Capítulo
12
Firesday
8 de Juin
Simon le
tendió una carta cuando Vlad entró en el despacho de ABL.
—Lee esto.
Vlad tomó la
carta y miró la firma.
—Es de Jean.
—Sí. Ella me
lo envió. Léelo.
Mientras Vlad
leía la carta, Simon leyó el correo electrónico de Joe. La boca se le hizo agua
al pensar en que iba a probar bisontes de nuevo, incluso si la carne no estaba
recién salida de la pezuña. Realmente esperaba que a Meg le gustara.
Se quedó
mirando el monitor de la computadora. No estaba seguro de cuánto cultivo - o
qué cultivo- se debía considerar para la Comunidad River Road, un emprendimiento del Courtyard de Lakeside y
de los Intuyes de Desembarco del Ferry. Claro, la tierra alrededor del lago Etu
no era como el prado que se encontraba en el Medio Oeste, pero había hierba. Y
él no estaba pensando en una manada de bisontes. Sólo unos pocos en River Road,
unos pocos en el Courtyard. Carne sustancial. Sumado a los ciervos que ya
estaban en el Courtyard, no habría suficiente pasto para alimentar a un puñado
de bisonte. ¿Habría? Por supuesto, sería más seguro encargar bisontes pequeños
y dejarlos crecer hasta traerlos aquí. Así tendrían que ser alimentados por un
par de años antes de que alcanzaran un tamaño suficiente para ser alimento para
todos los carnívoros que vivían ahí. Aunque, un solo bisonte alimentaría a
todos ellos por varios días.
Algo sobre lo
que pensar.
Vlad se hundió
en la silla al otro lado de la mesa.
—Cuando se te
dijo que consideraras cuánto de lo humano mantendrían los Terráneos, pensamos
que se referían a lo que los humanos hacen. Pero esta profecía suena como que
algo va a suceder que hará que muchas de las ciudades humanas en Thaisia
desaparezcan.
—Lo sé. —
Simon dejó a un lado la feliz distracción de los bisontes frescos—. Pero
Lakeside e Isla Grande sobrevivirán.
—La profecía
no es una garantía de futuro.
No, no era una
garantía. Las elecciones podrían cambiar el resultado del futuro.
Vlad dejó la
carta sobre la mesa.
—Me gustaría
mostrarle la carta al abuelo Erebus y Stavros. Blair lo va a recoger a la
estación. Tolya vino con él desde Toland y viajará con Nyx a Pradera de Oro.
Van a hacer la entrega de los libros a Jesse Walker y Shelley Bookman, y que
van a hablar con Joe Wolfgard.
—No tenías que
haber mermado tanto nuestro stock, — se quejó Simon.
—Ya está hecho
el pedido. Todavía tenemos un montón de libros disponibles para que los Lobos
de Addirondack experimenten las compras en una librería. Además, envié a Jesse
Walker el resto de los libros de besos que no podíamos enviar a alguien más—.
Vlad le dio una larga mirada—. El inventario no cuadraba con los libros que
quedaban. No sabes lo que pasó con el resto, ¿verdad?
—Eh. Bueno. No
quería deshacerme de todos en caso de que Meg quisiera leer ese tipo de
historias. No ahora, pero en algún momento.
—Creo que
sería inteligente preguntarle a un varón humano si esa es la forma en que las
hembras humanas responden típicamente al apareamiento antes de asumir que una
novela proporciona información útil.
Por supuesto.
Algo en el pasado había asustado a Meg en el compuesto, por lo que un varón
humano desnudo era todavía una confusión para ella. Pero eso no significaba que
no entraría en temporada y querría algún día a una pareja. No había razón para
no ganar un poco de comprensión de lo que haría a un macho más atractivo que
otro cuando una mujer quería hacer algo más que dar un paseo de una noche en el
lado salvaje.
—¿Por qué
Stavros viene aquí? — Preguntó Simon, cambiando de tema.
Otra larga
mirada de Vlad.
—Él tiene
cosas que discutir con el abuelo y la Asociación Empresarial.
*****
Había sido el
líder del Courtyard de Lakeside durante varios años, pero hasta esta noche,
Simon nunca había puesto una pata dentro de las Cámaras, la parte del Courtyard
donde los Sanguinati residían. Muchas de las presas hacían uso de la tierra y
el agua, ciervos, patos, gansos y pavos salvajes. Los Halcones, Cuervos y Búhos
podían volar sobre esa parte del Courtyard, pero volar sobre esa parte era todo
lo que hacían.
Meg fue la
primera en recibir el permiso para entrar en las Cámaras, para caminar hasta la
puerta de la casa de Erebus Sanguinati a dejar un paquete. Debido a Meg, el
sobrino de Simon, Sam, estuvo dentro de las Cámaras, protegido por Erebus
mientras que Meg conducía al enemigo lejos del cachorro, un acto de valentía
que casi la mató.
Se dirigieron
hasta una de las puertas de las cercas negras ornamentadas. Simon, Elliot,
Tess, y Henry bajaron de la camioneta y esperaron junto a la puerta. La luna
llena estaba disminuyendo, pero para los ojos de un Lobo, era suficiente luz
para ver el humo que fluía hacia ellos. Cuatro de los Sanguinati se trasladaron
a cada lado de la puerta. Sólo Vlad cambió a su forma humana. Él abrió la
puerta, una invitación silenciosa.
El pelo verde
de Tess se enrolló con más fuerza, una señal de que se sentía incómoda.
Supongo que eso significa que incluso una Cosechadora[1]
no puede sobrevivir a una pelea con muchos Sanguinati, Simon pensó
mientras seguía a Vlad abajo de una trayectoria curva y a través de una
pasarela a un pabellón protegido de la vista por los árboles de los
alrededores.
Stavros
Sanguinati, solucionador de problemas del Courtyard de Toland, ya estaba dentro
con Erebus Sanguinati.
—Bienvenidos,
—dijo Erebus—. Tomen asiento. Pónganse cómodos. Tenemos un refresco para
ofrecerles. ¿Vladimir?
«¿Podemos
rechazar el refresco?» Elliot preguntó a Simon.
«No» — Estar
allí no tenía precedente alguno. Consumirían lo que les ofreciesen.
—A ninguno de
nosotros nos gusta las gaseosas que a los humanos les gusta, así que he traído
botellas de zumo de manzana e hice una jarra de limonada, — dijo Vlad.
—¿Sabes cómo
hacer limonada? — Preguntó Tess, mirando la jarra.
—Después de
soportar un intenso debate entre Merri Lee y Ruthie sobre cuántos limones y la
cantidad de azúcar que le da a la limonada un mejor sabor, no puedo decir que
sé cómo hacerla, solo que he seguido las instrucciones que finalmente recibí.
Tess se rió.
—Voy a probar
un poco.
—Claro, — dijo
Simon.
Vlad sirvió
vasos para todos ellos. Erebus y Stavros tomaron un sorbo de compromiso y
dejaron sus vasos a un lado. Lo mismo Henry. Pero Tess parecía disfrutar de la
limonada, y si bien no podía sustituir el buen gusto del agua, Simon decidió
que era tolerable y algo que bebería si Meg decidiera hacerlo.
—Stavros tiene
cosas que contarnos, — dijo Erebus.
—¿Sobre los
Sanguinati? — Preguntó Simon. No podía pensar en ninguna otra razón por la que
se reunirán dentro de las Cámaras, a menos que Stavros quisiera estar seguro de
que nadie podría oír lo que tenía que decir.
—Acerca de
muchas cosas, pero, sí, sobre los Sanguinati y el Courtyard de Toland, —
respondió Stavros.
—¿Y la policía
Toland? — Scaffoldon, un capitán de la policía de la Unidad de Investigación de Delitos de Toland, desapareció poco
después del asesinato de la madre de Lizzy, Elayne. La madre de Elayne también
desapareció casi al mismo tiempo.
El Teniente
Montgomery sin embargo, ¿comprendería que Stavros era la razón de que los
humanos que significaban una amenaza para su hija ya no eran una amenaza?
—No son de
nuestra preocupación. — Stavros hizo un gesto desdeñoso con una mano—. No ha
habido informes en la radio o la televisión sobre bisontes acribillados. Lo cual no es
sorprendente; Tal cosa no es de interés para los humanos, especialmente en una
ciudad en la costa este. Algunas de las tiendas y comercios de Toland, en
particular las que hacen negocios con nuestro Courtyard, fueron blanco de
vándalos, al igual que algunos lugares que fueron atacados aquí. Ventanas
rotas, paredes pintadas y falta de vidrio. Las tiendas que mostraban un
logo de HPU al día siguiente, no tuvieron dificultad para encontrar vidrio de
reemplazo o para reparar. Los dueños de tiendas que se negaron a doblegarse no
les está yendo muy bien.
—La impresión
que me quedó después de hablar con algunos de los funcionarios del gobierno de
Lakeside, es que esta dificultad es la misma en todas partes, — dijo Elliot.
Stavros
asintió.
—Tolya y yo
hemos estado monitoreando la televisión y las noticias de radio, así como el
periódico humano. Nicholas Scratch ha mantenido un extraño silencio sobre el
vandalismo. No ha hecho ningún discurso sobre el tema ni ha hablado con la
prensa. Esto es curioso porque él ha expresado opiniones sobre todo lo demás
que conecta a un grupo de humanos con cualquiera de los Terráneos.
—No es tan
curioso si sabe que el movimiento Humanos Primeros y Últimos está detrás del
vandalismo, — dijo Elliot—. ¿Tal vez se fue de Toland?
—No, él
todavía está allí, y todavía se reúne con los miembros de HPU. — Stavros tomó
un sorbo de limonada, y luego dejó el vaso de nuevo—. Ya he hablado de esto con
el abuelo, y se ha decidido que vamos a abandonar el Courtyard de Toland.
Simon se puso
rígido, mientras que Elliot, Henry, y Tess protestaron sin palabras.
—¿Los humanos
los están expulsando? — preguntó, sorprendido.
—No los
humanos, — respondió Erebus—. Pero Toland es una ciudad llena de humanos.
Demasiados humanos. Codician la tierra que tenemos en esa ciudad.
—Codician toda
Thaisia, — retumbó Henry.
El cabello que
enmarcaba el rostro de Tess se puso rojo.
—Si no se los
controla en la tierra que ya infestan, van a pulular el continente y consumirlo
todo.
—No, no lo van
a hacer. — Simon miró a Vlad—. Muéstrales la carta.
—La voy a
leer. — Vlad tomó el papel de su bolsillo trasero, lo desdobló, y leyó la
profecía de Jean sobre las ciudades humanas en Thaisia.
—Tontos, —
dijo Henry. Miró a Erebus y a Stavros—. Si los humanos no son quienes expulsan
a los Terráneos de Toland, ¿quién lo hace?
—Mientras que
los Terráneos estaban distraídos con los bisontes masacrados, y mientras que
los humanos estaban distraídos por los vandalismo a las tiendas no asociadas
con HPU, una docena de barcos salieron de tres ciudades controladas por humanos
en la Costa Este. Cinco de esos barcos partieron de Toland; las otras naves
zarparon de otras dos ciudades. No sé que carga llevaban, pero creo que debió
haber sido algún tipo de contrabando, ya que cada barco llevaba barriles de
veneno que se vertió en el agua, matando a todos los peces que entraron en
contacto con la materia.
—¿Los
Sharkgard? — Preguntó Simon.
Stavros
asintió.
—Ah sí. El
veneno mató a tiburones y Tiburones. Mató a delfines. Mató a los bancos de
peces que buscan los barcos de pesca. Algunos de los Sharkgard sobrevivieron el
tiempo suficiente para enviar una advertencia. Las naves fueron evitadas para evitar
más muertes, pero fueron seguidos hasta que llegaron al Mar Mediterráneo y al
Bloque Romano.
—¿Qué pasara
ahora? — Preguntó Tess.
Stavros rió,
un sonido amargo.
—Océano va a
vomitar los peces muertos en las orillas de esas tres ciudades humanas. Ella va
a vomitar el agua envenenada en las calles de las ciudades responsables de la
muerte de los Terráneos que viven en su dominio. Y entonces les dará a los
humanos una probada de su ira.
—Esa es la
razón por la que los Sanguinati están dejando Toland, por la que todos los
Terráneos están dejando Toland, — dijo Erebus.
—Vamos a
hacerlo en silencio, — dijo Stavros—. La mayoría de los Lobos ya se han
marchado. Se dirigen a la costa norte o hacia las montañas de Addirondack. Los
Halcones, Búhos y Cuervos dejaron el Courtyard como de costumbre, volando sobre
Toland. Pero no tantos han regresado al Courtyard, y así lo van haciendo cada
mañana o noche. Ya que los Sanguinati son la forma dominante y no la menos
vulnerable a la ira de los Elementales, estamos haciendo las maletas con las
posesiones que podamos y por medio de camiones de Nativos de la Tierra tarde en
la noche para mover elementos a otras ubicaciones, o estamos enviando contenedores
con artículos más pequeños con alguien que este viajando.
—Parece que
hay que pedir tantos libros como podamos de los editores de Toland, — dijo
Vlad.
Stavros
asintió.
—He hecho esa
sugerencia a varios Courtyard.
—¿Cuánto
tiempo tenemos?
—No mucho. Los
peces muertos están empezando a bañar las orillas.
—Una última orden,
entonces, — dijo Simon—. Después de eso, hay empresas Intuyes y Terráneas que
publican e imprimen libros. Vamos a comprarles a ellos.
—Ya les
compramos, — dijo Vlad—. No publican muchos libros.
—Pueden
expandirse un poco para publicar más. Además, si Océano va a atacar por la
muerte de algunos de los Tiburones -y el vertido de veneno en una parte de su
agua- puede que no haya ningún libro en Toland para comprar. — Miró a Stavros—.
¿Qué pasara contigo? Qui... — Él se detuvo. A pesar de ser el líder del
Courtyard, no era quien debería ofrecerle a Stavros un lugar en Lakeside. No
cuando Erebus estaba sentado allí mismo.
Erebus sonrió.
—Habrá muchos
-en los días venideros- que desearan un lugar en Lakeside, pero también muchos
depredadores en la misma tierra provocaran conflicto. Sin embargo, me gustaría
que Stavros tuviera un lugar aquí cuando él no esté en Hubb NE, vigilando al
gobierno humano. Creo que necesitan una cuidadosa observación en los próximos
días.
Simon bebió el
resto de la limonada del vaso. ¿Era su imaginación, o se había puesto un poco
más amarga mientras se asentaba? — No vas a decirle a ninguno de los humanos,
¿verdad?
—¿Por qué
habría de hacerlo? — Respondió Stavros—. Se ocasionaron esto a sí mismos.
—No todos
ellos.
—No hay sangre
dulce en Toland ahora, — dijo Erebus—. Stavros y el agente de gobierno,
O'Sullivan, las reubicaron.
—Me preguntaba
si el Teniente Montgomery tiene familia allí.
Silencio.
—Ah, — Erebus
dijo finalmente—. El policía útil. ¿Qué podrías decirle?
Simon pensó en
eso. No había manera de saber cuándo Océano atacaría. Si había demasiados
humanos tratando de salir de Toland, ¿dónde irían? A excepción de las granjas
humanas que suministraban alimentos para la ciudad, no había ningún lugar de
control humano entre Toland y Hubb NE, que estaba a un viaje de tren de una
hora de distancia. Sólo estaba el País Salvaje y los Terráneos, al igual que
Océano, tenían cada vez menos tolerancia para los monos inteligentes.
—No sé qué podría
decirle, — dijo Simon.
—El primo del
Capitán Burke está de visita desde Brittania, — dijo Henry—. No sería extraño
preguntar si alguno de los parientes del Teniente Montgomery están planeando
viajar para visitarlo a él y a la Lizzy.
—Meg puede
preguntar. De lo contrario Montgomery se preguntará por qué estamos de repente
tan interesados en sus parientes.
Todos
coincidieron en que era una buena idea. Meg preguntaría. Ella hablaba con los
humanos sobre todo tipo de cosas. Bien podría ya saber si Montgomery todavía
tenía parientes en Toland.
Nada más que
decir. No esta noche. Simon quería cambiar a Lobo y correr por un tiempo bajo
la luz de la luna. Quería acurrucarse junto a Meg mientras veía la televisión o
leía un libro. Él quería que los humanos volvieran a ser molestos en lugar de una
amenaza real.
Nada más que
decir. Salvo...
—Hay problemas
acá también, pero no vamos a dejar Lakeside.
—No, no lo
haremos, — estuvo de acuerdo Erebus.
—No hay nada
más en riesgo al dejar Toland, — dijo Henry—. Pero si abandonamos Lakeside,
Isla Grande será vulnerable, sobre todo porque no se ha decidido aún si todos
los humanos que quedan en Saltos de Talulah serán expulsados, y sustituidos por
Intuyes y Otros que puedan usar las máquinas. Actualmente, Steve Barquero no
quiere que su gente vaya allí porque es demasiado peligroso. Eso significa que
casi todo lo que viene de otras partes de Thaisia -o del resto del mundo-,
llegara a través de Lakeside.
Erebus se puso
de pie y la reunión se dio por finalizada. Vlad llevó a Simon, Elliot, Henry, y
Tess de vuelta a donde habían aparcado la camioneta. Cuatro Sanguinati, todavía
en forma de humo, vigilaban en la puerta.
Se dirigieron
de nuevo al Complejo Verde, en silencio. Henry estacionó la camioneta en uno de
los espacios para los visitantes a través del complejo, y todos se fueron a sus
apartamentos.
Simon se
desnudó y tiró su ropa en el sofá antes de pasar a Lobo y salir de nuevo. Olió
alrededor del complejo, regó un par de árboles, y luego regresó a la sala de
verano debajo del apartamento de Meg, cambió una pata lo suficiente como para
abrir la puerta.
—Hola, — ella
dijo.
Se detuvo
junto a la puerta. Había pensado que estaría dormida ya que no había luz.
—Va a ser un
fin de semana agitado, ¿verdad? Los Lobos de Addirondack llegarán en pocos días
para una semana de observación de la gente—. Meg se rió suavemente—. No me
había hecho a la idea hasta que Merri Lee, Ruth y yo hablamos esta tarde sobre cuál
era el objetivo...observar a la gente.
Para
interactuar en realidad. Los Otros observaban a los humanos todo el tiempo. No
es que observarlos hubiera evitado que se cometieran errores.
Nada que
pudiera hacer al respecto de Toland. Nada que pudiera hacer al respecto de los
bisontes muertos en el territorio de Joe. Pero podría ayudar a Joe mediante el envío
de los libros para los Otros e Intuyes. Podía ayudar a Jackson a lidiar con la
cachorra Esperanza. Y él, Meg y la manada humana más los Terráneos aquí en
Lakeside podrían mostrarles a los Antiguos
que estaban observándolos de cerca, que Terráneos y humanos podrían trabajar
juntos para mantener a Thaisia como un buen lugar para todos ellos.
Le dio a la
mano de Meg un par de lamidas, después, se dejo caer junto a su sillón y se
quedó dormido.
*****
Sacudido de
repente de un sueño ligero, Monty agarró el teléfono al segundo ring,
frotándose una mano por la cara como si eso hiciera a su cerebro funcionar o
convencer a su corazón que Lizzy todavía estaba a salvo.
—¿Hola?
—¿Crispin?
El corazón de
Monty golpeó contra su pecho mientras prendía una lámpara y miraba su reloj.
—¿Mamá? ¿Qué
pasa? — Tenía que ser algo malo para que llamara a la medianoche.
Twyla
Montgomery suspiro, un sonido triste, cansado.
—Me entregaron
la notificación de despido hoy. Los de seguridad me observaron mientras vaciaba
mi armario, incluso registraron mi bolsa aún cuando ya se habían asegurado de
que no estaba llevándome nada que no fuera mío antes de acompañarme a la
puerta.
—¿Despedida? —
Monty no pudo conseguir que su mente asumiera ese pedazo de información—. ¿Te
despidieron?
—Ya no era
necesaria. Tienen que darle trabajo a los más merecedores.
—¿Eso te
dijeron? — Luego algo hizo clic—. Querían que te unieras a HPU para mantener tu
trabajo.
—Como si
tuviera que pertenecer a alguna organización para limpiar los baños que esos
tontos ensucian todos los días.
—Dioses. —
Monty apoyó la cabeza en el respaldo del sofá—. Mama, hiciste bien en no unirte
a HPU. No hacen nada más que causar disturbios.
—¿Crees que no
puedo ver eso?
El tono seco
le hizo sonreír. Su madre no toleraba a los tontos... especialmente a los
tontos que vestían trajes que costaban más de lo que ganaba en un mes. Pero su
sonrisa se desvaneció al darse cuenta de lo que significaba perder el trabajo
para ella.
—¿Cuándo
tienes que mudarte de tu apartamento?
—Pronto. Me
puedo quedar con tu hermana durante unos días, pero tiene sus problemas
también.
¿Cuánto tiempo
había pasado desde que había hablado con Sierra? Su hermana enviaba cartas,
despreocupados trozos de noticias que, ahora se daba cuenta, en realidad no
decían mucho.
Monty miró
alrededor de su apartamento. Lizzy iba a pasar la noche con Sarah Denby, la
hija de Eva y Pete. Había tenido la intención de caer en el monoambiente del
Courtyard, pero el Capitán Burke hizo un comentario acerca de que la ley
favorecía al poseedor, un agudo recordatorio de que su casera tenía una llave y
podría decidir que había abandonado el lugar, por lo cual podía llegar a
cobrarle dos veces más que lo que pagaba actualmente. Quería mantener este
apartamento de una habitación hasta que su contrato de arrendamiento terminara
a finales del año o hasta que el Courtyard tomara posesión de los dos edificios
en la Avenida Crowfield y él y Lizzy pudieran mudarse a uno de los apartamentos
de dos dormitorios.
—Siempre dices
que no hay mal que por bien no venga.
—¿Dónde está
lo bueno en ser despedida? — Exigió Twyla.
—Necesito
ayuda para cuidar a Lizzy. Algunos amigos cuidan de ella mientras estoy en el
trabajo, pero Eva tiene un trabajo y sus dos hijos. He estado pensando en esto
desde que Lizzy llegó a Lakeside. Ella te necesita, mamá. Yo también.
Un silencio
reflexivo.
—¿Hay alguna
posibilidad de encontrar trabajo dónde estás ahora?
Monty vaciló.
—Tal vez.
—No voy a
vivir de mis hijos, Crispin. Ni de ti, ni de Sierra.
Se dio cuenta
de que ella no mencionó Jimmy, el hermano menor de Monty. Por otra parte, Jimmy
siempre andaba en busca de apoyo financiero, a pesar de ser un hombre casado
con dos hijos. Y él siempre dejaba patente su resentimiento cuando no conseguía
ese apoyo.
—Es posible
que haya trabajo disponible, pero no estoy seguro de cómo te sentirías acerca
de los empleadores.
—¿Son más de
esos tontos de HPU?
—No, mamá.
Ellos definitivamente no son miembros de HPU.
—Bueno, voy a
pensar en ello.
—¿Tienes suficiente
dinero para un billete de tren?
—Tengo
suficiente guardado. Podría tomar el autobús en vez del tren.
Él reprimió
una protesta. Mucha gente viaja en autobús.
—Hazme saber
cuándo hayas partido y dónde encontrarte. Estaré allí.
Un suave
suspiro.
—Gracias,
Crispin. Hablar contigo ha aliviado mi corazón. Voy a decirte buenas noches
ahora.
—Buenas
noches, mamá.
Ella colgó
primero. Siempre lo hacía dado que él no podía colgarle.
Monty se puso
de pie y se estiró. Ya estaba enredado con los Otros en el Courtyard de
Lakeside. No estaba seguro de que quería pedirle a Simon un trabajo para su
madre.
[1]
Cosechadora: En ingles Harvester. En
los libros anteriores a la especie Terránea de Tess la veníamos llamando
"Segadora" que también es una traducción de Harvester, y la usamos porque
tenía connotaciones más "mortíferas" a nuestros ojos, pero entendimos
que la traducción que más se ajustaba era Cosecha
Vidas, para esa especie, por eso hemos decidido cambiarla. (N de T)
Por qué Meg estará contenta sobre los otros terráneos que van a venir?
ResponderEliminarSupongo que le dará intriga..., pero creo que lo que le causó gracia era el hecho de que iban a ser "observadas" como material de estudio y ella no se había dado cuenta de ello antes.
Eliminarotro tema que no hay que olvidar es que Meg cada vez es más Wolfgard
EliminarCierto, pero lo intrigante es saber como Simón realmente reaccionará a que Meg encuentre pareja?? Se lo imaginan ofreciéndole los libros que hablen sobre ello😀😀😂😂😂
ResponderEliminarYo creo que Simón inconscientemente está interesado en prepararse para ser un prospecto de pareja para Meg jejeje.
ResponderEliminaruff ufff y recontre ufff xb
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