como sufren todos!
ResponderEliminarCorrección (la forma correcta entre corchetes):
ResponderEliminar"« ¿Pasó algo?» preguntó cuando se unió a Blair y Elliot en las sombras del estacionamiento para cliente [clientes]"
Corrección:
ResponderEliminar"—No tengo problema si ella quiere ir. —No se le escapaba el porque [porqué] él no fue incluido en la invitación."
Corrección:
ResponderEliminar"Atónito, Monty no dijo nada cuando Simon se alejó. Se volvió hacia Kowalski.
— ¿Que [Qué] sabes?"
Corrección:
ResponderEliminar"— ¿Que [Qué] quieres que haga?"
Un trabajo excelente, chicas. Muchísimas gracias.
ResponderEliminarGracias a ti, que nos vienes dando una mano muy grande con la corrección, nos estas ahorrando mucho trabajo.
EliminarGracias nuevamene
Por fin, Sierra se fue tal vez sola madure y logre cortar su dependencia de Cyrus gracias chicas¡¡¡
ResponderEliminarPregunta edad tienen Monty, Jimmy y Sissy??
ResponderEliminarMionty se sabe que esta cerca de los 40 años, y él es el mayor
EliminarNoo...como se va a ir asi...es peor q una niña >:( encima le grito a Simon y arruino la comida de todos...
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