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domingo, 28 de junio de 2015

Adelanto Capítulo 1b: Visiones en Plata - Anne Bishop


***

Vladimir Sanguinati, co-gestor de Aullidos, Buena Lectura, se instaló detrás del escritorio en la oficina de la librería. Al encender el ordenador, ignoró la escasa pila de papeles y escribió un breve correo electrónico a Stavros Sanguinati, quien vivía en Toland, la gran ciudad de la costa este, donde se encontraban los mayores editores de libros.

Editores de libros Humanos, es decir. Desde la reorganización de la Región del Medio Oeste unas semanas atrás, los envíos de todo tipo de material se habían ralentizado, ya sea que esos materiales vinieran de la región central o no. Así que eso se tradujo en que los editores humanos realmente estaban sin stock de muchos de los libros que había ordenado para la tienda y estaban esperando el próximo envío de papel para imprimir copias de los libros ya publicados de la editorial y los nuevos títulos. O podrían ser que fueran tan tontos como para estar sin stock, solo para las órdenes enviadas por los Terráneos.

Stavros se enteraría. Al igual que el abuelo Erebus, él disfrutaba de las películas antiguas y, a menudo jugaba a ser una caricatura de su propia especie, como vampiro rural vestía pantalones vaqueros, una camisa a cuadros y botas de trabajo y decía cosas como: "Kerremos seis latas de la sangrre". Pero cuando estaba en comisión de servicio para el Courtyard de Toland, Stavros seguía la tradición de los Sanguinati  de vestirse de negro, y no había nada rústico en él cuando llegaba en una limusina, vestido con un traje de la mejor calidad.

Stavros se llamaba eufemísticamente solucionador de problemas del Courtyard de Toland. Sabedor de cómo el otro vampiro resolvía los problemas, Vlad casi podía sentir piedad de cualquier humano que recibiera una visita oficial. Así que Stavros alentaría a las empresas a poner a tiendas como Aullidos, Buena Lectura primeras en la lista para cumplir con las órdenes, y Vlad sería capaz de satisfacer las solicitudes que venían de los asentamientos Terráneos que recibían las mercancías desde el Courtyard de Lakeside. Los productos fabricados por los humanos, eran la única razón por la que los Terráneos en el continente de Thaisia ​​toleraban la existencia continuada de esos monos invasores. Si ya no suministraban los bienes, el único valor que los humanos tenían era: la carne.

Mientras Vlad enviaba el e-mail, oyó que alguien subía las escaleras. Pasos vacilantes, pero no furtivos. Podría ser alguien de la manada humana que quería usar el ordenador en la habitación de la Asociación Empresarial, que ocupaba la otra mitad de la segunda planta del ABL. Se suponía que tenían que pedir permiso antes de entrar en esa habitación, y los empleados más nuevos todavía se estaban acostumbrando a trabajar y a tratar directamente con los Otros. Eso podría explicar la vacilación.

Cuando Merri Lee se detuvo en la puerta y vio la expresión de su cara, Vlad comprendió que la vacilación que había oído, era porque sabía que a él no le iba a gustar lo que ella venía a decirle. Cerró el programa de correo electrónico y esperó a ver lo que quería el peluche explosivo.

Cuando Aullidos, Buena Lectura había abierto sus puertas a los clientes humanos, solía escuchar a las hembras humanas, referirse a él como "bombón", lo que significaba que su pelo y ojos oscuros, más su piel de oliva, y su hermoso rostro fácilmente atraían a su presa. Para él, la alimentación se combinaba a menudo con los juegos previos.

Pero Merri Lee nunca había mostrado ningún interés sexual en él, lo que demostraba que era más sensible que otras hembras humanas, y como estaba saliendo con un oficial de policía, no creía que estuviera a punto de arrojarse a él ahora.

Concluyendo, a él realmente no le iba a gustar su razón para venir hasta aquí a buscarlo.

—¿Hay algo que pueda hacer por ti, Sra. Lee? — Preguntó finalmente cuando ella permaneció detenida en el umbral.

Entró corriendo y se sentó en la silla del visitante.

Está temblando, pensó, repentinamente cauteloso.
—¿Qué pasa?

—Nada. Aún, — Merri Lee respondió—. Hay que decirle al Lobo guardián que no se moleste y  agite a todo el mundo.

Se percató de que no sabía quién se suponía iba a ser el guardia ese día. Nathan Wolfgard, uno de los mejores ejecutores del Courtyard, era por lo general el Lobo guardián cuando Meg estaba trabajando en la Oficina del Enlace Humano. Pero Nathan estaba de baja por un par de semanas más, corriendo con los Lobos en las montañas Addirondak, libre de sus responsabilidades, libre de la piel humana. Los Sanguinati estaban más a gusto en las ciudades humanas ya que el humo, -su otra forma- los hacía depredadores ideales en un entorno urbano. Pero cambiantes como los Lobos, Osos y varios gard felinos encontraban la vida en un Courtyard como una tensión constante.

Trabajar en un Courtyard para algunos de los Terráneos, era un sacrificio en pos de beneficiar al resto de su especie. Ellos vigilaban a los depredadores bípedos que habían venido a Thaisia ​​de otras partes del mundo. Ellos hacían posible que los humanos existieran en este continente. Vlad se preguntó si algún humano entendía eso...  o comprendía lo que le pasaba a los lugares otorgados a los humanos cuando un lugar "civilizado" como un Courtyard desaparecía.

Pero esos pensamientos no eran importantes en este momento, no con esta hembra mirándolo desde el otro lado del escritorio.

—¿Qué va a molestar al Lobo? — Preguntó, con una incómoda sensación de ya conocer la respuesta.

—Meg se hizo un corte.

Las manos de Vlad se cerraron en puños, pero se quedó sentado.

—Lo planeamos para esta mañana, —dijo Merri Lee apresuradamente—. Un especie de experimento.

Déjala hablar.
—¿Algo molestó a Meg?

—No. Pues, ese era el punto. Hacer un corte controlado cuando nada estaba presionándola.

Mil cortes. Supuestamente era todo lo que una Casandra de sangre, podría soportar antes de que un corte la matara o condujera a la locura. Y no eran sólo los cortes realizados con una navaja. Cualquier lesión que rasgara la piel contaba como parte de ese número. La mayoría de esas chicas no llegarían a su trigésimo quinto cumpleaños, y ahora  Meg se cortaba sin una razón.

La adicción era su razón. Eso explicaría el por qué Meg había elegido un momento en que Simon Wolfgard y Henry Beargard estaban lejos del Courtyard. Pero eso no explicaba el porqué Merri Lee vino a verlo.

Tenía que sonar calmada, razonable. Merri Lee era parte de la manada humana de Meg, y las dos chicas habían demostrado la capacidad de trabajar en conjunto para interpretar las profecías.

—¿Fue un experimento exitoso?

Merri Lee asintió.
—Fue diferente a la última vez que asistí. Después del inicial... malestar... Meg empezó a hablar. Un montón de imágenes. Creo que ella escuchó algunas cosas también, pero los sonidos eran parte de las imágenes. Yo lo escribí. — Ella le entregó una hoja de papel.

Vlad estudió la lista larga.
—¿Qué significa esto? —Señaló un P en un paréntesis después de algunas de las palabras.

—Es una pausa, — dijo Merri Lee—. Es lo diferente de la última vez. Esta vez Meg hizo una pausa, como un descanso en la música, así que pensé que cada grupo de palabras componían una historia. — Le entregó unas tarjetas.

Las tomó a regañadientes.
—¿Cuál fue la pregunta?

—Preguntamos a qué deberían estar atentos los residentes del Courtyard de Lakeside en la próxima quincena.

—¿Residentes? ¿No sólo los Terráneos?

Ella vaciló.
—No. Dijimos residentes, no sólo los Otros. Por lo cual lo que Meg vio aplica a todos los que viven en el Courtyard.

Lo que significaba que todos incluía a Meg y Merri Lee.

Vlad miró a las "historias" sobre las tarjetas y sintió frío.


Se necesita personal: N.A.A.D.L.

Rastro de fuego (blaze /¿infierno?). Buscar sendero ¿Path /Brújula?

Chica embarazada en camino de tierra. Navaja de plata. Sangre. ¡No! ¡No es demasiado tarde!

Chica llorando. Navaja de plata. Ciervos quebrados junto a la autopista (animal atropellado).

Oso Marrón comiendo joyas.

Huerta. Patas excavando, manos plantando.

Carteles de venta.

Algunas de las "historias" no significaban nada para él. Pero si  estaba interpretando correctamente las demás, todos los Terráneos tendrían que actuar con rapidez.

Vlad estudió a Merri Lee. Algunas de las "historias" no significaba nada para él, pero sí para ella.

—¿Cuáles comprendiste? — Él puso las tarjetas en el borde de la mesa, donde ella podía alcanzarlas.

Ella vaciló, luego señaló a "Se necesita personal: N.A.A.D.L.".
—Sobre la puerta de la Oficina del Enlace, hay un cartel que dice: N.S.A.L.H - No se aplica la ley humana. N.A.A.D.L significa: No aplican amantes de Lobo. — Ella tragó saliva y no lo miró a los ojos—. En la última semana, un buen número de anuncios de empleo en el Lakeside Noticias tienen esas letras al final, y he visto un par de esos carteles en escaparates.

—Ya veo. — Y lo veía. Etiquetan a cualquier persona que quisiera mantener la paz entre los humanos y los Terráneos como un amante de lobo, especialmente si esa persona interactúa directamente con los Otros en cualquier especialidad, y obligan a las personas a elegir entre tener un trabajo y alimentar a sus familias, o oponerse a los tontos que provocan una lucha que terminara con muchos, muchos humanos muertos o expulsados ​​de la ciudad.

Pensando en los humanos que trabajaban en el Courtyard y en las dos cosas básicas que cada uno necesitaba -comida y refugio-, él preguntó:
—¿Esos carteles se aplican sólo a los puestos de trabajo o también a la vivienda?

Merri Lee no le respondió, y eso fue suficiente respuesta.

—¿Qué más? — Preguntó Vlad.

—No... soy yo quien deba decirlo.

Se inclinó hacia delante. Ella se estremeció.

—Dilo de todos modos, — sugirió.

—Ruth Stuart y Karl Kowalski. Todos estamos siendo animados a hacer algún tipo de jardín este verano y plantar algunas verduras para complementar lo que se puede encontrar en el mercado. Bueno, Ruth y Karl compraron el material y construyeron la jardinera para el huerto, para su edificio de apartamentos en el entendido de que serían capaces de utilizar la mitad del huerto y los otros inquilinos en el edificio, incluyendo al propietario, compartirían la otra mitad. Pero una vez que realizaron el trabajo, el propietario les dio aviso, dijo que son inquilinos inaceptables. Él los quiere fuera a finales de Maius porque ya tiene a gente aceptable que planean mudarse para principios de Juin. Eso le da a Ruth y Karl tres semanas para encontrar otro lugar y mudarse. Firmaron un contrato de arrendamiento por un año, y apenas han tenido tiempo para instalarse en su nuevo lugar. Ese hombre dice que no va a reembolsarles por los materiales que compraron o devolverles su depósito de seguridad o el alquiler del último mes, que pagaron cuando firmaron el contrato de arrendamiento. Si eran aceptables antes de que hicieran todo el trabajo, ¿por qué son inaceptables ahora? Y si este hombre sale con la suya, ¿qué va a detener al próximo propietario de hacer lo mismo?

¿Que detendría al propietario de usar el mismo truco con el próximo inquilino? Sonaba como que podría ser un problema de humano-contra-humano. Los humanos se estafaban entre ellos todo el tiempo.

Pero Karl Kowalski era uno de los policías que trabajaban directamente con los líderes del Courtyard para evitar que cualquier colisión menor entre los humanos y los Otros se convierta en una pelea importante. Si Kowalski estaba siendo marcado como un amante de Lobo y estaba siendo expulsado de su casa a causa de ello, los Otros tenían que prestar más atención a las cosas, que en la superficie, parecían estrictamente asuntos humanos.

Por otro lado, si Ruthie era una inquilina inaceptable porque en realidad trabajaba para el Courtyard de Lakeside ahora, entonces el problema con este propietario en particular ya no era estrictamente un asunto humano, ¿cierto?

Algo para discutir con el abuelo Erebus.

Al menos Merri Lee, toda enardecida ahora, por la defensa de sus amigos, estaba actuando más como la misma de siempre en lugar de como un conejito asustado. Hablaba de Ruthie y Kowalski, pero también estaba revelando a lo que ella y Michael Debany se enfrentaban. Debany era otro oficial de policía que trataba con los Otros, y Merri Lee trabajaba para el Courtyard. En este momento, vivía en uno de los mono ambientes por encima del Taller de costura y sastrería, pero tarde o temprano, ella y Debany querrían vivir juntos como un pareja acoplada y se enfrentarían a la misma hostilidad.

—¿Algo más? — Preguntó. Ella ya le había dado mucho en que pensar, pero  sentía que la chica no había terminado.

Merri Lee señaló la advertencia sobre algo que no era demasiado tarde.
—No creo que esto sea parte de la visión. Creo que Meg lo gritó en un intento de advertir a la chica que vio en la visión. — Dejó escapar un suspiro—. Ambas  "historias "sobre las chicas incluyen una navaja de plata. Las profetas de la sangre están en problemas, ¿cierto?

"Problemas" podría ser una pequeña palabra para lo que podría estarle sucediendo a esas chicas.

—Gracias, Sra. Lee, — dijo Vlad, ignorando su pregunta—. Tú y Meg me han dado mucho en que pensar. Pero ahora es el momento de que todos empecemos la jornada laboral. Estas a cargo de los pedidos de la librería de hoy, ¿verdad?

—Sí. De los pedidos que pueda cumplir, de todos modos. — Merri Lee se puso de pie, pero no hizo un movimiento hacia la puerta—. Ruth no iba a decirle sobre el huerto o de lo otro.

—Entonces me alegro de que me lo dijeras.

Vlad escuchó a Merri Lee bajar las escaleras antes de apartarse de la mesa y acercarse a las ventanas que daban a la Avenida Crowfield.

Los malditos Monos se mantenían charlando sobre el movimiento Humanos Primero y Últimos en la radio y en los periódicos. Los humanos eran una especie advenediza en comparación con los Terráneos, que, de una u otra forma, habían estado caminando en el mundo mucho antes que los dinosaurios. Pero los humanos pensaban que deberían controlar el mundo, y los discursos de los miembros del movimiento HPU alentaban ese tipo de pensamiento.

¿Los humanos no se daban cuenta de que los Terráneos habían escuchado esas palabras antes? ¿Acaso los humanos entendían de que esas palabras eran una advertencia de que una lucha por el territorio estaba construyéndose bajo la superficie?

¿No se preguntaban qué le había pasado a las ciudades y civilizaciones, las veces anteriores que los humanos había hecho tales afirmaciones?

Bien, pensó Vlad. Que vengan. Ustedes, monos no tienen idea de lo que hay en el país salvaje. Pero lo verán. Si inician una pelea con los Otros en Thaisia, lo descubrirán.

Mientras miraba distraídamente el tráfico en movimiento a lo largo de la Avenida Crowfield, vio a un coche parar al otro lado de la calle. Dos hombres se bajaron, sacaron un poco de material del tronco, y comenzaron a clavar un cartel en el patio de uno de los grandes edificios de apartamentos de piedra frente al Courtyard. Luego se fueron a través del patio de una casa de madera de dos pisos y clavaron otro cartel en el césped del otro gran edificio de apartamentos.

Vlad miró por encima del hombro a las tarjetas sobre la mesa. Estudió los carteles de  En venta que acababa de ser puestas a través de la calle.

No puedo esperar a discutir esto con Simon, pensó mientras regresaba al escritorio y envió un breve correo electrónico a todos los Sanguinati que vivían en Thaisia. Lo que Meg había visto ya estaba en movimiento, lo que significa que las profetas de la sangre, las sangre dulce, ya estaban en peligro.

Cerró el programa de correo electrónico y dejó Aullidos, Buena Lectura, ni siquiera se detuvo el tiempo suficiente para decirle a Merri Lee que se iba. Cambiando a su forma de humo, Vlad corrió a las Cámaras para informarle al abuelo Erebus.


2 comentarios:

  1. No puedo esperar por el libro completo, que emocion, cada vez se pone mas interesante :D y muchas gracias por su trabajo >u< son geniales

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    1. pronto pronto va a estar, nosotras también nos morimos de ganas porque hasta ahora solo una lo ha leído todo...

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