Silver
(Plata)
Relata el
romance malogrado entre Ariana y Samuel, la primera mitad de la historia continúa
en Silver Borne. El relato también es una suerte de historia sobre el origen,
ya que el cómo conoció a Ariana está ligado a la historia de la bruja, su
abuela, que mantuvo cautivos a Samuel y su padre por un tiempo muy largo. Tengo
que decir que si no hubiera sido por las constantes solicitudes de esta
historia, yo, por lo general una narradora de cuentos más felices, habría
dejado a éste en el olvido.
Como nota
histórica, y para aquellos que necesitan saber la edad de Samuel y Bran. El
cristianismo llegó a Gales muy temprano, tal vez tan pronto con el primer o
segundo siglo de los romanos. El cuándo se llevó a cabo exactamente los
acontecimientos de esta novela, ni Samuel ni Bran supieron decirme. Bran se
limitó a sonreír como un niño sin preocupaciones, así que supe que le dolía
recordar, y dijo:
—Nosotros no
prestamos atención al tiempo de esa manera. No en ese momento.
Samuel me
dijo:
—Cuando se
llega a ser tan antiguo, esos primeros días se confunden.
No soy un
hombre lobo, pero puedo, después de todo este tiempo, saber cuándo Samuel me
está mintiendo.
Sé que los
acontecimientos de esta historia acontecen mucho, mucho tiempo antes de el
Llamado de la Luna.
*****
UNO
Samuel
Tres semanas
después del día en que enterré a mi hijo más joven, y varios días después de
que enterré a mi hijo mayor, un joven que nunca llegaría a envejecer, alguien
llamó a mi puerta.
Me di la
vuelta de mi estera para dormir y posé mis pies en el suelo, pero no hice
ningún intento de contestar la llamada. Estaba muy oscuro afuera, y la única
razón para que alguien llamara a mi puerta en medio de la noche, era porque
alguien estaba enfermo. Todo mi conocimiento de la tradición y las hierbas
curativas no pudieron salvar a mi esposa o a mis hijos. Si alguien estaba
enfermo, estaba mejor sin mí.
—Puedo
escucharte, —dijo la voz de mi papá bruscamente—. Déjame entrar.
Algún otro
día, antes de la muerte de mi familia, me habría sorprendido. Había pasado un
largo tiempo desde que había oído la voz de mi padre. Pero mi papá, siempre
sabía cuando estaba en problemas. Ese descubrimiento había sobrevivido a mi
infancia.
Estaba más
allá de preocuparme por algo, esperado o inesperado. Acostumbrado a obedecerlo,
abrí la puerta y di un paso atrás.
El hombre de
pie afuera entró rápidamente, con cuidado de no perder el calor del fuego
nocturno. El hogar en el centro de mi casa estaba abarrotado y cubierto para la
noche, y no lo alimentaría de nuevo hasta la mañana. Con la puerta cerrada, la
habitación estaba demasiado oscura para ver, porque las aberturas de las
ventanas también estaban cubiertas contra el frío nocturno.
No vi la forma
en que lo hizo, porque no escuche el golpe del pedernal, pero encendió la vela
de sebo. Él siempre mantenía una vela en la repisa, junto a la puerta, donde
una de las rocas que formaban las paredes de la casa sobresalían. Después que
se fue y dejándome la cabaña, me pareció práctico dejar una allí también.
En esa luz
tenue pero útil, se bajó la capucha de su capa hecha jirones, y vi su cara
arrugada, parecía más viejo y más curtido de cuando lo vi por última vez hace una
docena o más estaciones.
Su cabello
estaba enhebrado con hebras de gris canoso, y su barba era un blanco nieve nada
familiar. Se movía con una cojera que no había tenido la última vez que lo
había visto, pero aparte de eso se veía bien para un anciano. Dejó el paquete
grande que llevaba a la espalda y la bolsa de cuero que contenía su gaita. Él
se quitó la ropa de abrigo y la colgó junto a la puerta donde mi papá siempre
había colgado tales cosas.
—Los cuervos
me dijeron que me necesitabas, —le dijo a mi silencio.
Rara vez mi
papá hablaba de cosas extrañas, y sólo
en familia, que se había reducido a sólo yo, ya que mi hermano menor había
muerto cuatro años atrás de una enfermedad debilitante. Pero papá era bueno
para predecir cosas y saber cosas de la bruja evasiva que imperaba en nuestro
pueblo. También tenía una manera más fácil hacer fuego o encender velas que
cualquiera otra persona que yo conocía, madera húmeda, mala yesca o mecha sin
recortar, no tenía importancia para él.
—No sé cómo
puedes ayudarme, —le dije, mi voz ronca por la falta de uso—. Están todos
muertos. Mi esposa, mis hijos.
Miró hacia
abajo, y supe que no era nuevo para él, que los cuervos, o cualquier otra cosa mágica
que hablaron con él, le contaron acerca de sus muertes.
—Bien,
entonces, —dijo—, ya era tiempo para volver. —Él levantó la vista y se encontró
con mis ojos, y pude ver la preocupación en su rostro—. A pesar de que pensé
que me encontraría frente a los problemas, no detrás.
Las palabras
deberían haberme enviado un frío recorriéndome por la espalda, pero yo
tontamente creí que lo peor que me podía pasar, ya había sucedido.
—¿Cuánto
tiempo te quedas? —Pregunté.
Él inclinó la
cabeza como si hubiera oído algo que yo no.
—Por el
invierno, —me dijo al fin, y traté de no sentir alivio porque no iba a estar
solo. Traté de no sentir nada más que dolor. Mi familia se merecía mi dolor, y
yo, que no había podido salvarlos, no me merecía sentir alivio.
*****
Fue un duro
invierno, como si la naturaleza misma llorara conmigo. Mi papá, no se interpuso
en el camino de mi duelo, pero se aseguró de que me levantara por la mañana e
hiciera las tareas que eran menester para pasar el día. No me presionaba, sólo
me observaba hasta que hacía lo correcto. Un hombre trabajaba, y él atendía las
cosas que necesitaban ser atendidas, ya conocía esas lecciones de mi infancia.
Él no era un hombre al que las personas contradecían, y era tan cierto para mí
como lo era para el resto de la población.
Las personas
acudieron a saludarlo. Parte de la atención se debía a que era respetado y
querido, pero la mayor parte porque podía ser inducido a tocar para ellos. La
música no era poco común en nuestro pueblo, la mayoría de la gente cantaba y
tocaba un pequeño tambor o gaita. Pero la mayoría de la gente no se le daba el
cantar como a mi padre. Cuando mi madre murió, nadie se sorprendió cuando él
volvió a sus viajes, cantando por techo y comida, como lo había estado haciendo
cuando la conoció.
La gente le
trajo un poco de lo que tenían para pagar por su música, y entre eso y la
medicina que cambié en trueque, tuvimos suficiente para almacenar para el
invierno a pesar de que no me había ocupado de las cosas de nuevo como
usualmente lo hacía. No me había preocupado acerca de si había comida
suficiente para comer o suficiente madera para quemar.
No me había
preocupado de mí mismo, porque así muy pronto me uniría a mi pequeña familia en
sus tumbas frías. Con mi papá aquí, esa ruta ahora golpeaba a cobardía, y si
olvidaba eso a veces, la fría mirada de mi papá me lo recordaba.
Se sentía
extraño, sin embargo, no tener a alguien a quien cuidar; durante tanto tiempo
fui el jefe de familia. No estaba habituado a preocuparme por papá: él no era
el tipo de persona que necesitaba de alguien preocupándose de él. Había
sobrevivido a su infancia, y no me había contado de ella, más allá de decirme
que había sido dura. Pero mi madre, ella sabía cómo fue, y eso le provocaba un
orgullo feroz teñido de tristeza y ternura. Sólo sabía que había dejado su casa
mientras todavía era un niño imberbe. Viajó y prosperó en un mundo hostil a los
extranjeros.
Era duro, y
eso le dio confianza para hacer que los familiares de mamá se retractaran,
cuando se opusieron a su matrimonio con un hombre fuera del pueblo. Era
inteligente, y más que eso, era sabio. Cuando hablaba sobre los asuntos del
pueblo, que no lo hacía menudo, los aldeanos lo escuchaban.
Había
sobrevivido a viajar por el mundo después de la muerte de madre, y todavía
estaba iluminado con la alegría que daba más calor a la casa que los troncos en
el hogar, aunque el frío permanente por la muerte de mis pequeños y su madre
era profundo.
Mi padre, él
podría sobrevivir a cualquier cosa, y su ejemplo me obligó a hacer lo mismo.
Incluso cuando no quería.
Gracias me encanta esta saga, sabrán si algún blogspot vaya a traducir el último libro de Mercy FIRE TOUCHED
ResponderEliminarHabía un grupo que tenía esta saga como proyecto, no se si seguirán no hemos podido averiguarlo, de hecho ese mismo grupo tenía -según nos dijeron- este libro, pero al no tener noticias lo tomamos como proyecto. Pero seguiremos buscando ya que nos encanta la saga
EliminarMuchas Gracias por el capítulo *---*...
ResponderEliminarMe encanta esta escritora.Muchas gracias
ResponderEliminarMe encanta esta escritora.Muchas gracias
ResponderEliminarAdoro esta escritora, sobretodo la saga de Mercy Thompson. Queria los libros en hojas pero aqui en España apenas sacaron los dos, tres libros si no me equivico y odio comprarme libros a medias...es una pena por que son geniales. A veces pienso que las editoriales no valoran los libros buenos y editan chorradas. Y luego quieren que los adolescentes lean...jejeje
ResponderEliminarGracias x vuestro trabajo
Me gustan mucho los libros de esta escritora. AyO es mi saga favorita pero también me gusta mucho Mercy Thompson. Alguien sabe del 9 libro de su serie???
ResponderEliminar