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domingo, 15 de mayo de 2016

Adelanto: Shifting Shadows - Patricia Briggs - Silver (primera parte)


Silver

(Plata)


Relata el romance malogrado entre Ariana y Samuel, la primera mitad de la historia continúa en Silver Borne. El relato también es una suerte de historia sobre el origen, ya que el cómo conoció a Ariana está ligado a la historia de la bruja, su abuela, que mantuvo cautivos a Samuel y su padre por un tiempo muy largo. Tengo que decir que si no hubiera sido por las constantes solicitudes de esta historia, yo, por lo general una narradora de cuentos más felices, habría dejado a éste en el olvido.

Como nota histórica, y para aquellos que necesitan saber la edad de Samuel y Bran. El cristianismo llegó a Gales muy temprano, tal vez tan pronto con el primer o segundo siglo de los romanos. El cuándo se llevó a cabo exactamente los acontecimientos de esta novela, ni Samuel ni Bran supieron decirme. Bran se limitó a sonreír como un niño sin preocupaciones, así que supe que le dolía recordar, y dijo:
—Nosotros no prestamos atención al tiempo de esa manera. No en ese momento.

Samuel me dijo:
—Cuando se llega a ser tan antiguo, esos primeros días se confunden.

No soy un hombre lobo, pero puedo, después de todo este tiempo, saber cuándo Samuel me está mintiendo.

Sé que los acontecimientos de esta historia acontecen mucho, mucho tiempo antes de el Llamado de la Luna.

*****




UNO



Samuel

Tres semanas después del día en que enterré a mi hijo más joven, y varios días después de que enterré a mi hijo mayor, un joven que nunca llegaría a envejecer, alguien llamó a mi puerta.

Me di la vuelta de mi estera para dormir y posé mis pies en el suelo, pero no hice ningún intento de contestar la llamada. Estaba muy oscuro afuera, y la única razón para que alguien llamara a mi puerta en medio de la noche, era porque alguien estaba enfermo. Todo mi conocimiento de la tradición y las hierbas curativas no pudieron salvar a mi esposa o a mis hijos. Si alguien estaba enfermo, estaba mejor sin mí.

—Puedo escucharte, —dijo la voz de mi papá bruscamente—. Déjame entrar.

Algún otro día, antes de la muerte de mi familia, me habría sorprendido. Había pasado un largo tiempo desde que había oído la voz de mi padre. Pero mi papá, siempre sabía cuando estaba en problemas. Ese descubrimiento había sobrevivido a mi infancia.

Estaba más allá de preocuparme por algo, esperado o inesperado. Acostumbrado a obedecerlo, abrí la puerta y di un paso atrás.

El hombre de pie afuera entró rápidamente, con cuidado de no perder el calor del fuego nocturno. El hogar en el centro de mi casa estaba abarrotado y cubierto para la noche, y no lo alimentaría de nuevo hasta la mañana. Con la puerta cerrada, la habitación estaba demasiado oscura para ver, porque las aberturas de las ventanas también estaban cubiertas contra el frío nocturno.

No vi la forma en que lo hizo, porque no escuche el golpe del pedernal, pero encendió la vela de sebo. Él siempre mantenía una vela en la repisa, junto a la puerta, donde una de las rocas que formaban las paredes de la casa sobresalían. Después que se fue y dejándome la cabaña, me pareció práctico dejar una allí también.

En esa luz tenue pero útil, se bajó la capucha de su capa hecha jirones, y vi su cara arrugada, parecía más viejo y más curtido de cuando lo vi por última vez hace una docena o más estaciones.

Su cabello estaba enhebrado con hebras de gris canoso, y su barba era un blanco nieve nada familiar. Se movía con una cojera que no había tenido la última vez que lo había visto, pero aparte de eso se veía bien para un anciano. Dejó el paquete grande que llevaba a la espalda y la bolsa de cuero que contenía su gaita. Él se quitó la ropa de abrigo y la colgó junto a la puerta donde mi papá siempre había colgado tales cosas.

—Los cuervos me dijeron que me necesitabas, —le dijo a mi silencio.

Rara vez mi papá hablaba de cosas extrañas,  y sólo en familia, que se había reducido a sólo yo, ya que mi hermano menor había muerto cuatro años atrás de una enfermedad debilitante. Pero papá era bueno para predecir cosas y saber cosas de la bruja evasiva que imperaba en nuestro pueblo. También tenía una manera más fácil hacer fuego o encender velas que cualquiera otra persona que yo conocía, madera húmeda, mala yesca o mecha sin recortar, no tenía importancia para él.

—No sé cómo puedes ayudarme, —le dije, mi voz ronca por la falta de uso—. Están todos muertos. Mi esposa, mis hijos.

Miró hacia abajo, y supe que no era nuevo para él, que los cuervos, o cualquier otra cosa mágica que hablaron con él, le contaron acerca de sus muertes.

—Bien, entonces, —dijo—, ya era tiempo para volver. —Él levantó la vista y se encontró con mis ojos, y pude ver la preocupación en su rostro—. A pesar de que pensé que me encontraría frente a los problemas, no detrás.

Las palabras deberían haberme enviado un frío recorriéndome por la espalda, pero yo tontamente creí que lo peor que me podía pasar, ya había sucedido.

—¿Cuánto tiempo te quedas? —Pregunté.

Él inclinó la cabeza como si hubiera oído algo que yo no.
—Por el invierno, —me dijo al fin, y traté de no sentir alivio porque no iba a estar solo. Traté de no sentir nada más que dolor. Mi familia se merecía mi dolor, y yo, que no había podido salvarlos, no me merecía sentir alivio.


*****



Fue un duro invierno, como si la naturaleza misma llorara conmigo. Mi papá, no se interpuso en el camino de mi duelo, pero se aseguró de que me levantara por la mañana e hiciera las tareas que eran menester para pasar el día. No me presionaba, sólo me observaba hasta que hacía lo correcto. Un hombre trabajaba, y él atendía las cosas que necesitaban ser atendidas, ya conocía esas lecciones de mi infancia. Él no era un hombre al que las personas contradecían, y era tan cierto para mí como lo era para el resto de la población.

Las personas acudieron a saludarlo. Parte de la atención se debía a que era respetado y querido, pero la mayor parte porque podía ser inducido a tocar para ellos. La música no era poco común en nuestro pueblo, la mayoría de la gente cantaba y tocaba un pequeño tambor o gaita. Pero la mayoría de la gente no se le daba el cantar como a mi padre. Cuando mi madre murió, nadie se sorprendió cuando él volvió a sus viajes, cantando por techo y comida, como lo había estado haciendo cuando la conoció.

La gente le trajo un poco de lo que tenían para pagar por su música, y entre eso y la medicina que cambié en trueque, tuvimos suficiente para almacenar para el invierno a pesar de que no me había ocupado de las cosas de nuevo como usualmente lo hacía. No me había preocupado acerca de si había comida suficiente para comer o suficiente madera para quemar.

No me había preocupado de mí mismo, porque así muy pronto me uniría a mi pequeña familia en sus tumbas frías. Con mi papá aquí, esa ruta ahora golpeaba a cobardía, y si olvidaba eso a veces, la fría mirada de mi papá me lo recordaba.

Se sentía extraño, sin embargo, no tener a alguien a quien cuidar; durante tanto tiempo fui el jefe de familia. No estaba habituado a preocuparme por papá: él no era el tipo de persona que necesitaba de alguien preocupándose de él. Había sobrevivido a su infancia, y no me había contado de ella, más allá de decirme que había sido dura. Pero mi madre, ella sabía cómo fue, y eso le provocaba un orgullo feroz teñido de tristeza y ternura. Sólo sabía que había dejado su casa mientras todavía era un niño imberbe. Viajó y prosperó en un mundo hostil a los extranjeros.

Era duro, y eso le dio confianza para hacer que los familiares de mamá se retractaran, cuando se opusieron a su matrimonio con un hombre fuera del pueblo. Era inteligente, y más que eso, era sabio. Cuando hablaba sobre los asuntos del pueblo, que no lo hacía menudo, los aldeanos lo escuchaban.

Había sobrevivido a viajar por el mundo después de la muerte de madre, y todavía estaba iluminado con la alegría que daba más calor a la casa que los troncos en el hogar, aunque el frío permanente por la muerte de mis pequeños y su madre era profundo.

Mi padre, él podría sobrevivir a cualquier cosa, y su ejemplo me obligó a hacer lo mismo. Incluso cuando no quería.


7 comentarios:

  1. Gracias me encanta esta saga, sabrán si algún blogspot vaya a traducir el último libro de Mercy FIRE TOUCHED

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    1. Había un grupo que tenía esta saga como proyecto, no se si seguirán no hemos podido averiguarlo, de hecho ese mismo grupo tenía -según nos dijeron- este libro, pero al no tener noticias lo tomamos como proyecto. Pero seguiremos buscando ya que nos encanta la saga

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  2. Muchas Gracias por el capítulo *---*...

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  3. Me encanta esta escritora.Muchas gracias

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  4. Me encanta esta escritora.Muchas gracias

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  5. Adoro esta escritora, sobretodo la saga de Mercy Thompson. Queria los libros en hojas pero aqui en España apenas sacaron los dos, tres libros si no me equivico y odio comprarme libros a medias...es una pena por que son geniales. A veces pienso que las editoriales no valoran los libros buenos y editan chorradas. Y luego quieren que los adolescentes lean...jejeje
    Gracias x vuestro trabajo

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  6. Me gustan mucho los libros de esta escritora. AyO es mi saga favorita pero también me gusta mucho Mercy Thompson. Alguien sabe del 9 libro de su serie???

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