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jueves, 21 de abril de 2016

Adelanto: Capítulo 45 Marked in Flesh - Anne Bishop (Primera parte)


Capítulo 45




Watersday 30 de Juin


Simon apenas tuvo tiempo de terminar la llamada telefónica con Jackson y retransmitir la información a Vlad antes de que Steve Barquero se precipitara desde el almacén de Aullidos, Buena Lectura, esquivando a Vlad cuando el Sanguinati trató de bloquearlo.

—¿Has visto esto? — Steve dejó un trozo de papel en la caja.

Simon leyó la advertencia, después, movió el papel hacia Vlad—. No he visto esto exactamente, pero acabo de hablar con Jackson Wolfgard, y básicamente me dijo lo mismo.

Steve dejó escapar un suspiro.
—Penny Carguero se ha designado a sí misma como coordinadora de comunicaciones para nuestra área.

—¿Como alcalde de Desembarco del Ferry, no se supone que debes estar al frente de tal puesto? — Preguntó Vlad.

—Penny y mi madre han estado ayudando a lidiar con la avalancha de solicitudes de información acerca de las Casandra de sangre. Esto va a ser aún más trabajo. Mi mamá y papá están trabajando con la barcaza para llevar suministros a la parte insular de nuestro pueblo; mi hermano se está moviendo tanto como puede en el ferry. Así que si Penny quiere asumir esto, que el río la bendiga. Estoy tratando de que todo el mundo quede advertido a tiempo para prepararse. — Steve hizo una pausa—. ¿Piensas que vamos a perder tanto el tendido eléctrico como el telefónico? Bueno, no tienes forma de saberlo, ¿verdad? Los árboles arrancados pueden acabar con el tendido y eliminar la energía en un área entera.

Pensando en las cartas que Meg había seleccionado en respuesta a una pregunta, Simon miró a Vlad. Hasta cierto punto, todos sentirían las tormentas, pero no tenía ninguna razón para creer que los pueblos Intuye se enfrentarían a los dientes y las garras de Namid, así que ¿por qué asustar a Steve con toda la verdad?

«Nosotros deberíamos decirle algo,» dijo Simon.

Vlad se inclinó sobre el mostrador.
—Es posible que el tendido eléctrico caerá si las tormentas se vuelven graves. Pero se puede arreglar. La pérdida de comunicación entre las regiones debe ser pensada como a largo plazo, y los Intuye y Terráneos deberían considerar la manera de compensar eso.

Observaron Steve considerar las implicaciones, y vieron el momento en que él comprendió, como lo hicieron ellos, que el estado de Thaisia estaba a punto de cambiar.

—¿Qué pasa con la radio?— Preguntó Steve—. ¿Qué con la televisión? Esas son formas de comunicación.

«¿Crees que los Antiguos pensaron en eso?» Vlad preguntó a Simon.

«No,», respondió. «Y no hay razón para que lo hagan. Es bastante fácil para los Elementales silenciar esas cosas si se convierten en problemáticas.»

—Si se usa con cuidado, esas formas de comunicación probablemente permanecerán intactas, — dijo Vlad.

—De acuerdo. — Steve frotó la parte posterior de su cuello—. Voy a dirigirme a la Comunidad River Road ahora y asegurarme de que todas las personas que trabajan en las casas tengan todo cerrado y seguro. Estamos utilizando el antiguo edificio industrial para almacenar suministros a excepción de los alimentos. Ah, y un par de los nuevos residentes llegaron ayer. ¿Un Roy Panthergard? ¿Entendí que iba a ser un ejecutor para la comunidad?

—Él va a solucionar los problemas si llega a haber alguno, —Simon dijo vagamente. Steve podría averiguar por sí mismo el resultado final cuando un problema se encontraba con las garras de Roy—. ¿Quién más llegó?

—Dos parejas. Ambos dijeron que eran Lynxgard, pero luego una pareja dijo que eran Gatos montés, y los otros que eran Linces.

—Un gard puede referirse a una sola forma, pero a veces sirve como un paraguas para Terráneos que tomaron sus formas de animales relacionados, — explicó Vlad—. Beargard incluye a todo tipo de formas de oso. Panthergard incluye lo que los humanos llamarían panteras, pumas, leones de montaña, jaguares, leopardos, y probablemente algunos otros más.

—Es bueno saberlo. — Steve se apartó del mostrador—. Estaré en contacto.

Esperaron hasta que oyeron cerrarse la puerta de atrás.

—Primero vienen las tormentas, — dijo Simon—. Después vendrán los Antiguos.

—Luego viene la muerte, — terminó Vlad—. No habrá mucha misericordia, si es que hay alguna.

—¿Cuánta misericordia mostraron los humanos cuando mataron a tantos Wolfgard en el Medio Oeste y Noroeste? ¿Cuánta piedad mostraron cuando nos atacaron aquí? ¿O cuando cayeron bombas sobre los Terráneos que vigilaban las fronteras con el Bloque Romano?

—¿Y así es como debemos comportarnos?

Sacudió la cabeza.
—No quiero ser así de humano. No podemos proteger a todos en Lakeside de las tormentas o de los Antiguos, pero podemos tratar de proteger a la manada humana. Si los traemos al Courtyard, los Antiguos podrían dejarlos tranquilos.

—Algunos miembros de esa manada  tienen conexiones con humanos que no quieren tener nada que ver con nosotros. ¿Vamos a dejar que un enemigo potencial entre, para proteger a un amigo?

—No. Si alguien en la manada humana no puede aceptar eso, entonces esa es su elección. — Sonó el teléfono. Simon le gruño al aparato.

—La llamada podría ser por un pedido. Todavía recibimos órdenes de los Terráneos.

Buen punto. Él tomó el teléfono.
Aullidos, Buena Lectura. Sí soy yo. Sí, me acuerdo de quien eres. — Debió haber empezado a gruñir, porque Vlad le dio un golpecito—. Quédense allí. Vamos a buscarlos. — Colgó y se volvió a su amigo—. No me pegues.

—Sólo traté de ayudar. — Vlad golpeó el teléfono—. ¿Quién quiere un aventón?

—El Agente Greg O'Sullivan. Y la manda del Teniente Montgomery. Voy a ir con Blair y recogerlos en la estación de tren.

—Voy a llamar al Teniente, y pedirle al Capitán Burke si puede venir para una charla reservada.— Vlad cruzó el almacén y fue a  las escaleras, luego se detuvo—. ¿Sabes dónde está Michael Debany ahora?

—Él estaba trabajando en la huerta del Complejo Verde. Podría aún estar allí o estar de camino para prepararse para el trabajo. — Simon trató de reprimir la emoción cuando añadió—. Él estaba manejando la bicicleta para ir y venir de la huerta.

No tenía ningún interés en aprender a montar en bicicleta, pero realmente quería perseguir una. A pie, los humanos no eran lo suficientemente rápidos como para ser divertido el  juego de la presa. Excepto Meg, pero ese era un tipo diferente de juego de persecución. Pero una bicicleta...

Ese juego tendría que esperar.

—¿Por qué lo quieres?

—Tengo algo que discutir con él en nombre de Tolya, —  respondió Vlad.

Se dirigieron a la puerta de nuevo juntos, deteniéndose el tiempo suficiente para informarle a Merri Lee que iba a estar a cargo de la tienda por un rato. Entonces Vlad pasó a humo y se dirigió al Complejo Verde, mientras que Simon esperaba a que Blair trajera una camioneta.

Cuando una manada se volvía demasiado grande, era difícil cazar lo suficiente para alimentar a todos. El problema era, que la manada se había hinchado con depredadores de dos patas que no serían muy buenos a la hora de derribar las presas.

Tendrían que ganarse su sustento, al igual que todos los demás en el Courtyard. Esto de no trabajar en el verano era una idea extraña. Había que comer en el verano, al igual que en cualquier otra temporada. Eso requería trabajo.

No podría decir aún si la tormenta que golpearía Lakeside vendría a través de los Grandes Lagos o si la tormenta oscilaría hasta la costa este, o ambas cosas. No había manera de saber cuánto tiempo estarían sin recibir suministros.

Mientras esperaba a Blair, se lanzó a la Oficial del Enlace para decirle a Meg que ella y la manada femenina necesitaban ordenar los libros hoy. Con un poco de suerte, recibirían algunos de ellos antes de que las tormentas -y los Antiguos- llegaran.



*****



Vlad cambió a su forma humana y esperó a que Michael Debany se fijara en él antes de acercarse a la huerta.

Ahí estaba ese delicioso momento en que ambos corazones latían más rápido, y la presa y el depredador se reconocían mutuamente por lo que eran. Pero con la manada humana, realmente sólo requería un momento, antes de que la experiencia compartida calmara generaciones de instinto.

—Hola, — dijo Debany—. Se ve bien, ¿no crees?

Vlad no vio nada diferente al día anterior en cuanto a la comida comestible se refería, pero asintió.
—Sí, sí. ¿Tienes un minuto?

—Claro. — Debany sacó una botella de agua y una toalla de un pequeño paquete. Bebió bastante, luego se tiró un poco de agua por la cara y se la limpió—. ¿Qué pasa?

Casual. Confiado. Al menos trataba de ser ambos.

—Tienes una hermana.

—Sí, la tengo. — La voz aún casual, pero sus ojos eran cautelosos.

—A ella le gustan los animales.

—Así es. Tiene suficiente educación para calificar como asistente de veterinario. La familia no podía permitirse el lujo de pagar por más educación, por lo que volvió a casa para encontrar algún trabajo y ahorrar para poder continuar en otro momento. Estaba buscando un trabajo que involucrara tratar con animales. Por la experiencia práctica y un cheque de pago.

Lo mismo podría decirse de los miembros más jóvenes de un Courtyard.
—¿Ha considerado alguna vez vivir en el oeste?

—No creo que jamás haya dicho algo por el estilo, pero con todo lo que ha pasado, no me gustaría que se fuera por ahí.

—¿Incluso si su seguridad estuviera garantizada lo mejor que se pueda?

—¿A qué te refieres?

—No podemos ser responsables si mete la mano en un agujero y es mordida por una serpiente cascabel. Sin embargo, la norma de no comestible aplicaría con ella. — Vlad estudió la cara de Debany. Postura de policía. Escuchando, pero ahora sin reaccionar—. Tolya Sanguinati está a cargo ahora de un pueblo llamado Bennett.

—He oído hablar de él. — La voz plana.

—Entonces también sabes que ya no hay ningún residente humano.

Un asentimiento de cabeza.

—Hay, sin embargo, animales domésticos supervivientes que necesitan atención, así como los otros animales que quedaron por ahí. Varios Sanguinati y Wolfgard están en camino hacia Bennett, así como algunas otras formas Terráneas. Algunos Intuye también están en camino para ayudar a administrar los negocios que son necesarios para apoyar esa estación de tren. No habría muchos humanos como ella allí, al menos no al principio, pero sería una oportunidad de hacer el tipo de trabajo que dices que ella quiere hacer.

—¿Quién está cuidando a los animales ahora?

—No lo sé. El que esté en la ciudad ese día, creo.

Debany frotó la toalla en su rostro.
—Voy a ponerla al tanto. Tiene que ser su elección.

¿Un recordatorio para mí o para ti? Vlad pensó.

—Bueno, no necesitamos una respuesta hasta que logremos pasar estas tormentas. — Y averiguar lo que quede de Thaisia cuando ellos hayan terminado.



*****



—Gracias por venir a buscarnos, — dijo Greg O'Sullivan cuando Simon se acercó a las sillas en la estación de tren donde el agente del GTI custodiaba a las cuatro hembras.

Simon casi le dijo que Blair necesitaba llegar a la estación de todos modos, para recoger algunas cosas que habían encargado para el Courtyard, pero eso podría sonar como que los humanos eran equipaje extra, así que le dijo:
—Está bien.

La mujer de más edad estaba de pie. Era baja y delgada, de piel morena, ojos castaños y el pelo corto rizado era de un color más tipo la plata deslustrada que negro. La otra mujer adulta era más joven, y tenía el pelo negro y piel morena, pero sus ojos eran de un sorprendente verde claro.

O'Sullivan hizo las presentaciones.
—Ellas son Twyla Montgomery, su hija, Sierra, y las chicas son Carrie y Bonnie. Señoras, él es Simon Wolfgard, líder del Courtyard de Lakeside.

—¿Podemos llamarte Lobito?— La chica con el diente faltante le preguntó.

—Lo puedes llamar Sr. Wolfgard o  Sr. Simon, igual que lo harías con cualquier otro adulto,— dijo Twyla.

Ella no levantó la voz ni amenazó, pero sometió a la cachorra y no dejó ninguna duda de que esa pregunta no se aceptaría de nuevo.

Simon estaba impresionado y esperanzado de que ahora habría alguien que pudiera mantener a los cachorros humanos en línea sin morderlos.
—¿Cómo debo llamarla?

—Twyla está bien.

Tal vez. Vería lo que el Teniente Montgomery decía al respecto.

Los humanos estaban empezando a notarlos, y no era inteligente quedarse. Simon tomó un par de los equipajes amontonados alrededor de las hembras y trató de recordar las cosas que los humanos preguntaban acerca de los viajes.
—¿Tuvieron un buen viaje?

—Estuvo muy bien una vez que logramos un lugar, —respondió Twyla—. Probablemente todavía estaríamos sentadas en la estación de Hubbney si el agente O'Sullivan no hubiera intervenido.

—¿Ah? — Simon miró a O'Sullivan, que también llevaba un par de bolsas que no eran las suyas. Simon lo sabía porque una maleta era negra; las otras dos eran de color rosa brillante y olían como a las pequeñas hembras.

—Hubieron algunos problemas con los trenes que circulan fuera de Toland, por lo que todo el mundo está trasbordando a través de Hubb NE, — O'Sullivan respondió en voz baja—. Ahora que los trenes no están circulando en la noche, para evitar incidentes, hay una acumulación de pasajeros, y los que pueden permitirse el lujo de "renovar" su boleto son los que logran los lugares. La Sra. Montgomery y su familia ya habían estado varadas en la estación Hubbney todo un día cuando llegué a tomar el tren a Lakeside. Cuando oí que su hijo era un oficial de policía, intervine y le di al ferrocarril la opción de que nos ubicara en el vagón ejecutivo o que me tuviera recorriendo la estación mientras que la GTI investigaba el tratamiento preferencial de algunos pasajeros en detrimento de otros.

Simon sonrió.
—Tiene dientes, O'Sullivan, incluso siendo humano.

—Gracias.

Llenaron la camioneta con las maletas y los humanos. Mientras se acomodaba en el asiento del acompañante, Simon oyó el sonido distante de un trueno.



*****



Meg abrió la puerta y se metió dentro del patio de Henry. Nathan estaba todavía en la Oficina del Enlace, y Jake estaba posado sobre la pared que separaba la zona de entrega y el patio, por lo que tendría un montón de advertencia si un camión llegaba.

Corrió hasta la puerta del estudio y dio un golpecito en el marco.
—¿Henry? ¿Puedo entrar?

El Oso Pardo se apartó de una de sus esculturas y le dio una mirada interrogante.
—¿Cuando has necesitado pedirlo?

Ella entró y se sentó en el banco en el que podía verlo trabajar sin meterse en su camino.

—Me alegro de que hayas venido. Quería mostrarte esto. — Henry tomó un trozo de madera y fue a sentarse a su lado—. ¿Qué piensas?

Aún no estaba terminado, pero pudo distinguir un árbol en el centro. En cada esquina de la caja, tocando algunas de las ramas, había algo que representaba cada una de las estaciones.

—Es maravilloso. ¿Esta es la tapa de la caja para las cartas proféticas?

Él asintió con la cabeza.
—Cuando llegue el momento, puedes ayudarme a teñir las piezas. De esa manera la madera va a conocerte.

Pasó los dedos suavemente sobre la madera.
—Me gustaría hacerlo.

Él tomó la tapa y la dejó a un lado.
—¿Qué tienes en mente, Meg? — Despachó su excusa antes de que pudiera decirla—. No vienes a visitarme durante tus horas de trabajo si no quiere hablar mientras que todos los demás están ocupados, y con los nuevos visitantes, todo el mundo está ocupado.

—¿Henry? ¿Cuánto de lo humano es demasiado humano?

En forma humana, Henry era un hombre alto con un enmarañado pelo castaño y  ojos marrones, pero no se sentía como humano. Al menos, no cuando lo conoció. ¿Ahora? ¿Era sólo que se había acostumbrado a él?, ¿o había perdido parte de la naturaleza salvaje en estos últimos meses?

—Eso depende de a quién le preguntes, — contestó.

—Los Terráneos de los que nadie habla. Los realmente peligrosos. Bueno, tú también eres peligroso, pero... —Ella se detuvo, temerosa de que lo hubiera insultado. Luego insistió, porque tenía que saber—. Simon ha traído más humanos al Courtyard. A la familia del Teniente Montgomery, porque es el tipo de cosas que hay que hacer, pero ¿ellos pensarán que se está convirtiendo en demasiado humano porque pasa tanto tiempo con los humanos? ¿Está en riesgo? ¿Yo causé esto?

Henry se inclinó hacia adelante y apoyó los antebrazos en sus muslos. Su expresión pasó de la perplejidad a la diversión mientras lentamente negaba con la cabeza.

—¿Te has estado guardando estas preguntas, Meg?

—¿Crees que es gracioso?

—¿Gracioso? No ¿divertido? — Inclinó una mano adelante y atrás—. Siempre existe el peligro de tomar demasiado de una forma, pero me imagino que eso ha sido así desde que el primer Terráneo tomó la forma de otro depredador para estudiar su forma de cazar y convertirse en un cazador incluso mejor que el animal original. Pero los humanos son una especie rara de depredadores, y la mayoría de las cosas por las que pelean es acerca de algo sobre sí mismos... —Se encogió de hombros—. Sí, nos hemos visto más enredados con los humanos, y no sólo en Lakeside. Sí, hay un riesgo de que quedemos demasiado involucrados en sus preocupaciones y olvidemos lo que somos y lo que nuestra propia especie necesita. Pero no creo que Simon se convertirá en demasiado humano, no en ninguna mala manera. ¿Sabes por qué?

Meg sacudió la cabeza.

Henry sonrió.
—Porque tú no lo vas a dejar hacerlo.

Ella se echó hacia atrás y suspiró.
—Tess es de una clase rara.

—Tess es Tess.

—¿Crees que el Courtyard todavía será capaz de comprar esos edificios de apartamentos al otro lado de la calle?

—Los hemos comprado. Los humanos tienen que hacer su papeleo, pero eso es una formalidad y deben completarse en cualquier momento.

—Hasta entonces, ¿dónde pondremos a todo el mundo? — En el recinto donde se había criado, cada chica tenía su propia celda. Ella no tenía una imagen de entrenamiento que la ayudara a visualizar a muchas personas embutidas en una habitación para dormir, aunque fuera temporalmente.

—¿Meg? Tomate tu tiempo de calma cada vez que lo necesites. No eres responsable de la manada del Teniente Montgomery; él lo es.

—Bueno, ¡yo no voy a cometer el error de mostrarles los ponis!

La risa de Henry sonó a pleno pulmón.
—Como si Jester te fuera a dejar acercarte al Establo Poni con pequeños humanos después de lo de la última vez.

Había cometido errores cuando llevó a Lizzy a ver los ponis. No tenía ninguna razón para creer que las otras niñas reaccionarían de la misma manera y quisieran montar los ponis de los Elementales, pero no iba a correr ese riesgo.

Oyeron el graznido de Jake.

—Suena como si tuviera una entrega. — Meg se puso de pie—. Gracias, Henry. Me gusta la caja.

Se apresuró a salir del estudio, corrió a lo largo del patio, salió corriendo hacia la puerta, y se precipitó en el cuarto trasero de la Oficina del Enlace. Llegó al mostrador de la entrada a tiempo para ver al repartidor volver a meterse en su camioneta. Los paquetes y su portapapeles, con la información detallada, estaban en el mostrador.

Llevó los paquetes a la sala de clasificación, después, encendió la radio. No estaba segura de cuánto tiempo había estado escuchando el informe del tiempo cuando se dio cuenta de que Tess había entrado.

Meg inclinó la cabeza para señalar el ondulado pelo verde y rojo de Tess.
—Te sientes tensa.

—Tú también. — Tess miró de forma significativa el brazo de Meg, donde sus dedos se clavaban en la piel—. ¿Sientes espinas?

Más que eso. Peor que eso.
—No me he hecho un corte en unos pocos días.

—No nos dirá nada.

—Nos podría decir si sobreviviremos.

Tess le dio una larga mirada.
—No, no creo que funcionará esta vez.



*****



Simon condujo al Capitán Burke y al Agente O'Sullivan hacia las escaleras del segundo piso de ABL.

—Vlad está chequeando los correos electrónicos, por lo que vamos a hablar en la oficina donde él pueda oír. ¿A menos que debamos esperar al Teniente Montgomery? — Se sentía inquieto y no quería esperar. Uno podría cavar un foso en la tierra para escapar de una fuerte tormenta o esconderse del fuego si no podía correr más rápido que él. Pero se podía ahogar en esa misma madriguera si la tormenta traía una inundación o si la tierra apisonada se derrumbaba y lo atrapaba en el interior. Los cambiantes como él no eran el objetivo de las tormentas, pero iban a ser golpeados igual.

—No, el Teniente necesita un poco de tiempo con su familia, — respondió Burke—. Voy a trasmitirle la información una vez que haya instalado a todas en el dúplex.

¿Cómo iba a decirle a estos humanos que iba a tratar de salvar a algunos, pero no podía arriesgarse a tratar de salvar a otros que pertenecían a la misma manada?

«Los Sanguinati y los Wolfgard llegaron a Bennett,» dijo Vlad.

«¿Algún correo de Stavros?» Preguntó Simon.

«No» Vlad cerró el programa de correo electrónico.

Simon contempló a Burke.
—El Courtyard será un lugar seguro durante las tormentas. Si la manada del Teniente Montgomery está haciendo guarida demasiado lejos, podría no ser capaz de traerlos aquí a tiempo.

—Mi dúplex no está muy lejos. Además, ya ha albergado a más personas de las que pueden caber cómodamente, — dijo Burke.

—No hay suficientes guaridas individuales para que los recién llegados tengan su propio lugar aquí, — estuvo de acuerdo Simon—. Pero hay camas por encima del centro social que podrían ser usadas para dormir y como refugio temporal. Y los humanos duermen en el suelo a veces. Kowalski tiene una manta hinchada para dormir en el suelo.

— Está dando rodeos como un minino.

Simon dio un paso atrás, insultado.
—Soy un Lobo. ¡No camino como un gatito!

O'Sullivan se rió.

Burke sonrió, pero la sonrisa se desvaneció rápidamente.
—¿Está ofreciendo refugio a los humanos? ¿Por qué?

—No a cualquier humano, — dijo Simon, al mismo tiempo que Vlad dijo:

—Debido a que una tormenta está en camino.

—Sí, así es, — coincidió Burke—. La única pregunta es; en qué dirección viene, ya que, en este momento, hay múltiples posibilidades.

—Capitán, la tormenta que pueda ver no es el que va a matar a su gente, — dijo Vlad.

—Si la profecía de Jean sobre Thaisia es correcta, Lakeside es una de las ciudades controladas por humanos que sobrevivirá. — Simon no mencionó que Meg había visto el futuro de Lakeside como incierto. Miró a O'Sullivan—. Hubb NE es otra.

—¿Toland? — Preguntó O'Sullivan.

—Sí, pero la luz era tenue. — No quería ser responsable de los humanos que no conocía, pero él creía que este gesto de amistad ayudaría a decidir el futuro de Lakeside, de un modo u otro—. Los policías que conocemos y sus parientes pueden ocultarse aquí. No creemos que los dientes y las garras de Namid harán daño a ningún humano que esté con nosotros en el Courtyard.

—Esa es una oferta generosa, — dijo Burke.

—Si hay enemigos de los Terráneos entre los humanos, es posible que no seamos capaces de proteger a ninguno de ustedes. — Simon miró a Burke, deseando que entendiera—. Elija cuidadosamente.

—He estado haciendo disposiciones para que las familias de los oficiales se refugien en la estación de la calle Chestnut. Ser capaz de enviar a algunos de ellos aquí... Lo aprecio. — Burke parecía estar pensando profundamente por un momento—. ¿Creen que esto sucederá pronto?

—Tan pronto como una de las tormentas golpee a Lakeside.

—Lo tomo que no debería planear volver a Hubb NE antes de que ocurran las cosas, — dijo O'Sullivan.

Simon negó con la cabeza.
—Voy a hablar con Elliot acerca de que lo deje trabajar en el consulado por ahora. Luego, puede llamar al Gobernador Hannigan.

O'Sullivan miró a Simon.
—Ya ha reunido a toda la mano de obra que pudo en el noreste para responder a las tormentas. ¿Hay algo en particular para lo que deba prepararse?

El odio era ahora un sabor en el agua, la rabia un olor en el aire.

—Él debe prepararse para una gran cantidad de humanos muertos.

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