*****
Simon
había llegado demasiado tarde para ver el comienzo de las peleas, pero iba a
poner fin a esta parte de la molestia.
Al oír
el furioso siseo de Vlad, miró hacia la arcada a tiempo para ver a Merri Lee
dar un codazo al Sanguinati en las costillas y liberarse.
Estupendo.
Ahora tenían que lidiar con uno de los peluches explosivos, así como con...
—Por
todos los dioses, ¿qué te pasa? —gruñó Nadine mientras se volvía hacia la
Sierra, apretando la mano en el mango del cuchillo.
Eso.
«Llama al Teniente Montgomery,» le dijo a Vlad.
«Ya lo
hice,» Vlad respondió.
Montgomery
y Kowalski entraron a través de la puerta principal, evitaron el escupitajo en
el suelo, y escudriñaron la habitación, captando a la gente y sus posiciones. Una
mujer joven se apresuró detrás de ellos, luego se congeló justo en el interior
de la puerta.
—Señor
Wolfgard... —empezó Montgomery.
Nadine
se volvió hacia Montgomery.
—
¡Tengo cosas que decir!
—Puedes
decirlas todas después de que me des el cuchillo, —dijo Henry.
Miró
la mano cubierta de piel que rodeaba su muñeca. Ella parpadeó y no ofreció
resistencia cuando Henry tomó el cuchillo.
Simon
se preguntó si sabía siquiera que lo estuvo sosteniendo.
—Ahora,
—Henry retumbó cuando él soltó a Nadine y dio un paso atrás—, di lo que
necesita ser dicho.
Nadine
se volvió hacia la Sierra.
—
¿Cuánto tiempo vas a complacer a ese hombre?
— ¡Es
mi hermano! —La voz de la Sierra se quebró. Miró a Montgomery—. Se supone que
debemos ayudar a la familia.
— ¿Deberías
ayudarlo a mentir, engañar, robar? —Preguntó Nadine—. ¿O se queda arriba
mientras te conviertes en la mentirosa, la tramposa, la ladrona?
— ¡No!
¡No es así!
— ¿Él
quiere un desayuno completo, así que vas a usar los suministros aquí? ¿Incluso
te ibas a ofrecer a pagar por ellos, o esperabas que nadie se diera cuenta de
los suministros que faltaran cuando seguimos la pista de cada huevo y paquete
de mantequilla? Y después de haber comido aquí, ¿te habría convencido de llenar
una bolsa de comida para llevarla consigo? ¿Lo habrías pagado o pretendido que
no sabías quién tomó los bocadillos y los pasteles del desayuno?
La
Sierra empezó a llorar.
—Jimmy
no tiene dinero para comprar comida.
—Ha
tenido dinero ayer cuando fue a El Ciervo
y la Liebre, — replicó Nadine—. A menos que haga amigos muy rápido, tuvo
que pagar por sus tragos y comida allí. — Se veía disgustada—. Ayer llevaste a
casa cena para tres personas. ¿Acabaste dividiéndolo en siete porque él demandó
que no tenía dinero? —Su disgusto se profundizó—. ¿O él recibió la mitad de la
comida porque él es el hombre y el resto de ustedes dividieron lo que quedaba?
Simon
frunció el ceño. Eso no estaba bien. La Sierra y sus cachorras deberían de
haber comido primero porque ella fue quien hiso el trabajo por la comida. Pero
los depredadores más grandes robaban la comida de los más pequeños. Tal vez eso
era lo que siempre había funcionado en la manada de Montgomery, con ese Cyrus
esperando hasta que la Sierra trajera comida a casa y luego se la quitaba.
Estudió
a Montgomery y vio una expresión sombría en el rostro del Teniente... y la
tristeza en los ojos oscuros del hombre.
Ira en
la cara de Kowalski... y en la de Merri Lee. ¿Quién había causado la ira? ¿Ese
Cyrus o la Sierra, o ambos?
— ¡Le
debo! —gritó la Sierra.
— ¿Por
qué? —gritó Nadine.
—Nunca
tuvo suficiente porque mamá y papá me adoptaron. Mi primera madre no quería
mantenerme, me tiró como basura. Y la basura no tiene derecho a nada.
Simon
oyó un suspiro suave y dolorido. Mirando por encima del hombro, vio a la señora
Twyla, vio lágrimas corriendo por su rostro.
— ¿Le
debes porque los recursos para dos niños tuvieron que ser divididos en tres?
—Dijo Nadine—. Bueno, si eso es lo que quieres contar, Jimmy le debe a su
hermano la mitad de todo lo que consiguió porque Monty es el hijo mayor,
¿verdad? Así que cuando Jimmy llegó, Monty sólo consiguió la mitad de lo que
habría tenido si Jimmy no hubiera nacido. Y de alguna manera se las arregló
para sobrevivir muy bien sin tomar y tomar y tomar.
—
¿Cyrus te dijo eso? —La señora Twyla dio un paso adelante—. ¿Dijo que eras
basura? ¿Y nunca nos dijiste nada a tu papá o a mí? Niña, te protegimos lo
mejor que pudimos de la mezquindad infantil de Cyrus, pero no pudimos evitar lo
que guardabas en secreto.
—Lo
hiciste irse y me culpó, —dijo la Sierra, llorando.
—Cuando
tenía dieciocho años, le dijimos que tenía que encontrar otro lugar para vivir.
—Por
mí.
La
señora Twyla asintió.
—Esa
fue una parte. La mezquindad infantil se estaba convirtiendo en una especie de
maldad más dura. Junto con las mentiras y las intrigas, eso no era algo con lo
que tu papá y yo podíamos vivir más. No pudimos cambiar a Cyrus, y estábamos
preocupados por ti, por la forma en que algunas veces actuabas como si hubieras
recibido una paliza.
Asombrado,
Montgomery se volvió hacia la Sierra.
— ¿Te
ha golpeado Jimmy?
— ¡No! —Ella negó con la cabeza—. No, no lo hizo.
—No,
no lo hizo, —asintió la señora Twyla—. Busqué magulladuras porque me
pregunté... y te lo habría dicho, Crispin, si hubiera notado algo. —Suspiró—.
Pero las palabras pueden derribar a una persona tan bien como los puños, y yo
no sabía de las cosas que Cyrus estaba diciendo cuando no estaba cerca para
oírlo y ponerle fin.
—Te
lastimó el corazón, te intimidó para que hagas cosas por él como lo intentó
hacer ahora, y sigues volviendo por otra porción de daño en vez de golpearle la
puerta en la cara, —dijo Nadine.
Simon
estudió a la Sierra. Había visto esa conducta una vez antes, cuando asistió a
la universidad Terránea para aprender a trabajar y dirigir un Courtyard. Una
hembra Lobo estaba enamorada de uno de los machos. Hizo todo lo que pudo para
obtener su aprobación, le llevó comida, le llevó regalos. El macho le prestaba
atención cuando quería algo, hizo promesas de convertirse en su pareja si podía
hacer sólo una cosa más. Otros machos, incluido Simon, intentaron ser sus
amigos, pero ella los ignoró, justo como la Sierra ignoraba al hermano que no
había puesto precio a su amor.
La
joven murió intentando derribar presas que eran demasiado grandes para que un Lobo
solitario pudiera manejar porque el macho le había dicho que demostrara su amor
por él. El macho fue expulsado de la universidad pero permaneció en las orillas
de la tierra de la universidad, esperando que le permitieran volver. Luego
desapareció y nunca más se lo volvió a ver.
Simon
nunca olió el olor primario de un Antiguo,
un olor que recordaba desde el momento en que había corrido con la manada de
jóvenes Lobos en el Noroeste, pero se preguntó si los instructores habían matado
al macho para evitar más problemas o si algo más grande y menos misericordioso
había librado sentencia.
Ahora
comparando a la Sierra con esa joven hembra, Simon tenía una mejor apreciación
de por qué los Antiguos querían ver
lo que pasaba cuando un hombre como ese Cyrus entraba en un prospero grupo de
humanos. El hombre no había estado en Lakeside un día entero y la manada ya
estaba peleando entre ellos.
Dio un
paso adelante, llamando la atención de todos.
—Hay
dos manadas Montgomery, —dijo. Una manada es la del Teniente Montgomery y
Lizzy. La otra manada es la de ese Cyrus, su pareja, y sus dos cachorros.
Aunque vinieron de la misma familia, ahora son manadas separadas, son
adversarios. Eso significa que los otros miembros de la manada pueden ser leales
a uno u otro, pero no a ambos. El resto de la familia ahora debe considerar lo
que cada manada tiene que ofrecer. —Miró a la señora Twyla. Esto le haría daño,
y lo lamentaba—. Elijan.
Ella
lo miró fijamente, las lágrimas todavía fluían. Luego sacó unos pañuelos del
bolsillo y se enjugó los ojos y la nariz.
—Supongo
que siempre supe que llegaría esto, pero no puedo elegir entre mis hijos. No
así. —La señora Twyla enderezó sus hombros—. Crispin me pidió que viniera aquí
y le ayudara con Lizzy, y me gustaría seguir haciendo eso. Pero incluso si
tengo que alejarme de uno de mis hijos, no quiero alejarme de ninguno de mis
nietos.
—Tiene
que elegir, —dijo Simon con pesar.
Ella
asintió.
—Elijo
la manada suya, Sr. Simon.
— ¿Qué?
—Simon le dio a Montgomery una mirada que decía: ¿Sabe lo que está haciendo?
— ¿Mamá?
—La mirada de Montgomery a Simon dijo, Ella
lo sabe.
—He
puesto la mano en diferentes tipos de trabajo a lo largo de los años, Crispin,
—dijo la señora Twyla en voz baja—. Hay mucho trabajo por hacer, y podría
encontrar un trabajo en esta ciudad. Pero este Courtyard se siente más como los
vecindarios en los que vivíamos tu papá y yo cuando éramos recién casados y
cuando tú y Cyrus eran jóvenes, un lugar donde la gente se miraba el uno al
otro. No he vivido en un lugar como ese en los últimos años, y he perdido eso.
He hecho lo que pude por todos ustedes, pero mis hijos han crecido, así que
estoy haciendo una elección para mí primero.
—Muy
bien, mamá. —Montgomery no parecía contento—. Si esto es lo que quieres.
Simon
miró a la Sierra.
—Ahora
tu. Elige. —Él levantó una mano y notó las partes de piel en la espalda. Mierda. ¿Qué otra cosa no parecía
completamente humana?—. Entiende la elección que tienes que hacer.
—Conozco
la elección, —dijo la Sierra amargamente—. Tengo que elegir entre Jimmy y CJ.
—No,
tienes que elegir entre ese Cyrus y tus cachorras.
Oyó
varios jadeos. Sospechaba que habían salido de todas las hembras de la
habitación, incluyendo a la hembra que seguía de pie justo en el interior de la
puerta.
—Si
ese Cyrus es tan importante para ti que te arrastrarás por su aprobación, esa
es tu elección. Pero tus cachorras serían los miembros más bajos de ese grupo,
considerados huérfanos si eso es lo que él quiere, y los cachorros en esa posición
no sobreviven a menudo si es difícil encontrar comida. Las probabilidades son
que una o ambas de tus cachorras morirán de hambre. Así que si quieres a ese
Cyrus, puedes vivir como otra hembra en su manada. Pero tus cachorras no irán
contigo. Ellas serán transferidas a otra manada que será capaz de cuidarlas.
— ¡No
pueden llevarse a mis hijas! —gritó la Sierra.
—Si
podemos. Y lo haremos. O puedes jurar a los miembros del Courtyard que están
aquí y a los testigos humanos que no le darás a ese Cyrus alimento o dinero que
necesitas para tus cachorras. No hay excusas. —Simon mostró los dientes—. Y
entiende esto: si nos roban, tomamos una mano la primera vez. La segunda vez
tomamos mucho más.
— ¿CJ?
—La Sierra se volvió hacia el hermano que le dio su amor.
Montgomery
sacudió la cabeza.
—Sissy,
si quieres encontrar otro trabajo y otro lugar para vivir que no esté bajo la
jurisdicción del señor Wolfgard, puedes hacerlo. Pero supongo que tendrás que
hacerlo pronto.
—Te
daríamos una semana, —dijo Simon—. Entonces te sacaríamos de nuestro
territorio.
—Incluso
si encontraras un lugar en el que pudieras costearte y trabajar para mantenerte
a ti ya las chicas, ¿quién se quedaría con ellas? —Continuó Montgomery, y luego
añadió cuando la Sierra miró a la señora Twyla—: Mamá tiene un trabajo y sus
propias cuentas a pagar.
—Eso
es cierto, —dijo la señora Twyla—. Si tú y las niñas están aquí, te ayudaré a
cuidar de ellas, igual que estoy ayudando a Crispin. Pero si te vas, tal vez
deberías pensar en irte lejos de todos nosotros. Tal vez a uno de esos pueblos
en el oeste que necesitan buenos trabajadores. Y si te marchas y tienes algún
sentido, no le dirás a Cyrus a dónde vas.
Sollozando,
la Sierra cayó en una de las sillas.
—Para
ti, estar cerca de ese hombre es como beber un vaso de veneno todos los días,
—dijo Nadine—. Tal vez sólo te hace enfermar, te hace débil, te hace olvidar
quién eres realmente y lo que realmente quieres. Pero si sigues bebiendo, tarde
o temprano, el veneno te matará.
Simon
se preguntó si Nadine había bebido ese tipo de veneno cuando era joven. Si lo
había hecho, también dejó de beberlo. También lo hizo Theral MacDonald. Se
había escapado de una pareja abusiva. Ese Jack Fillmore todavía estaba
husmeando, todavía era una amenaza, pero Theral no se arrastraba hacia él. Así
que había una posibilidad de que la Sierra hiciera una buena elección para ella
y sus cachorras si tuviera un poco de tiempo para pensar.
—Todos
nos reuniremos aquí dentro de una hora, —dijo Simon—. Entonces nos darás tu respuesta.
La
Sierra salió corriendo de la cafetería, pasando por encima de una hembra, que
los miró con grandes ojos y dijo:
— ¿Siempre
es tan dramático aquí?
— ¿Quién
eres tú? —gruñó Simon. No estaba lo suficientemente cerca para captar su olor,
pero su voz sonaba vagamente familiar.
—Emily
Faire. ¿La enfermera practicante que va a trabajar aquí? Tengo una carta del
señor Barquero para el señor Wolfgard.
Simon
asintió, recordando dónde la había visto antes. Había estado presente como
curandera cuando Meg se hizo el corte y vio el posible futuro de la comunidad
River Road.
Miró a
Vlad.
«No
fuiste de mucha ayuda.»
« ¿Por
qué deberíamos ambos pintarnos una diana?» Vlad respondió. «Además, estaba
siguiendo la pista del peluche para asegurarme de que no agarrara una tetera y
golpeara a alguien.»
Para
los Terráneos, Merri Lee siempre sería la Mujer Tetera de la canción de Charlie
Crowgard sobre la Mujer Tetera y
Chica Palo de escoba.
—Ven a
la oficina y hablaremos de tu empleo, —dijo Simon a Emily Faire. Luego señaló a
Nadine—. Ella es Nadine Fallacaro. Tendrás una habitación en su apartamento en
los días que estés trabajando aquí.
— ¿En
serio? —Emily Faire no sonaba entusiasta. Probablemente se preguntó cuán a
menudo Nadine atacaba a otras mujeres con un cuchillo.
No
habían visto este comportamiento en la mujer hasta ahora, pero Simon se
preguntaba lo mismo.
Nadine
suspiró.
—Te
mostraré el apartamento cuando estés lista. —Sus ojos se abrieron—. ¡Dioses! Me
olvidé de los muffins. Ni siquiera escuché el cronómetro.
—Yo me
ocupé de ellos, —dijo Tess, entrando desde el pasillo. Tenía el pelo verde y
ondulado. No estaba tranquila, pero estaba lo suficientemente segura como para
estar alrededor del resto de ellos.
Simon
pasó junto a Montgomery en su camino a la oficina de ABL.
—Simon,
—dijo Montgomery en voz baja—. ¿Realmente alejarías a Sierra de sus niñas?
—Sí.
— ¿Lejos
de todos nosotros?
Un buen hombre,
pensó Simon. Inteligente y cortés. Un hombre que había estado tratando de
trabajar con él desde el primer día que se conocieron. Un hombre que entendía
la lealtad. Un hombre que había estado separado de su propia cachorra por unos
meses y no lo haría de nuevo.
Un
hombre que se preocupaba.
—Si
llegara a eso, las cachorras estarían lo suficientemente cerca como para que tú
y la señora Twyla pudieran visitarlas, —dijo Simon.
—
¿Pero Sierra no podrá verlas?
—No.
—Esperó, pero Montgomery no dijo nada más—. Una hora, Teniente.
Simon
y Vlad subieron a hablar con Emily Faire sobre los términos de su empleo. Como
su idea original era que dividiera su tiempo entre el Courtyard y la Comunidad
de River Road, le ofrecieron uno de los dúplex de la comunidad, pensando que,
siendo una Intuye de Isla Grande, querría vivir tan cerca como le fuera
posible. Pero los sorprendió preguntando si había algún apartamento barato en
Lakeside que pudiera alquilar porque tenía la sensación de que era necesaria
ahí a tiempo completo y que alguien más sería más adecuado para dirigir la
pequeña clínica en la Comunidad River Road.
Sí,
tenían un apartamento que podía alquilar, si quería su propia guarida en lugar
de una habitación con Nadine, pero no tenían mucho mobiliario que ofrecer.
Vlad
la llevó al otro lado de la calle para mostrarle los apartamentos disponibles
en el edificio donde residían Nadine y Merri Lee. Simon los miró desde la
ventana de la oficina.
Entonces,
¿Emily Faire tenía la sensación de que necesitaba estar aquí a tiempo completo?
¿Por qué? ¿Tenía ese presentimiento algo que ver con ese Cyrus o los Antiguos? ¿O sólo quería aprender más
sobre los Terráneos y Meg, y vivir a su alrededor era una manera de hacer eso?
Una nueva adición al Courtyard. No se veía demasiado emocionada mientras
presenciaba la escena en la cafetería, así que tal vez no estaban agregando otro
peluche explosivo a la manada femenina.
Ese
era un problema para otro día. En este momento, quería sacudirse el drama y
tener una carrera rápida antes de tener que lidiar con cualquier problema que
la decisión de la Sierra causaría.
Tal
vez podría molestar a Meg durante unos minutos antes de ir a correr. El juego
de molestar no podría durar más de un par de minutos antes de que dejara de ser
divertido para Meg. Si seguía leyendo ese libro, le gruñiría por interrumpirla.
Le llevaría un bocadillo de Un Pequeño
Bocado para distraerla. Ella debía de tener hambre ahora.
Se
quitó la ropa, cambió a Lobo, bajó las escaleras y atravesó el arco hasta la
cafetería. Luego pensó en quién podía acercarse y decidió que Tess, aunque más
peligrosa que Nadine, era la amenaza más conocida.
—Estábamos
empacando un pedazo de quiche y un par de otras cosas para Meg, —dijo Tess.
Luego miró a Nadine—. Sospecho que no vas a tener la oportunidad de preguntarle
a Meg sobre ese libro.
Nadine
le dirigió una mirada que le hizo sentirse muy contento de poder correr más
rápido de lo que ella podía.
Tess
le dio uno de las bolsas térmicas que se usaba para llevar comida en la Plaza
Comercial y le abrió la puerta trasera. Cuando miró hacia atrás, notó que su
pelo era marrón y ondulado.
Qué
agradable que Nadine divirtiera a uno de ellos.
Trotó
a la parte trasera de la Oficina del Enlace y se enfrentó a una puerta cerrada
con llave. Por supuesto, él no tenía una llave metida en su piel, por lo que
puso la bolsa en el suelo delante de la puerta y se trasladó a la pequeña
ventana de la habitación trasera, que estaba abierta para dejar entrar el aire
fresco.
—
¡Arrooooo!
Meg
corrió hacia la habitación de atrás y miró a su alrededor hasta que lo vio en la ventana.
— ¿Simon?
Él le
sonrió, mostrando muchos dientes sanos.
Volvió
a la puerta y tenía la bolsa en sus dientes antes de que ella girara la
cerradura y abriera la puerta. Pasó junto a ella y entró en la sala de
clasificación. De pie sobre las patas traseras, colocó la bolsa en la gran mesa
de madera y miró el libro abierto con una áspera roca púrpura que parecía una
cordillera.
Cuando
Meg se unió a él, se acercó y le dio una rascadita detrás de una oreja. Casi le
hizo olvidarse de jugar al juego de molestar.
—Mira
lo que Jenni me trajo para usar como pisapapeles. —Meg levantó la roca—. Es una
amatista. ¿No es bonita?
Era
una roca púrpura áspera.
—Me
mostró una geoda partida que también serviría como un buen pisapapeles. Estoy
negociando con ella para comprar la geoda y la amatista.
Los
Cuervos tenían esa mirada en sus ojos cuando veían un codiciado brillante. Para
distraer a Meg antes de que terminaran con una guarida llena de piedras, Simon
le dio un codazo a la bolsa con la nariz.
— ¿Qué
trajiste? —Meg volvió a colocar la roca en el libro y abrió la bolsa—. ¡Oh!
Quiche y... Esto es para ti.
Simon
captó el olor a carne de vaca antes de sacar la golosina de la bolsa. ¡Galleta del lobo! Había olido la carne,
pero pensó que era algo de la comida para Meg.
—Hay
otra galleta aquí. Debe ser para Nathan.
¿Por qué? Pero ya
estaba entrando en la sala principal, y Nathan, habiendo oído, ya la estaba
esperando en el mostrador.
—Estoy
disfrutando este libro, —dijo Meg, volviendo a la mesa de clasificación—. Es
emocionante. Tuve que leer un par de capítulos así, — puso una mano sobre sus
ojos, luego movió sus dedos para ver entre ellos—, pero no me importó. ¿Está
bien si Ruth y Merri Lee lo leen también para que todas podamos darte una
crítica?
Esta
no era una Meg feliz. Esta era una frágil alegría. Meg trataba de no mostrar
que estaba asustada.
Simon
puso cuidadosamente una pata en su hombro.
No
fingió felicidad o alegría ahora.
—Jenni
dijo que hubo problemas en Un Pequeño
Bocado, pero no sabía qué pasaba, excepto que eso molestó a Tess. Y Ruth me
llamó para decir que debía quedarme en la oficina hasta que todos se calmaran.
¿Simon? —Ella le tocó la cara—. ¿Necesitas respuestas?
—Roo,
—respondió con severidad. Ninguna navaja de plata. Nada de cortes.
Sus
dedos peinaron a través de su piel mientras lo estudiaba.
—
¿Estás seguro?
Él le
lamió la barbilla. Sabía mejor que la galleta, así que la lamió de nuevo.
Todo
su cuerpo suspiró, y ella se sentía más como su Meg nuevamente.
Ella
le dio un abrazo y dijo:
—Será
mejor que vuelvas al trabajo. Te dejaré salir. Gracias por traer el quiche y
los otros alimentos.
Estuvo
fuera mirando la puerta cerrada antes de darse cuenta de que Meg no le había
dado la oportunidad de jugar el juego de molestar. Eso fue tan injusto, pero al
menos había conseguido una galleta, una rascadita, un abrazo, y un par de
lamidas.
Podía
vivir con ese tipo de injusticias.
*****
— ¿Quieres
jugo de naranja? —preguntó Pete Denby, yendo a la pequeña nevera de su oficina.
—Claro,
—contestó Monty. Probablemente ardería en el agujero del estómago, pero apreció
la oferta de una bebida que podría no estar en las tiendas de comestibles del
noreste mucho más tiempo ya que, al igual que las naranjas, procedía de las
regiones de la costa sureste y oeste.
Pete
sirvió dos vasos y le entregó uno a Monty antes de sentarse detrás del
escritorio.
— ¿Sabes
lo que está pasando?
Monty
le contó a Pete lo que había visto y lo que había reconstruido, y la elección
que su hermana menor tenía que hacer en una hora.
—Dioses,
vaya elección, —dijo suavemente Pete.
—No
debería ser una elección.
—Eres
un policía. Sabes que la adicción no viene solamente en la forma de una píldora
o de una jeringuilla. Por como suena, tu hermana es adicta a la forma
particular de abuso de tu hermano. —Pete se inclinó hacia delante—. ¿Sabes por
qué Simon Wolfgard deja que tu hermano se quede? ¿O por qué se queda tu
hermano?
—No
puedo imaginar los motivos de Simon, pero Jimmy se queda porque el uso del
apartamento es gratis, y vino aquí esperando un beneficio. Pero los Sanguinati custodian
la puerta exterior del edificio y se mantienen al tanto de todo y de todos.
—Así
que Cyrus no puede hostigar a Sierra en el pasillo o tratar de meterse en su
apartamento para discutir cosas sin que alguien vaya en su defensa, incluso si
no estás en casa.
Monty
asintió con la cabeza.
—Jimmy
no esperaba el tipo de escrutinio en el que se encuentra ahora. Incluso si lo
que Sissy le dijo le dio seguridad, tendría que haber pensado en lo que podría
conseguir estando en una estrecha proximidad de policías y Lobos. —Suspiró—.
Sea lo que sea que Jimmy pensara, mi hermana está en un aprieto.
Pete
no dijo nada. Entonces:
—
¿Viniste aquí porque necesitabas una caja de resonancia o buscabas una opinión?
— ¿Qué
opinas de la decisión de mi madre?
—Movimiento
inteligente. No tendrá acusaciones de "se puso de tu lado" cuando las
cosas se pongan agrias, y sabes que lo harán. Hay una parte desagradable en
cualquier ciudad, y no creo que le tome a tu hermano mucho tiempo encontrar el
punto débil de Lakeside.
—Aún
no lo has conocido.
—Vivo
en la casa de al lado, así que vi lo suficiente cuando instalaste a él y su
familia. Sé que Eva les llevó una bolsa de comestibles, por orden de Simon,
para que tengan comida para el primer día o así.
Monty
se incorporó.
—No
mencionó eso. —Él y Kowalski habían recogido pizzas de Corteza Caliente, y le llevó una para la familia de Jimmy y otra
para Sissy y las chicas, mientras él, Lizzy y su madre se quedaron con la
tercera. Pero si había entendido la acusación de Nadine, Sissy también había
llevado a casa la cena de anoche y compartió la comida con la familia de Jimmy.
¿Se habría quedado con la pizza, o también terminó en la despensa de Jimmy?
—Si
fueras yo, ¿qué harías? —Preguntó Monty.
— ¿Tu
cuñada tiene alguna habilidad?
Monty
miró a Pete.
—
¿Alguna habilidad que no terminé con que la arresten? —preguntó Pete.
—No lo
creo. Desde que la conozco, nunca ha tenido un trabajo.
—Como
sea, si fuera tú, empezaría a investigar ciudades que buscan trabajadores, un
lugar donde el alquiler no cueste más que el pago mensual. Concéntrate en tu
cuñada y los niños.
—Tres
pasajes para salir de la ciudad. ¿Y qué pasa con Jimmy?
—En la
morgue, si tiene suerte. Si no tiene suerte, será uno de esos humanos que
desaparecen sin dejar rastro.
O alguna identificación será dejada en
el montículo del Parque de Lakeside y la policía llenará un formulario DUD,
pensó Monty. Un formulario de Difunto, Ubicación Desconocida era una forma para
que una familia recibiera un certificado de defunción. Era la manera que el
departamento de la policía de Lakeside admitía que una persona fue asesinada, y
más probablemente, comida por Terráneos y no se encontraría ningún cuerpo.
—Tu
hermano es un barril de pólvora, Monty, —continuó Pete—. No dejes que te lleve
con él. —Vaciló—. ¿Quieres que vaya contigo cuando tu hermana haga su elección?
—Como
abogado, ¿qué le dirías?
—Que
haga lo que sea necesario para mantener a sus hijas. Y eso significa alejarse
de Cyrus.
—Cuando
llegué por primera vez a Lakeside, Simon mantuvo a su sobrino Sam en una jaula
para mantener al cachorro seguro. Eso molestaba a todos los Lobos y le dolía a
él todos los días, pero lo hizo. —Monty miró a Pete—. Así que sé que no dudará
en llevar a esas chicas lejos de Sissy si cree que ella va a permitir que sean
maltratadas.
—Si se
las quita, ¿crees que alguna vez las devolverá?
No mientras Jimmy esté vivo. Pero
Monty no dijo eso.
—Gracias
por la charla y el zumo de naranja.
—Puede
que no tenga zumo de naranja la próxima vez, pero como abogado o amigo, estoy
aquí si necesitas hablar.
Mientras
Monty bajaba por las escaleras exteriores, oyó un coche que subía por el acceso
al estacionamiento de empleados. El sedán negro del Capitán Burke. Debería
haber llamado a su Capitán, porque Pete tenía razón: Jimmy era un barril de
pólvora a la espera de un fósforo. Aparentemente alguien más había hecho la
llamada.
Manadas
y lealtad. Policía y familia. Y habría consecuencias sin importa qué elección
él tomaba.
Cuando
Burke llegó a la esquina, dirigiéndose a la puerta trasera de Aullidos, Buena Lectura, Monty se
apresuró a reunirse con él y dar su informe.
Comentarios y correcciones:
ResponderEliminarEn esta parte no entendi muy bien si la expliación de las 2 manadas lo penso Simon o lo comento; pero despues hay otro guion que pareciera que si lo dijo
—Hay dos manadas Montgomery, —dijo. Una manada es la del Teniente Montgomery y Lizzy. La otra manada es la de ese Cyrus, su pareja, y sus dos cachorros. Aunque vinieron de la misma familia, ahora son manadas separadas, son adversarios. Eso significa que los otros miembros de la manada pueden ser leales a uno u otro, pero no a ambos. El resto de la familia ahora debe considerar lo que cada manada tiene que ofrecer. —Miró a la señora Twyla. Esto le haría daño, y lo lamentaba—. Elijan.
Desde mi punto de vista falto un guion antes de "una manda..."
—Hay dos manadas Montgomery, —dijo. —Una manada es la del Teniente Montgomery y Lizzy. La otra manada es la de ese Cyrus, su pareja, y sus dos cachorros. Aunque vinieron de la misma familia, ahora son manadas separadas, son adversarios. Eso significa que los otros miembros de la manada pueden ser leales a uno u otro, pero no a ambos. El resto de la familia ahora debe considerar lo que cada manada tiene que ofrecer. —Miró a la señora Twyla. Esto le haría daño, y lo lamentaba—. Elijan.
En este solo es el espacio entre la y y a
—Incluso si encontraras un lugar en el que pudieras costearte y trabajar para mantenerte a ti ya las chicas
"—Incluso si encontraras un lugar en el que pudieras costearte y trabajar para mantenerte a ti y a las chicas..."
Creo que en esta parte le faltaron "," para entenderle un poco mejor
Simon se preguntó si Nadine había bebido ese tipo de veneno cuando era joven. Si lo había hecho, también dejó de beberlo.
Creo quedaria mejor asi:
"Simon se preguntó, si Nadine había bebido ese tipo de veneno, cuando era joven. Si lo había hecho, también dejó de beberlo."
Gracias!!!
EliminarDe nada :)
EliminarYo haría una pequeña corrección más en la frase que ha corregido Samantha:
Eliminar"—Incluso si encontraras un lugar en el que pudieras costearte y trabajar para mantenerte a ti y a las chicas..." Yo quitaría "en el" y dejaría solo "que pudieras costearte"
Si así queda mejor, gracias!!!
EliminarEste capitulo si estuvo bastante intenso, deben arreglar eso antes de que las niñas salgan mas afectadas, duele pero ese ultimátum era necesario para Sierra.
ResponderEliminar"Estuvo fuera mirando la puerta cerrada antes de darse cuenta de que Meg no le había dado la oportunidad de jugar el juego de molestar. Eso fue tan injusto, pero al menos había conseguido una galleta, una rascadita, un abrazo, y un par de lamidas.
ResponderEliminarPodía vivir con ese tipo de injusticias."
Amo a Simon hahaha ese tipo de injusticias, me encanta :)
Se dieron cuenta de que Simon ahora habla de SU MEG!!!!
ResponderEliminarSimon es un protector por naturaleza, me encanta eso de él, siempre va a cuidar de los cachorros, sean de la especie que sean... y el tema de que pasen hambre es algo que él no soporta
Lo se SU MEG, me encanta, espero cada dia un poco mas del trabajo de ustedes y por ver como avanza esa hermosa relación de Meg y Simon
EliminarSierra tendrá que elegir y esperemos que lo sepa hacer...
ResponderEliminarHubiera sido mejor que Tess se lo comiera, quien le iba a reclamar a ella?? Me encanta, gracias.
ResponderEliminarHola, a mi también me ha parecido un capítulo muy intenso. Jimmy acaba de llegar y ya esta generando problemas.
ResponderEliminarTambién he encontrado un error, en un párrafo aparece “hiso” en vez de hizo. Os pongo el párrafo aquí abajo:
Simon frunció el ceño. Eso no estaba bien. La Sierra y sus cachorras deberían de haber comido primero porque ella fue quien hiso...
gracias!!
EliminarHola la frase: Eso. Llama al teniente Montgomery, le dijo a Vlad. La palabtra Eso en la frase no me acaba de sonar bien.
ResponderEliminarGracias por el capitulo.
Gracias, en realidad faltaría un Eso mismo, lo que se plantea es un acuerdo con lo que dice Nadine, creo que hay que reformular
EliminarPerdón lo leí mejor, en realidad viene colgado de la frase anterior
EliminarEstupendo. Ahora tenían que lidiar con uno de los peluches explosivos, así como con...
—Por todos los dioses, ¿qué te pasa? —gruñó Nadine mientras se volvía hacia la Sierra, apretando la mano en el mango del cuchillo.
Le falta puntos suspensivos antes de Eso
Me encanta, muchas gracias por su trabajo. Ah y estoy de acuerdo con vosotras ese Jimmy es un problemon ...
ResponderEliminarretomando la lectura despues de 2 semanas...excelente capitulo!!!...mas claro imposible lo q le dijo Nadine a Sierra
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