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viernes, 8 de abril de 2016

Adelanto: Capítulo 22 Marked in Flesh - Anne Bishop (segunda parte)



*****



Monty entró en el despacho del Capitán Burke, seguido por Kowalski y Louis Gresh, quien cerró la puerta.

Burke miró la puerta, y luego cruzó las manos sobre el vade de sobremesa del escritorio y dio a los hombres su sonrisa feroz-cordial.
—Normalmente soy yo quien decide si es o no, una reunión privada.

—Esta tiene que ser una reunión cerrada,— respondió Monty.

—¿Hubo un alboroto en el Courtyard? — Preguntó Louis.

—Algo por el estilo. Theral MacDonald está bien. Ella no sabía nada de lo que había sucedido, o que la involucraba, hasta que fui a la oficina médica para hablar con ella. Meg no estaba disponible, pero Nathan Wolfgard fue directo sobre lo que había ocurrido.

—Lo mismo Pete Denby, — dijo Burke—. Me llamó otra vez mientras estaba tomando una declaración formal a Nathan. ¿Se inspeccionó el paquete?

Monty asintió.
—Una caja de bombones caros, con una tarjeta que decía: "Dulces para una chica dulce". No hay ninguna firma en la tarjeta, y la única cosa que el empleado de Entregas en cualquier parte pudo decirnos, fue que el paquete fue llevado a su ventana de recepción justo antes del cierre de ayer, y el hombre pagó la tarifa extra de mercancía perecedera que debía ser entregada a la mañana siguiente. El empleado no recordaba mucho sobre el hombre; sólo que parecía que había estado trabajando al aire libre... tenía manchas de césped en su ropa y suciedad en sus botas de trabajo. No había nada que indicara que el paquete fue enviado por Jack Fillmore, el ex abusivo de Theral.

—¿Pero? — Llevó a Burke.

—Hay indicios de que los chocolates fueron manipulados. No había objetos extraños dentro de los chocolates que se examinaron, por lo que el laboratorio tendrá que realizar pruebas para averiguar que hay dentro. — Monty tragó su ira. Si Meg Corbyn no hubiera reaccionado mal al paquete, Theral podría haber dado los chocolates a los niños como una golosina. ¿Qué le podría haber ocurrido a Lizzy,  Sarah o Robert Denby, si cualquier cosa en los chocolates estaba destinado a incapacitar a un adulto?

—En nuestro tiempo libre, el Oficial Debany y yo llamamos a los hoteles y casas de huéspedes, en particular a aquellos que ofrecen suites que se alquilan por semanas, y no hemos encontrado a nadie registrado bajo el nombre de Jack Fillmore, — dijo Kowalski.

—Lo que implica que se está quedando en cada hotel de alta rotatividad de la ciudad, o que se queda aquí bajo un alias,— dijo Burke.

—Lo más probable es que esté usando un alias, incluso si él está viviendo y trabajando en otra ciudad, — dijo Louis.

—Eso podría explicar la diferencia en el tiempo entre cuando envió las flores a Theral para confirmar que estaba trabajando en el Courtyard y esta entrega de dulces manipulados, — dijo Monty—. Hay un número limitado de pueblos y ciudades controladas por humanos a una distancia razonable de Lakeside, e incluso pasar la noche para vigilar la casa de MacDonald o vigilar a Theral para tratar de establecer una rutina, significaría el uso de días programados fuera del trabajo. Si Fillmore se tomara cualquier otro tiempo libre del trabajo, se registrarían y formaría un patrón.


—No tenemos ninguna prueba de que Fillmore enviara las flores o estos chocolates,— Burke señaló—. Hemos hecho suposiciones basadas en la historia de Theral con este hombre, y estamos más inclinados a tomar su palabra porque Lawrence MacDonald era su primo y uno de nosotros.

—Hasta ahora él -o alguien- ha intentado dos veces -sin lograrlo- superar el mostrador de la Oficina del Enlace. En realidad, es la Oficina del Enlace de lo que quería hablar. — Monty transmitió la información que Nathan le había dado de que Entregas en cualquier parte, pasaría a convertirse en: Entregas en cualquier parte humana.

Burke dejó escapar un suspiro de bronca.
—Jodidos tontos. Si siguen con esta mierda, los humanos serán desalojados de Lakeside. Voy a pedir a Pete que compruebe los contratos de arrendamiento de tierras, que averigüe que gran parte de la ciudad se podría perder y qué tan pronto. Sólo los dioses saben lo que haremos si los trenes que van y vienen desde Lakeside pierden por completo el derecho de paso por el País Salvaje y la ciudad ya no fuera más un destino viable.

—Los caminos entre las ciudades también entran en el derecho de paso, — dijo Louis—. Y los buques de carga que se mueven en los Grandes Lagos ya están en una situación precaria. Podríamos quedar aislados.

—Cada ciudad bajo control humano en el continente puede quedar aislada. La gente lo ha estado olvidando últimamente. — Burke miró a los tres hombres—. ¿Algo más? ¿No? Entonces, vamos a hacer todo lo posible para mantener las cosas sin problemas.

Monty, Kowalski, y Louis abandonaron la oficina de Burke.

Pensando en la pérdida del derecho de paso entre ciudades, Monty fue a su escritorio y llamó a su madre para instarla, una vez más, a hacer las maletas y venir a Lakeside tan pronto como pudiera.



*****



Simon, Jackson, Blair, Henry, y Vlad formaban un círculo alrededor de uno de los Bow.

—¿Su Meg conduce alrededor del Courtyard en eso?— Preguntó Jackson.

—No sirve para conducir alrededor de las calles de la ciudad, pero ella lo hace muy bien aquí, — respondió Simon, a la defensiva. La conducción de Meg había mejorado en los últimos meses, por lo que "muy bien" era una evaluación precisa de su habilidad. Pero al mirar por encima del Bow a Jackson, comprendió la verdadera pregunta—. Cuando los bisontes crezcan, van a ser más grandes que el Bow.

—Más grandes y más pesados. — Jackson presionó las dos manos en el marco del Bow y lo empujó. El pequeño vehículo se balanceó—. Esto se volcará si un bisonte le pega.

Un escalofrío de miedo pasó por Simon. Los Bow podrían traquetear en las carreteras del Courtyard; podían mantener a alguien seco durante el tiempo lluvioso o con nieve. Podrían, con el conductor adecuado, traquetear a lo largo de las carreteras mojadas o con nieve sin ningún contratiempo. ¿Podría un Bow -y su conductor- sobrevivir a una colisión con algo tan grande como un bisonte? —. Ellos no tendrían ninguna razón para perseguir a un Bow o cargar contra uno. — Eso no significaba que uno de los bisontes no confundiría el Bow con algo que debía ser perseguido o desafiado.

—¿Van a ser un problema para los ciervos? — Preguntó Blair—. La tierra del Courtyard puede alimentar a la manada que vive dentro de sus límites, y la manada es lo suficientemente grande como para alimentar a nuestra manada y proveer carne para el resto de los residentes del Courtyard. ¿Qué parte de la comida de los ciervos consumirán los bisontes?

Vlad frunció el ceño.
—¿Dime otra vez por qué tenemos bisontes en el Courtyard?

Tenía espacio para moverse, pero aún así, Simon se sentía acorralado.

—Porque Meg vio bisontes en la Comunidad River Road, y la cachorra Esperanza dibujo la visión de Jackson trayendo once bisontes para nosotros. — Entonces se le ocurrió que, tal vez, habían malinterpretado las visiones de las Casandra de sangre. Después de todo, lo que veían no siempre sucedía.

Tal vez tener bisontes en el Courtyard no era una buena idea después de todo.

—Bueno, — dijo Henry—, si los bisontes son un problema, sólo tendremos que comérnoslo antes.

Infeliz por haber tomado una mala decisión, Simon se pasó una mano por el pelo y quiso olvidarse de los bisontes por un rato. No hacía demasiado calor. Tal vez podría convencer a Meg para jugar un juego de persecución antes de comer la cena. O la podría perseguir hacia y desde el jardín del Complejo Verde si ella iba a sacar las malas hierbas.

—Si nos comiéramos todo lo que fuera un problema...

—Todos estaríamos gordos, — finalizó Blair.

Henry soltó una risa.
—Hasta que decidamos qué hacer con ellos, nos aseguraremos de que alguien vigile a los bisontes, cuando Meg este en el Bow.

Con esa parte resuelta, llevaron el Bow a uno de los garajes detrás del Complejo Verde y lo enchufaron para cargar el vehículo.

—¿Vas a tomar el tren temprano mañana por la mañana?— Preguntó Simon a Jackson cuando todos ellos cruzaron a través del arco que proporciona acceso entre los garajes a los apartamentos.

—Quiero llegar a casa. Con tantos humanos actuando agresivos y extraños, no me siento bien estando tan lejos de Grace y Esperanza.— Jackson miró a su alrededor—. ¿Podemos tener una carrera más?

Vlad se paró de repente, una mirada peculiar en su rostro.

—¿Qué? — Preguntó Simon.

—Tess dice uno de nosotros necesita hablar con Meg sobre sus habilidades proféticas, — respondió Vlad—. Tú y Jackson hagan su carrera. Yo me encargo de esto.

—¿Sabes qué es esto?

—No. — Vlad cambió a humo y se dirigió a la Plaza Comercial hasta la Oficial del Enlace a una velocidad que superaría a cualquier presa a pie.

—Vayan, — dijo Henry—. Corran. Se sentirán mejor así.

No podía discutir con eso, así que Simon, Jackson, y Blair se fueron al apartamento de Simon para arrojar la ropa y la forma humana, y recordar lo que realmente eran.


*****



Vlad se detuvo en las sombras de la vía de acceso y cambió a humano antes de caminar hacia el frente de la Oficina del Enlace y entrar por esa puerta.

Meg de repente duda de su capacidad de ver visiones con precisión, Tess había dicho. Dice que no está funcionando bien. Ella me está alterando, por lo que Simon o tú tienen hablar con ella.

No había problema. Él tenía mucho que decirle a Meg Corbyn.

«Necesito hablar con Meg,» le dijo Nathan.

Nathan miró la puerta privada.
« Ella está infeliz. No sé por qué. Nadie la ha molestado.»

Vlad agitó un dedo a la otra cama de Lobo.
«¿Dónde está Saltarín?»

«Jugando con Sam. Estuvieron jugando con los cachorros humanos por un rato, pero los humanos pasaban quejándose de que se aburrían. ¿Qué es aburrirse?»

Un rasgo humano que no queremos adquirir, pensó Vlad.
«¿Sam y Saltarín no están con Meg?»

«No, Sam dejó su ropa en Aullidos, Buena Lectura, y él y Saltarín volvieron al Complejo Wolfgard a través del pozo.»

Con eso ya resuelto, -y sintiendo la seguridad de que esta conversación no sería interrumpida- Vlad se abrió paso a través de la puerta privada. Al cerrar la puerta, Meg se apartó de la mesa de clasificación, claramente sorprendida de verlo.

—¿Vlad?

Él cerró la puerta de la habitación de atrás antes de caminar hacia la mesa.

—Tengo entendido que estás buscando una evaluación de desempeño. ¿No es así como los humanos lo llaman? — Oyó la brusquedad en su voz.

—¿Por qué estás enojado conmigo?

Tenía 11 razones, pero los bisontes, en realidad, no eran su culpa.
—No contigo. Pero estoy enojado. Más de lo que pensaba. — Para darse tiempo para ordenar sus pensamientos, miró las barajas de cartas sobre la mesa—. ¿Cómo funcionan estas?

—No estoy segura.

—¿Qué significa eso?

—¡Significa que no estoy segura!

La estridencia de su voz hizo que la mirara, que realmente la mirara. ¿Esa ansiedad en los ojos, el estrés que vio en su cara, era porque los Otros habían pedido demasiado de ella, porque esperaban demasiado de alguien que era sólo una polluela, independientemente de su edad física?

—Parece que piensas que hay algo mal con tus habilidades como profeta. ¿Por qué? Y no me digas "no estoy segura".  — Él agudizó su voz para sonar como una chica y ese tono fue tan insultante que Meg bien podía estallar en lágrimas o ir a zarandearlo.

—¡Incluso una niña pequeña puede decir la diferencia entre una caja de bombones y una cesta de manzanas! — Gritó.

Enfado. Bien. Lo prefería al llanto.

—Si le muestras a un niño una fotografía de ambas cosas, supongo que sabría cuál es cuál, si es que tuviera la edad suficiente para saber esas cosas, — dijo Vlad ligeramente. Al azar, cortó uno de los mazos de cartas y dio vuelta la carta superior. Mostraba una mesa llena de alimentos: puré de patatas, una ensalada, una cesta de pan, verduras cocidas, y en el centro, un gran asado.

Mi respuesta a lo que hay que hacer con los bisontes, pensó mientras devolvía la carta al mazo.

—¿Así que todo este alboroto emocional es porque seleccionaste una carta que no coincidía con el peligro específico? — Él no esperó a que le respondiera—. ¿Alguien te pidió una pregunta? ¿Alguien, incluyendo ti, preguntó: "¿Qué hay en ese paquete?".

Meg arrugó la frente concentrándose.
—Escogí la carta de las manzanas cuando el camión de reparto llegó. Antes de que el paquete estuviera en la oficina. Pero, por un momento, la imagen...

Cuando ella se fue apagando, él terminó su reflexión.
—Fue como si una de las imágenes de entrenamiento se hubiera superpuesto sobre la carta, mostrándote una verdad más allá de lo que el ojo podía ver.

—Sí. Y cuando fui al mostrador para hablar con Harry, mi lengua comenzó a arder, como si fuera ahí donde tenía que cortarme para revelar la profecía.

Había visto la cantidad de sangre que fluía cuando una lengua era mordida o cortada. No quería pensar en Meg colocando la navaja de plata en su boca.

—Pero no tuviste que hacer eso porque ya sentiste que había algo malo en lo que estaba en el paquete. — Vlad tocó uno de los otros mazos, un movimiento ocioso—. Meg, hiciste una conexión entre dos cosas y te dio la advertencia. ¿Cómo es que eso es inadecuado?

—¡Porque tengo que encontrar la manera de hacer este trabajo para todo el mundo! — Ella hizo un gesto con la mano para indicar todas las barajas de cartas.

—No, no tienes, — espetó—. Se te ha pedido que consideres si el uso de estas cartas es una posible alternativa a las chicas que se cortan a sí mismas para liberar las visiones, no que lo averigües todo en un par de días. Y no estamos hablando de las otras chicas en este momento. Estamos hablando de ti. Sólo tú. Entonces, ¿de qué se trata realmente?

—Mis profecías solían ser exactas, —  exclamó Meg—. Costaba mucho comprar un corte en mi piel debido a que mis profecías eran exactas.

—Aún lo son.

Ella sacudió la cabeza con tanta fuerza que él temió que se hubiera herido el cuello.

—Ya no soy precisa. No como era en el... —Ella tragó saliva—. En el recinto.

—Cuando la profecía es hablada, no recuerdas lo que ves; no recuerdas lo dices. ¿Cómo sabes que eras más precisa?

—Los clientes del Controlador no habrían pagado tanto si no lo hubiera sido, — susurró Meg. Ella evitó sus ojos—. ¿Dónde está Simon?

—Está corriendo con Jackson y Blair mientras trata de averiguar qué hacer con 11 grandes y malolientes errores. — Vlad suspiró—. Tal vez no son tus profecías las que son inexactas de repente; Tal vez sea la capacidad de tus intérpretes. Después de todo, esto es una nueva experiencia para todos en el Courtyard. Pero nunca has tenido a nadie que te mostrara lo que habías dicho o que dibujara pequeños cuadros como Merri Lee hace para desentrañar las imágenes. Nunca viste a tus propias profecías llegar a pasar, por lo que nunca llegaste a ver si sucedieron de verdad.

—Hasta ahora. — Meg miró alrededor de la sala de clasificación.

—No he estado llevando la cuenta, pero creo que al menos la mitad de las veces, desde que vives en el Courtyard, lo que has visto no ha ocurrido porque lo viste. Piensa en ello, Meg. Los ponis no murieron envenenados, porque los viste morir e identificaste donde podíamos encontrar el veneno. Nadine Fallacaro no murió cuando su tienda fue incendiada, porque viste imágenes que nos dieron la suficiente advertencia acerca de quién y dónde. Así como muchas de las profetas de la sangre fueron rescatadas porque las viste en peligro. — La ira ardió de nuevo en él—. De hecho, Sra. Corbyn, sus profecías han sido tan exactas, ¡que es tu culpa que terminamos con los estúpidos bisontes!

Ella dio un paso atrás, a pesar de que la mesa estaba entre ellos.
—¡Pero los vi! Cuando Simon quiso saber acerca de la Comunidad River Road, vi bisontes...Y... ¡y Esperanza hizo un dibujo de ellos!

—Tú los viste. Esperanza hizo un dibujo de ellos. ¡Y todo el mundo siguió todos los pasos que harían que eso sucediera sin detenerse a pensar si era algo que debería suceder!

Meg parpadeó.

Vlad dio vueltas por la habitación un par de veces, lo único que se le ocurrió hacer para calmar su agitación.

—Los Sanguinati son cazadores urbanos en su mayor parte. ¿Qué sabemos acerca de bisontes? — Nada de nada hasta que hizo un poco de investigación, pero los bisontes ya estaban en el tren en el momento en que recibió un mensaje de Tolya expresando cierta preocupación por ese plan—. Henry, que creció en el Noroeste, no se opuso a la idea. Tampoco Elliot. Y Simon... Bueno. Entiendo su pensamiento en algún grado. Carne fresca en las garras. Un montón de carne. Suficiente para alimentar a los Terráneos y a la manada humana. Pero se necesita una manada con experiencia en la caza de un animal tan grande para tener éxito sin salir lastimados.

—¿Lastimados? ¿Los Lobos podrían salir lastimados? Nadie me dijo que podrían salir lastimados. — Ella sonaba furiosa, y el ardor que le llenó los ojos le preocupo.

Vlad dejó de caminar. Podía imaginársela, una humana que podía ser derribada por un corte de papel, agitando su escoba hacia un bisonte, lista para golpearlo insensatamente para proteger a un cachorro de Lobo. La idea de que pudiera tratar de hacer exactamente eso, era espantosa y divertida a partes iguales.

Era el momento de alejar a Meg de los pensamientos sobre las criaturas con pezuñas. Un Lobo podría ser herido por una patada bien colocada de un ciervo, o ser herido por las astas. Dado que los Lobos no iban a dejar de cazar ciervos, no iba a ofrecer información que pudiera causar fricción en el Complejo Verde, cada vez que alguien trotara a casa con un pedazo de carne.

—Tú podrías salir lastimada también, algo en lo que no habíamos pensado, — dijo—. Estos bisontes son todavía jóvenes, aún en crecimiento. Pero no hay forma de saber cómo reaccionarán a la vista de un Bow, sobre todo una vez que maduren. —Y la idea de Meg herida y sangrando en el Bow estaba más allá de cualquier cosa que quisiera imaginar. No es que no la fueran a encontrar rápidamente; incluso cuando manejara por los alrededores sola, había un montón de Terráneos manteniendo un ojo en ella.

Pero no era un pensamiento que quisiera que el abuelo Erebus albergara. Una vez que eso ocurriera, los bisontes serían desangrados antes de que Simon tuviera la oportunidad de tomar una decisión como líder del Courtyard... y eso podría crear tensión entre los Sanguinati y los Wolfgard, que de ninguna forma podían permitirse cuando había toda esta agitación con los humanos.

—El punto es, dos profetas de la sangre vieron bisontes llegando a esta zona, — dijo Vlad—. Pero deberíamos haber preguntado si ese era el futuro que queríamos y qué consecuencias habría cuando trajéramos un animal a un área que no era parte de su territorio natural.

Meg tomó una respiración profunda y exhaló.
—Elije una carta.

—¿Qué?

—Querías saber cómo funcionaba. Escoge una carta.

Eligió la misma carta que había mirado previamente, luego observó el torpe esfuerzo de Meg para barajar las cartas antes de dejar el mazo sobre la mesa con su mano apoyada en la primera carta.

—Haz tu pregunta.

—¿Qué debemos hacer con los bisonte? — Luego añadió en silencio, habla, profeta, y yo te escuchare.

Meg cerró los ojos, respiró y exhaló un par de veces, luego cortó el mazo y giró su mano para revelar la carta.

Era la misma carta que él había elegido, la mesa llena de comida y el gran asado en el centro.

Vlad se rió.
—Muéstrasela a Simon.

Meg miró la carta e hizo una mueca.
—Simon estaba tan entusiasmado con la carne que Joe envió, y a él y a Sam le gusta tanto que no quisiera echar a perder el placer, pero...

Se rió de nuevo.
—No te gustaron las hamburguesas de bisonte.

—No.

Si le hubiera dicho eso a Simon, se habría resuelto el problema de los bisontes en el Courtyard antes de que las malditas cosas entraran en el tren, pensó Vlad.

«Una camioneta de reparto está entrando,» dijo Nathan.

—Tiempo para que ambos volvamos a trabajar. — Se acercó a la mesa y le sonrió mientras abría la puerta privada. La siguió hasta el mostrador y se apoyó en él, notando que Nathan se levantó y miraba al humano que se bajó de la camioneta. No era algún repartidor regular, entonces.

Meg frunció el ceño ante su portapapeles mientras escribía el nombre de la empresa en el costado de la camioneta.

—Entrega. — El hombre dejó un paquete en el mostrador.

Fue la manera en que Meg se apartó del hombre y del paquete lo que advirtió a Vlad y Nathan que algo estaba muy mal. Vlad se acercó al mostrador, empujando suavemente a Meg hacia la puerta privada, mientras que Nathan sigilosamente se movió para bloquear la puerta principal.

—Espere, — dijo Vlad cuando el hombre se giró para irse—. No he acordado aceptar este paquete.

—Tienes que aceptarlo.

—No, no lo creo. — El paquete estaba dirigido a la Sra. Amante de lobo MacDonald. La dirección de la "empresa", decía "Club de Polis Muertos".

Sonriendo lo suficiente para mostrar un colmillo, Vlad tomó el teléfono en el mostrador y llamó a la línea directa de Burke en la estación de la calle Chestnut.

—¿Capitán? Acabamos de recibir un paquete de algo llamado Club de Polis Muertos. ¿Qué le gustaría que hiciéramos con el hombre que lo entregó? Sí, todavía está aquí. Bueno, puede detenerlo, o nos lo podemos comer.

El hombre se quedó sin aliento. Meg dejó caer su portapapeles en la mesa de la sala de clasificación e hizo un sonido extraño. Dado que estaba a salvo del extraño, Vlad no le hizo caso, estaba más interesado en ese momento por el silencio de Burke antes de contestar que enviaría un coche.

Vlad colgó.

Un largo minuto después, el Oficial Debany, en uniforme, entró en la oficina a la carrera, casi tropezando con Nathan, que seguía bloqueando la puerta principal.

Debía haber estado preparándose para el trabajo cuando Burke llamo.

—Está bajo arresto, — dijo Debany.

—¡Solo entregue un jodido paquete! —  Protestó el hombre.

Dudando, Debany miró a Vlad.
—¿Cree eso?

Vlad miró por encima del hombro para comprobar a Meg y la vio cortarse la parte inferior de un dedo de su mano derecha.

—Arréstalo o lo vamos a matar, — espetó Vlad—. ¡De cualquier manera, lo quiero fuera de aquí! — «Nathan, sal a la calle con Debany.»

«¿Por qué?» Nathan gruñó.

«Ve.» Vlad se precipitó a la sala de clasificación, maldiciendo a Meg y a él mismo. Después de llamar a Burke, debería haber dejado que Nathan custodiara al desconocido mientras que él vigilaba a Meg.

Le sacó la navaja de la mano y la puso sobre la mesa. No había sangre evidente en la navaja; nada derramado en las cartas. Y no había tiempo para agarrar alguna cosa para absorber la sangre que goteaba de su dedo, por lo que puso su mano debajo de la de ella, luchando para no cambiar a humo y consumir las gotas de sangre que chocaron contra su piel.

—Habla, profeta y yo te escuchare. — ¿Cuánto tiempo había pasado mientras ella había tratado de tragar las palabras junto con la agonía que precedía a las palabras pronunciadas de la profecía? «¡Tess! ¡Oficina de Enlace, ahora!» No era su primera opción ya que ella ya estaba molesta con Meg, pero tenía experiencia en el trato con la chica durante estas profecías.

—Huevos podridos, — susurró Meg—. Manos. Pies. Huesos. Gusanos. — Una vacilación antes de que exhalara una última palabra—. Bala.

Se dejó caer al suelo. Vlad se hundió con ella, todavía sosteniendo su mano para mantener la sangre lejos del suelo.

Sintió a Tess adentrarse en la habitación y salir de nuevo. Cuando volvió, se agachó junto a Meg, levantó la mano ensangrentada, y le ató una toalla alrededor, dejando caer una segunda toalla debajo de la mano de Vlad. Le limpió rápidamente la sangre de Meg de su piel.

—Pon la toalla en el lavabo. Deja correr agua fría sobre ella mientras te lavas las manos. La manada femenina dice que sirve para extraer la sangre del tejido por lo que no perderemos lo que podríamos necesitar más adelante, — dijo Tess.

«¿Te puedes ocupar de ella?» — Vlad preguntó mientras corría hacia el baño—. «Necesito hablar con el Teniente Montgomery y el Capitán  Burke.»

«Escucho sirenas. No creo que vayas a tener que ir a buscar a alguno de ellos.» —Tess lo estudió cuando regresó—. «¿Es malo?»

«Esperemos que nuestra Meg este equivocada esta vez.»

«Ella aún no se ha equivocado. No realmente.»


En otro momento, la compresión de que podría haber dudado de Meg sería divertido. Pero no ahora.

8 comentarios:

  1. falta una tercera parte de este capítulo que la vamos a subir mañana junto con el capítulo 23

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  2. Gracias me encanta esta historia

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  3. Gracias me encanta esta novela, espero que no resulten heridos algunos 🐺 o los amigos de Meg.

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  4. muchas gracias por su trabajo, esta genial la historia

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  5. muero por conocer más... chicas, muchas, muchas gracias por su arduo trabajo! Espero con mucha ilusión para el final del cap 22 y el 23. Saludos

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  6. muy buenos los capis!! me di una maratón, gracias por la traducción voy a esperar los otros con ansias

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  7. Muchas gracias por vuestro trabajo. Cada vez está más interesante. Simon ,)

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  8. —Bueno, — dijo Henry—, si los bisontes son un problema, sólo tendremos que comérnoslo antes. —Si nos comiéramos todo lo que fuera un problema... —Todos estaríamos gordos, — finalizó Blair.

    JAJAJAJA... ME ENCANTÓ !!!!

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