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jueves, 3 de mayo de 2018

Adelanto: Capítulo 38 - Lake Silence - Anne Bisho




CAPÍTULO 38



Vicki


Windsday, 28 de Juin

Me senté en la cocina de Ineke y la vi cortar zanahorias para los Sproingers mientras resolvía el orden de las cosas que quería discutir. ¿Debería comenzar con las buenas noticias que tenían algunas preocupaciones o lo que se estaba desarrollando que me preocupaba más que un poco?

Las buenas noticias podrían esperar.
—Julian y Grimshaw están actuando de forma extraña.

—Son hombres, —respondió Ineke—. Es lo normal.

Claramente, ella no había visto a Julian en los últimos días y no apreciaba la profundidad de mi preocupación. Y probablemente no había visto mucho a Grimshaw, excepto en las comidas, y tal vez ni siquiera entonces, ya que Paige y Dominique solían servir a los invitados en el comedor.

—Más raro de lo normal.

—Ah. —Ineke colocó el cuchillo en la tabla de cortar—. Bueno, eso es perturbador.

—Desde que jugamos la versión Terránea del Asesino -que, según Aggie, cambia de lugar en lugar- los hombres han estado actuando como Maxwell cuando ve un patito que se ha alejado demasiado de su madre.

Ella alzó las cejas.
—¿Quieren raptarte y esconderte bajo el porche?

—Está bien, no como Maxwell. —El border collie estaba bien con la familia de patos que vivía en el estanque en la propiedad de Ineke, siempre y cuando los patitos estuvieran cerca de su madre. Pero si uno se alejaba de su madre como un collie, Maxwell lo secuestraba y llevaba al nido que había hecho debajo del porche, seguro de que el patito estaba huérfano y no sobreviviría sin su intervención. Por supuesto, eso resultaba en escaramuzas con la mamá pato casi a diario.

Sabía que Maxwell podía contar al menos hasta diez; así es como sabía cuando una de las ovejas humanas necesitaba ser rodeada. Resultó que la mamá de los patitos sabía cómo contar también y no aprobaba que un perro fuera un cuidador de patos.

Como Ineke había encontrado perros, patos y patitos debajo del porche después de la tormenta, acurrucados en la vieja colcha que Maxwell se había apropiado del tendedero unos meses atrás, se presumía que los chillidos de la mamá eran más por motivos de forma que porque pensara que Maxwell dañaría a sus pequeños. Y cualquier patito que pidiera prestado, iría al estanque a la mañana siguiente.

Se sobre entendía que si Maxwell no acudía cuando lo llamaban, Paige o Dominique verificaban debajo del porche.

—Pero están actuando de manera extraña, —dije—. Y lo más extraño es que Julian es rudo cuando se trata de jugar al Asesino, y esta vez fue como si estuviera sintonizado en un canal diferente. —Pensé sobre eso y lo que sabía sobre Julian—. No. Más como si estuviera sintonizado entre dos canales; como si estuviera viendo la imagen de un espectáculo y escuchando a otro, pero los shows estaban lo suficientemente cerca en la línea argumental que reaccionó como si fueran el mismo.

Ineke terminó de cortar las zanahorias, las puso en un recipiente y el cuchillo en el fregadero. Luego se sentó frente a mí.

—Sabes lo que es Julian, —dijo, no del todo una pregunta.

—¿Un Intuye? Sí.  Y me pregunto si percibió algo sobre El Jumble y es por eso que ha estado actuando raro, llamando un par de veces al día solo para ver cómo van las cosas, como si algo fuera diferente. Nunca lo había hecho antes. —A veces me invitaba a almorzar cuando hacía recados en la aldea, y hablar con él se había sentido agradable y divertido. Estas llamadas telefónicas no se sintieron como un amigo que quisiera hablar. Se sintieron... sofocantes, como si Julian ya no confiara en que yo fuera competente y capaz de cuidar de mí misma. Y ese fue un recordatorio demasiado fuerte de mi vida con Yorick, quien revisaba mi lista de planes para el día y luego corregía algo para reforzar la creencia en mi incapacidad para funcionar por mi cuenta, a pesar de ser la persona que tenía el trabajo que nos sostenía a ambos la mayor parte de nuestro matrimonio.

¿Había abandonado Yorick El Jumble porque esperaba que yo fallara, que fuera demasiado incompetente para restaurar los edificios lo suficiente como para recibir huéspedes que pagaran?

Ineke se inclinó sobre la mesa y tocó mi mano, haciendo que mis pensamientos volvieran al aquí y ahora.
—Si Julian sintió algo y le dijo a Grimshaw, tal vez esa sea la razón por la que nuestro jefe de policía también está actuando de forma extraña.

¿Grimshaw sabría sobre su promoción verbal? Oficialmente podría ser un oficial de patrulla de carreteras de Bristol en préstamo al pueblo de Sproing, pero mucha gente ahora lo llamaba jefe. No a su cara, por supuesto. No querían asustarlo con la idea de que su posición fuera permanente antes de que tuviera la oportunidad de acostumbrarse a la posibilidad. Y había un contingente de residentes que querían verlo partir, ya que lo culpaban por el hecho de que los Sanguinati derrocaran al gerente del banco y se hicieran cargo del mismo. Cosa que fue por mi causa.

—Entonces, ¿por qué no me lo dicen? —Le dije, volviendo a mi preocupación—. El Jumble es mi responsabilidad, y si algo pudiera suceder allí, Julian debería decírmelo, no a Grimshaw. Bueno, no solo a Grimshaw.

—No creo que un Intuye siempre pueda decirte por qué él, o ella, siente lo que siente. ¿Por qué alguien regresa de un paseo en bote con un grupo de amigos porque se siente incómodo con el clima cuando no hay nubes en el cielo o la menor brisa, y termina siendo el único superviviente porque una tormenta salvaje estalló de la nada y los amigos en el bote no pudieron ponerse a salvo? —Ineke se encogió de hombros—. Puede que Julian no pueda decirte por qué el juego lo asustó, pero creo que usar su comportamiento como barómetro para  problemas sería inteligente.

Sí, eso sería inteligente. Así como sería inteligente recordar que Julian y Grimshaw no eran nuevos amigos; claramente eran viejos amigos que se reunieron. Por eso, había cosas que Julian podría estar dispuesto a decirle a Grimshaw que no le diría a nadie más. Incluso a mí, la persona que era la razón por la que estaban actuando raro.

Entonces quizás Julian no estaba tratando de hacerme sentir incompetente. Tal vez necesitaba hacer esas llamadas telefónicas y controlarme para su propia tranquilidad, incluso si no podía expresar el por qué, al menos no a mí.

Eso tenía sentido de una manera incómoda, así que pasé a las otras cosas que me preocupaban.
—Tengo buenas noticias. Voy a tener más inquilinos este fin de semana. Una pareja reservó una de las cabañas renovadas junto al lago, y dos parejas tomaron las suites en la casa principal. Y todos vendrán a pasar un largo fin de semana, llegaran la tarde del Firesday y se quedaran hasta Moonsday.

—Esas son buenas noticias. — Ineke me estudió—. ¿Por qué no estás más feliz?

—Le expliqué, dos veces, que El Jumble es una estancia rústica y que aunque ofrezco frutas y pasteles para el desayuno, los huéspedes son responsables de sus propias comidas, incluso si alquilan las suites en la casa principal.

—Inteligente.

Teniendo en cuenta mis habilidades culinarias, fue más que inteligente. Aunque, dado que las mismas estaban en el rango de hacer ensaladas, calentar sopa y armar un sándwich, no estaba segura de lo que se suponía que debía hacer con el gran huerto que Aggie y los chicos pensaban que debería restaurar para proporcionar alimentos a los residentes de El Jumble. Por otra parte, si cultivaba suficientes zanahorias, tal vez podría comerciar con Ineke, convirtiéndome en su proveedora de zanahorias a cambio de comida cocinada. Lo que sabía con certeza era que tenía que organizar que se cosecharan algunos árboles para obtener leña, tanto para mi propio uso como para vender. Y el jardín de la cocina y el huerto tenían que ser restaurados, ya sea que preparara alguna comida para mí o no. Había estado tan enfocada en hacer que la casa y las primeras tres cabañas se renovaran que solo tenía una vaga idea de lo que, como custodia de un asentamiento Terráneo, debería estar haciendo con la tierra. Por supuesto, nadie me había dicho la verdadera naturaleza de El Jumble, así que debería excusarme por pensar en techos con goteras antes que en la comida.

—¿En qué estás pensando? — Preguntó Ineke.

—¿Todavía vamos a tener la jornada de paseo por la playa mañana?

—Sí. Necesitamos probarlo antes de ofrecerlo a los invitados. Además, este podría ser el último día tranquilo que tenga para el resto de la temporada.

—Entonces creo que debería irme a casa y prepararme para mis invitados. O tal vez debería sentarme en el porche y leer durante el resto del día y dejar que todo se solucione por sí solo.

—Las sábanas limpias no aparecen automáticamente en las camas o las toallas limpias en los baños. Así que te irás a casa y te prepararás para tus invitados, al igual que yo.

—¿Tienes inquilinos programados?

—Un hombre y su esposa que querían salir de la ciudad. O eso dijo ella.

—¿Qué ciudad?

—No lo dijo. Pero también vienen por cuatro días completos. Mis habitaciones se llenan en el verano, e incluso después de las cosas que sucedieron el año pasado, las personas que se han quedado conmigo en años anteriores han estado llamando para hacer reservas para una pequeña escapada, así que me aseguré de que la esposa entendiera que era afortunada por obtener una reserva cuando llamó tan cerca de la fecha que quería. Oh, para que lo sepas, tengo un mínimo de tres días para mis habitaciones durante el verano y el otoño. Es posible que desees hacer algo similar para tus cabañas y suites, ya que la mayoría de las personas se quedan por lo menos un fin de semana si van a conducir o tomar un tren aquí. Además, nunca pretendiste ser un billete de un día para otro como un motel.

—Buen punto. Eso es algo que haré con los futuros huéspedes.

—Es mejor para nosotros tener un frente unificado en ese sentido. — Ineke sonrió—. Así que tendremos nuestra jornada de paseo en la playa mañana, que será divertido y evitará que te preocupes por los invitados de Firesday. Será nuestra prueba, ya que Julian y Grimshaw estarán jugando el papel de nuestros huéspedes potenciales.

Julian y Grimshaw, que ya estaban actuando de forma extraña. Bueno.
—Así que son ellos dos más tú, Paige y yo...

—Y Héctor, ya que vendrá para cuidar a los caballos y conseguir un almuerzo gratis.

Me aparté de la mesa.
—Tengo que irme.

—¿Vas a poner orden? — Preguntó Ineke.

—Así es. — Y lo primero que hice fue esconder el juego del Asesino.

1 comentario:

  1. me encanta Ineke tan pragmática y ahora entiendo un poco mejor a Vicki, con un marido tan controlador que tenia que corregirle hasta sus actividades diarias de ahí su inseguridad y su aparente falta de madurez

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