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Vladimir
Sanguinati, co-gestor de Aullidos, Buena
Lectura, se instaló detrás del escritorio en la oficina de la librería. Al
encender el ordenador, ignoró la escasa pila de papeles y escribió un breve
correo electrónico a Stavros Sanguinati, quien vivía en Toland, la gran ciudad de
la costa este, donde se encontraban los mayores editores de libros.
Editores de
libros Humanos, es decir. Desde la reorganización de la Región del Medio Oeste
unas semanas atrás, los envíos de todo tipo de material se habían ralentizado,
ya sea que esos materiales vinieran de la región central o no. Así que eso se
tradujo en que los editores humanos realmente estaban sin stock de muchos de
los libros que había ordenado para la tienda y estaban esperando el próximo
envío de papel para imprimir copias de los libros ya publicados de la editorial
y los nuevos títulos. O podrían ser que fueran tan tontos como para estar sin
stock, solo para las órdenes enviadas por los Terráneos.
Stavros se
enteraría. Al igual que el abuelo Erebus, él disfrutaba de las películas
antiguas y, a menudo jugaba a ser una caricatura de su propia especie, como
vampiro rural vestía pantalones vaqueros, una camisa a cuadros y botas de
trabajo y decía cosas como: "Kerremos
seis latas de la sangrre". Pero cuando estaba en comisión de servicio
para el Courtyard de Toland, Stavros seguía la tradición de los Sanguinati de vestirse de negro, y no había nada rústico
en él cuando llegaba en una limusina, vestido con un traje de la mejor calidad.
Stavros se
llamaba eufemísticamente solucionador de problemas del Courtyard de Toland. Sabedor
de cómo el otro vampiro resolvía los problemas, Vlad casi podía sentir piedad
de cualquier humano que recibiera una visita oficial. Así que Stavros alentaría
a las empresas a poner a tiendas como Aullidos,
Buena Lectura primeras en la lista para cumplir con las órdenes, y Vlad
sería capaz de satisfacer las solicitudes que venían de los asentamientos
Terráneos que recibían las mercancías desde el Courtyard de Lakeside. Los productos
fabricados por los humanos, eran la única razón por la que los Terráneos en el
continente de Thaisia toleraban la existencia continuada de esos monos
invasores. Si ya no suministraban los bienes, el único valor que los humanos
tenían era: la carne.
Mientras Vlad
enviaba el e-mail, oyó que alguien subía las escaleras. Pasos vacilantes, pero
no furtivos. Podría ser alguien de la manada humana que quería usar el
ordenador en la habitación de la Asociación Empresarial, que ocupaba la otra
mitad de la segunda planta del ABL. Se suponía que tenían que pedir permiso
antes de entrar en esa habitación, y los empleados más nuevos todavía se
estaban acostumbrando a trabajar y a tratar directamente con los Otros. Eso
podría explicar la vacilación.
Cuando Merri
Lee se detuvo en la puerta y vio la expresión de su cara, Vlad comprendió que
la vacilación que había oído, era porque sabía que a él no le iba a gustar lo
que ella venía a decirle. Cerró el programa de correo electrónico y esperó a
ver lo que quería el peluche explosivo.
Cuando Aullidos, Buena Lectura había abierto
sus puertas a los clientes humanos, solía escuchar a las hembras humanas,
referirse a él como "bombón",
lo que significaba que su pelo y ojos oscuros, más su piel de oliva, y su
hermoso rostro fácilmente atraían a su presa. Para él, la alimentación se
combinaba a menudo con los juegos previos.
Pero Merri Lee
nunca había mostrado ningún interés sexual en él, lo que demostraba que era más
sensible que otras hembras humanas, y como estaba saliendo con un oficial de
policía, no creía que estuviera a punto de arrojarse a él ahora.
Concluyendo, a
él realmente no le iba a gustar su razón para venir hasta aquí a buscarlo.
—¿Hay algo que
pueda hacer por ti, Sra. Lee? — Preguntó finalmente cuando ella permaneció
detenida en el umbral.
Entró
corriendo y se sentó en la silla del visitante.
Está temblando, pensó, repentinamente
cauteloso.
—¿Qué pasa?
—Nada. Aún, —
Merri Lee respondió—. Hay que decirle al Lobo guardián que no se moleste y agite a todo el mundo.
Se percató de
que no sabía quién se suponía iba a ser el guardia ese día. Nathan Wolfgard,
uno de los mejores ejecutores del Courtyard, era por lo general el Lobo
guardián cuando Meg estaba trabajando en la Oficina del Enlace Humano. Pero Nathan
estaba de baja por un par de semanas más, corriendo con los Lobos en las
montañas Addirondak, libre de sus responsabilidades, libre de la piel humana.
Los Sanguinati estaban más a gusto en las ciudades humanas ya que el humo, -su
otra forma- los hacía depredadores ideales en un entorno urbano. Pero
cambiantes como los Lobos, Osos y varios gard felinos encontraban la vida en un
Courtyard como una tensión constante.
Trabajar en un
Courtyard para algunos de los Terráneos, era un sacrificio en pos de beneficiar
al resto de su especie. Ellos vigilaban a los depredadores bípedos que habían
venido a Thaisia de otras partes del mundo. Ellos hacían posible que los
humanos existieran en este continente. Vlad se preguntó si algún humano
entendía eso... o comprendía lo que le
pasaba a los lugares otorgados a los humanos cuando un lugar "civilizado" como un Courtyard
desaparecía.
Pero esos
pensamientos no eran importantes en este momento, no con esta hembra mirándolo
desde el otro lado del escritorio.
—¿Qué va a
molestar al Lobo? — Preguntó, con una incómoda sensación de ya conocer la
respuesta.
—Meg se hizo
un corte.
Las manos de
Vlad se cerraron en puños, pero se quedó sentado.
—Lo planeamos
para esta mañana, —dijo Merri Lee apresuradamente—. Un especie de experimento.
Déjala hablar.
—¿Algo molestó
a Meg?
—No. Pues, ese
era el punto. Hacer un corte controlado cuando nada estaba presionándola.
Mil cortes. Supuestamente era todo lo que una
Casandra de sangre, podría soportar antes de que un corte la matara o condujera
a la locura. Y no eran sólo los cortes realizados con una navaja. Cualquier
lesión que rasgara la piel contaba como parte de ese número. La mayoría de esas
chicas no llegarían a su trigésimo quinto cumpleaños, y ahora Meg se cortaba sin una razón.
La adicción
era su razón. Eso explicaría el por qué Meg había elegido un momento en que
Simon Wolfgard y Henry Beargard estaban lejos del Courtyard. Pero eso no
explicaba el porqué Merri Lee vino a verlo.
Tenía que
sonar calmada, razonable. Merri Lee era parte de la manada humana de Meg, y las
dos chicas habían demostrado la capacidad de trabajar en conjunto para
interpretar las profecías.
—¿Fue un
experimento exitoso?
Merri Lee
asintió.
—Fue diferente
a la última vez que asistí. Después del inicial... malestar... Meg empezó a
hablar. Un montón de imágenes. Creo que ella escuchó algunas cosas también,
pero los sonidos eran parte de las imágenes. Yo lo escribí. — Ella le entregó
una hoja de papel.
Vlad estudió
la lista larga.
—¿Qué significa
esto? —Señaló un P en un paréntesis después de algunas de las palabras.
—Es una pausa,
— dijo Merri Lee—. Es lo diferente de la última vez. Esta vez Meg hizo una
pausa, como un descanso en la música, así que pensé que cada grupo de palabras
componían una historia. — Le entregó unas tarjetas.
Las tomó a
regañadientes.
—¿Cuál fue la
pregunta?
—Preguntamos a
qué deberían estar atentos los residentes del Courtyard de Lakeside en la próxima
quincena.
—¿Residentes?
¿No sólo los Terráneos?
Ella vaciló.
—No. Dijimos
residentes, no sólo los Otros. Por lo cual lo que Meg vio aplica a todos los
que viven en el Courtyard.
Lo que
significaba que todos incluía a Meg y Merri Lee.
Vlad miró a
las "historias" sobre las
tarjetas y sintió frío.
Se necesita personal: N.A.A.D.L.
Rastro de fuego (blaze /¿infierno?). Buscar
sendero ¿Path /Brújula?
Chica embarazada en camino de tierra. Navaja de
plata. Sangre. ¡No! ¡No es demasiado tarde!
Chica llorando. Navaja de plata. Ciervos quebrados
junto a la autopista (animal atropellado).
Oso Marrón comiendo joyas.
Huerta. Patas excavando, manos plantando.
Carteles de venta.
Algunas de las
"historias" no significaban nada para él. Pero si estaba interpretando correctamente las demás,
todos los Terráneos tendrían que actuar con rapidez.
Vlad estudió a
Merri Lee. Algunas de las "historias"
no significaba nada para él, pero sí para ella.
—¿Cuáles
comprendiste? — Él puso las tarjetas en el borde de la mesa, donde ella podía
alcanzarlas.
Ella vaciló,
luego señaló a "Se necesita
personal: N.A.A.D.L.".
—Sobre la
puerta de la Oficina del Enlace, hay un cartel que dice: N.S.A.L.H - No se aplica la
ley humana. N.A.A.D.L significa: No
aplican amantes de Lobo. — Ella tragó saliva y no lo miró a los ojos—. En
la última semana, un buen número de anuncios de empleo en el Lakeside Noticias tienen esas letras al
final, y he visto un par de esos carteles en escaparates.
—Ya veo. — Y
lo veía. Etiquetan a cualquier persona que quisiera mantener la paz entre los
humanos y los Terráneos como un amante de lobo, especialmente si esa persona
interactúa directamente con los Otros en cualquier especialidad, y obligan a
las personas a elegir entre tener un trabajo y alimentar a sus familias, o
oponerse a los tontos que provocan una lucha que terminara con muchos, muchos
humanos muertos o expulsados de la ciudad.
Pensando en
los humanos que trabajaban en el Courtyard y en las dos cosas básicas que cada
uno necesitaba -comida y refugio-, él preguntó:
—¿Esos
carteles se aplican sólo a los puestos de trabajo o también a la vivienda?
Merri Lee no
le respondió, y eso fue suficiente respuesta.
—¿Qué más? —
Preguntó Vlad.
—No... soy yo
quien deba decirlo.
Se inclinó
hacia delante. Ella se estremeció.
—Dilo de todos
modos, — sugirió.
—Ruth Stuart y Karl Kowalski. Todos estamos
siendo animados a hacer algún tipo de jardín este verano y plantar algunas
verduras para complementar lo que se puede encontrar en el mercado. Bueno, Ruth
y Karl compraron el material y construyeron la jardinera para el huerto, para
su edificio de apartamentos en el entendido de que serían capaces de utilizar
la mitad del huerto y los otros inquilinos en el edificio, incluyendo al
propietario, compartirían la otra mitad. Pero una vez que realizaron el
trabajo, el propietario les dio aviso, dijo que son inquilinos inaceptables. Él
los quiere fuera a finales de Maius porque ya tiene a gente aceptable que
planean mudarse para principios de Juin. Eso le da a Ruth y Karl tres semanas
para encontrar otro lugar y mudarse. Firmaron un contrato de arrendamiento por
un año, y apenas han tenido tiempo para instalarse en su nuevo lugar. Ese
hombre dice que no va a reembolsarles por los materiales que compraron o
devolverles su depósito de seguridad o el alquiler del último mes, que pagaron
cuando firmaron el contrato de arrendamiento. Si eran aceptables antes de que
hicieran todo el trabajo, ¿por qué son inaceptables ahora? Y si este hombre
sale con la suya, ¿qué va a detener al próximo propietario de hacer lo mismo?
¿Que detendría
al propietario de usar el mismo truco con el próximo inquilino? Sonaba como que
podría ser un problema de humano-contra-humano. Los humanos se estafaban entre
ellos todo el tiempo.
Pero Karl
Kowalski era uno de los policías que trabajaban directamente con los líderes
del Courtyard para evitar que cualquier colisión menor entre los humanos y los
Otros se convierta en una pelea importante. Si Kowalski estaba siendo marcado
como un amante de Lobo y estaba siendo expulsado de su casa a causa de ello,
los Otros tenían que prestar más atención a las cosas, que en la superficie,
parecían estrictamente asuntos humanos.
Por otro lado,
si Ruthie era una inquilina inaceptable porque en realidad trabajaba para el
Courtyard de Lakeside ahora, entonces el problema con este propietario en
particular ya no era estrictamente un asunto humano, ¿cierto?
Algo para
discutir con el abuelo Erebus.
Al menos Merri
Lee, toda enardecida ahora, por la defensa de sus amigos, estaba actuando más
como la misma de siempre en lugar de como un conejito asustado. Hablaba de
Ruthie y Kowalski, pero también estaba revelando a lo que ella y Michael Debany
se enfrentaban. Debany era otro oficial de policía que trataba con los Otros, y
Merri Lee trabajaba para el Courtyard. En este momento, vivía en uno de los mono
ambientes por encima del Taller de
costura y sastrería, pero tarde o temprano, ella y Debany querrían vivir
juntos como un pareja acoplada y se enfrentarían a la misma hostilidad.
—¿Algo más? —
Preguntó. Ella ya le había dado mucho en que pensar, pero sentía que la chica no había terminado.
Merri Lee
señaló la advertencia sobre algo que no era demasiado tarde.
—No creo que
esto sea parte de la visión. Creo que Meg lo gritó en un intento de advertir a
la chica que vio en la visión. — Dejó escapar un suspiro—. Ambas "historias
"sobre las chicas incluyen una navaja de plata. Las profetas de la
sangre están en problemas, ¿cierto?
"Problemas" podría ser
una pequeña palabra para lo que podría estarle sucediendo a esas chicas.
—Gracias, Sra.
Lee, — dijo Vlad, ignorando su pregunta—. Tú y Meg me han dado mucho en que
pensar. Pero ahora es el momento de que todos empecemos la jornada laboral.
Estas a cargo de los pedidos de la librería de hoy, ¿verdad?
—Sí. De los
pedidos que pueda cumplir, de todos modos. — Merri Lee se puso de pie, pero no
hizo un movimiento hacia la puerta—. Ruth no iba a decirle sobre el huerto o de
lo otro.
—Entonces me
alegro de que me lo dijeras.
Vlad escuchó a
Merri Lee bajar las escaleras antes de apartarse de la mesa y acercarse a las
ventanas que daban a la Avenida Crowfield.
Los malditos
Monos se mantenían charlando sobre el movimiento Humanos Primero y Últimos en la radio y en los periódicos. Los
humanos eran una especie advenediza en comparación con los Terráneos, que, de
una u otra forma, habían estado caminando en el mundo mucho antes que los
dinosaurios. Pero los humanos pensaban que deberían controlar el mundo, y los
discursos de los miembros del movimiento HPU alentaban ese tipo de pensamiento.
¿Los humanos
no se daban cuenta de que los Terráneos habían escuchado esas palabras antes?
¿Acaso los humanos entendían de que esas palabras eran una advertencia de que
una lucha por el territorio estaba construyéndose bajo la superficie?
¿No se
preguntaban qué le había pasado a las ciudades y civilizaciones, las veces
anteriores que los humanos había hecho tales afirmaciones?
Bien, pensó Vlad. Que vengan. Ustedes, monos no tienen idea de lo que hay en el país
salvaje. Pero lo verán. Si inician una pelea con los Otros en Thaisia, lo
descubrirán.
Mientras
miraba distraídamente el tráfico en movimiento a lo largo de la Avenida
Crowfield, vio a un coche parar al otro lado de la calle. Dos hombres se
bajaron, sacaron un poco de material del tronco, y comenzaron a clavar un
cartel en el patio de uno de los grandes edificios de apartamentos de piedra
frente al Courtyard. Luego se fueron a través del patio de una casa de madera
de dos pisos y clavaron otro cartel en el césped del otro gran edificio de
apartamentos.
Vlad miró por
encima del hombro a las tarjetas sobre la mesa. Estudió los carteles de En venta que acababa de ser puestas a través
de la calle.
No puedo esperar a discutir esto con Simon, pensó
mientras regresaba al escritorio y envió un breve correo electrónico a todos
los Sanguinati que vivían en Thaisia. Lo que Meg había visto ya estaba en
movimiento, lo que significa que las profetas de la sangre, las sangre dulce,
ya estaban en peligro.
Cerró el
programa de correo electrónico y dejó Aullidos,
Buena Lectura, ni siquiera se detuvo el tiempo suficiente para decirle a
Merri Lee que se iba. Cambiando a su forma de humo, Vlad corrió a las Cámaras
para informarle al abuelo Erebus.
No puedo esperar por el libro completo, que emocion, cada vez se pone mas interesante :D y muchas gracias por su trabajo >u< son geniales
ResponderEliminarpronto pronto va a estar, nosotras también nos morimos de ganas porque hasta ahora solo una lo ha leído todo...
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