Capítulo 45
Watersday
30 de Juin
Simon apenas
tuvo tiempo de terminar la llamada telefónica con Jackson y retransmitir la
información a Vlad antes de que Steve Barquero se precipitara desde el almacén
de Aullidos, Buena Lectura,
esquivando a Vlad cuando el Sanguinati trató de bloquearlo.
—¿Has visto
esto? — Steve dejó un trozo de papel en la caja.
Simon leyó la
advertencia, después, movió el papel hacia Vlad—. No he visto esto exactamente,
pero acabo de hablar con Jackson Wolfgard, y básicamente me dijo lo mismo.
Steve dejó
escapar un suspiro.
—Penny
Carguero se ha designado a sí misma como coordinadora de comunicaciones para
nuestra área.
—¿Como alcalde
de Desembarco del Ferry, no se supone que debes estar al frente de tal puesto?
— Preguntó Vlad.
—Penny y mi
madre han estado ayudando a lidiar con la avalancha de solicitudes de
información acerca de las Casandra de sangre. Esto va a ser aún más trabajo. Mi
mamá y papá están trabajando con la barcaza para llevar suministros a la parte
insular de nuestro pueblo; mi hermano se está moviendo tanto como puede en el
ferry. Así que si Penny quiere asumir esto, que el río la bendiga. Estoy
tratando de que todo el mundo quede advertido a tiempo para prepararse. — Steve
hizo una pausa—. ¿Piensas que vamos a perder tanto el tendido eléctrico como el
telefónico? Bueno, no tienes forma de saberlo, ¿verdad? Los árboles arrancados
pueden acabar con el tendido y eliminar la energía en un área entera.
Pensando en
las cartas que Meg había seleccionado en respuesta a una pregunta, Simon miró a
Vlad. Hasta cierto punto, todos sentirían las tormentas, pero no tenía ninguna
razón para creer que los pueblos Intuye se enfrentarían a los dientes y las
garras de Namid, así que ¿por qué asustar a Steve con toda la verdad?
«Nosotros
deberíamos decirle algo,» dijo Simon.
Vlad se
inclinó sobre el mostrador.
—Es posible
que el tendido eléctrico caerá si las tormentas se vuelven graves. Pero se
puede arreglar. La pérdida de comunicación entre las regiones debe ser pensada
como a largo plazo, y los Intuye y Terráneos deberían considerar la manera de
compensar eso.
Observaron
Steve considerar las implicaciones, y vieron el momento en que él comprendió,
como lo hicieron ellos, que el estado de Thaisia estaba a punto de cambiar.
—¿Qué pasa con
la radio?— Preguntó Steve—. ¿Qué con la televisión? Esas son formas de
comunicación.
«¿Crees que
los Antiguos pensaron en eso?» Vlad
preguntó a Simon.
«No,»,
respondió. «Y no hay razón para que lo hagan. Es bastante fácil para los
Elementales silenciar esas cosas si se convierten en problemáticas.»
—Si se usa con
cuidado, esas formas de comunicación probablemente permanecerán intactas, —
dijo Vlad.
—De acuerdo. —
Steve frotó la parte posterior de su cuello—. Voy a dirigirme a la Comunidad
River Road ahora y asegurarme de que todas las personas que trabajan en las
casas tengan todo cerrado y seguro. Estamos utilizando el antiguo edificio
industrial para almacenar suministros a excepción de los alimentos. Ah, y un
par de los nuevos residentes llegaron ayer. ¿Un Roy Panthergard? ¿Entendí que
iba a ser un ejecutor para la comunidad?
—Él va a
solucionar los problemas si llega a haber alguno, —Simon dijo vagamente. Steve
podría averiguar por sí mismo el resultado final cuando un problema se
encontraba con las garras de Roy—. ¿Quién más llegó?
—Dos parejas.
Ambos dijeron que eran Lynxgard, pero luego una pareja dijo que eran Gatos
montés, y los otros que eran Linces.
—Un gard puede
referirse a una sola forma, pero a veces sirve como un paraguas para Terráneos
que tomaron sus formas de animales relacionados, — explicó Vlad—. Beargard
incluye a todo tipo de formas de oso. Panthergard incluye lo que los humanos
llamarían panteras, pumas, leones de montaña, jaguares, leopardos, y
probablemente algunos otros más.
—Es bueno
saberlo. — Steve se apartó del mostrador—. Estaré en contacto.
Esperaron
hasta que oyeron cerrarse la puerta de atrás.
—Primero
vienen las tormentas, — dijo Simon—. Después vendrán los Antiguos.
—Luego viene
la muerte, — terminó Vlad—. No habrá mucha misericordia, si es que hay alguna.
—¿Cuánta
misericordia mostraron los humanos cuando mataron a tantos Wolfgard en el Medio
Oeste y Noroeste? ¿Cuánta piedad mostraron cuando nos atacaron aquí? ¿O cuando
cayeron bombas sobre los Terráneos que vigilaban las fronteras con el Bloque
Romano?
—¿Y así es
como debemos comportarnos?
Sacudió la
cabeza.
—No quiero ser
así de humano. No podemos proteger a todos en Lakeside de las tormentas o de
los Antiguos, pero podemos tratar de
proteger a la manada humana. Si los traemos al Courtyard, los Antiguos podrían dejarlos tranquilos.
—Algunos
miembros de esa manada tienen conexiones
con humanos que no quieren tener nada que ver con nosotros. ¿Vamos a dejar que
un enemigo potencial entre, para proteger a un amigo?
—No. Si alguien
en la manada humana no puede aceptar eso, entonces esa es su elección. — Sonó
el teléfono. Simon le gruño al aparato.
—La llamada
podría ser por un pedido. Todavía recibimos órdenes de los Terráneos.
Buen punto. Él
tomó el teléfono.
—Aullidos, Buena Lectura. Sí soy yo. Sí,
me acuerdo de quien eres. — Debió haber empezado a gruñir, porque Vlad le dio
un golpecito—. Quédense allí. Vamos a buscarlos. — Colgó y se volvió a su
amigo—. No me pegues.
—Sólo traté de
ayudar. — Vlad golpeó el teléfono—. ¿Quién quiere un aventón?
—El Agente
Greg O'Sullivan. Y la manda del Teniente Montgomery. Voy a ir con Blair y
recogerlos en la estación de tren.
—Voy a llamar
al Teniente, y pedirle al Capitán Burke si puede venir para una charla
reservada.— Vlad cruzó el almacén y fue a
las escaleras, luego se detuvo—. ¿Sabes dónde está Michael Debany ahora?
—Él estaba
trabajando en la huerta del Complejo Verde. Podría aún estar allí o estar de
camino para prepararse para el trabajo. — Simon trató de reprimir la emoción cuando
añadió—. Él estaba manejando la bicicleta para ir y venir de la huerta.
No tenía
ningún interés en aprender a montar en bicicleta, pero realmente quería
perseguir una. A pie, los humanos no eran lo suficientemente rápidos como para
ser divertido el juego de la presa.
Excepto Meg, pero ese era un tipo diferente de juego de persecución. Pero una
bicicleta...
Ese juego
tendría que esperar.
—¿Por qué lo
quieres?
—Tengo algo
que discutir con él en nombre de Tolya, —
respondió Vlad.
Se dirigieron
a la puerta de nuevo juntos, deteniéndose el tiempo suficiente para informarle
a Merri Lee que iba a estar a cargo de la tienda por un rato. Entonces Vlad
pasó a humo y se dirigió al Complejo Verde, mientras que Simon esperaba a que
Blair trajera una camioneta.
Cuando una
manada se volvía demasiado grande, era difícil cazar lo suficiente para
alimentar a todos. El problema era, que la manada se había hinchado con
depredadores de dos patas que no serían muy buenos a la hora de derribar las
presas.
Tendrían que
ganarse su sustento, al igual que todos los demás en el Courtyard. Esto de no
trabajar en el verano era una idea extraña. Había que comer en el verano, al
igual que en cualquier otra temporada. Eso requería trabajo.
No podría
decir aún si la tormenta que golpearía Lakeside vendría a través de los Grandes
Lagos o si la tormenta oscilaría hasta la costa este, o ambas cosas. No había
manera de saber cuánto tiempo estarían sin recibir suministros.
Mientras
esperaba a Blair, se lanzó a la Oficial del Enlace para decirle a Meg que ella
y la manada femenina necesitaban ordenar los libros hoy. Con un poco de suerte,
recibirían algunos de ellos antes de que las tormentas -y los Antiguos- llegaran.
*****
Vlad cambió a
su forma humana y esperó a que Michael Debany se fijara en él antes de
acercarse a la huerta.
Ahí estaba ese
delicioso momento en que ambos corazones latían más rápido, y la presa y el
depredador se reconocían mutuamente por lo que eran. Pero con la manada humana,
realmente sólo requería un momento, antes de que la experiencia compartida
calmara generaciones de instinto.
—Hola, — dijo
Debany—. Se ve bien, ¿no crees?
Vlad no vio
nada diferente al día anterior en cuanto a la comida comestible se refería,
pero asintió.
—Sí, sí.
¿Tienes un minuto?
—Claro. —
Debany sacó una botella de agua y una toalla de un pequeño paquete. Bebió
bastante, luego se tiró un poco de agua por la cara y se la limpió—. ¿Qué pasa?
Casual.
Confiado. Al menos trataba de ser ambos.
—Tienes una
hermana.
—Sí, la tengo.
— La voz aún casual, pero sus ojos eran cautelosos.
—A ella le
gustan los animales.
—Así es. Tiene
suficiente educación para calificar como asistente de veterinario. La familia
no podía permitirse el lujo de pagar por más educación, por lo que volvió a
casa para encontrar algún trabajo y ahorrar para poder continuar en otro
momento. Estaba buscando un trabajo que involucrara tratar con animales. Por la
experiencia práctica y un cheque de pago.
Lo mismo
podría decirse de los miembros más jóvenes de un Courtyard.
—¿Ha
considerado alguna vez vivir en el oeste?
—No creo que
jamás haya dicho algo por el estilo, pero con todo lo que ha pasado, no me
gustaría que se fuera por ahí.
—¿Incluso si
su seguridad estuviera garantizada lo mejor que se pueda?
—¿A qué te
refieres?
—No podemos
ser responsables si mete la mano en un agujero y es mordida por una serpiente
cascabel. Sin embargo, la norma de no
comestible aplicaría con ella. — Vlad estudió la cara de Debany. Postura de
policía. Escuchando, pero ahora sin reaccionar—. Tolya Sanguinati está a cargo ahora
de un pueblo llamado Bennett.
—He oído
hablar de él. — La voz plana.
—Entonces
también sabes que ya no hay ningún residente humano.
Un
asentimiento de cabeza.
—Hay, sin
embargo, animales domésticos supervivientes que necesitan atención, así como
los otros animales que quedaron por ahí. Varios Sanguinati y Wolfgard están en
camino hacia Bennett, así como algunas otras formas Terráneas. Algunos Intuye
también están en camino para ayudar a administrar los negocios que son
necesarios para apoyar esa estación de tren. No habría muchos humanos como ella
allí, al menos no al principio, pero sería una oportunidad de hacer el tipo de
trabajo que dices que ella quiere hacer.
—¿Quién está
cuidando a los animales ahora?
—No lo sé. El
que esté en la ciudad ese día, creo.
Debany frotó
la toalla en su rostro.
—Voy a ponerla
al tanto. Tiene que ser su elección.
¿Un recordatorio para mí o para ti? Vlad pensó.
—Bueno, no
necesitamos una respuesta hasta que logremos pasar estas tormentas. — Y
averiguar lo que quede de Thaisia cuando ellos hayan terminado.
*****
—Gracias por
venir a buscarnos, — dijo Greg O'Sullivan cuando Simon se acercó a las sillas
en la estación de tren donde el agente del GTI custodiaba a las cuatro hembras.
Simon casi le
dijo que Blair necesitaba llegar a la estación de todos modos, para recoger
algunas cosas que habían encargado para el Courtyard, pero eso podría sonar
como que los humanos eran equipaje extra, así que le dijo:
—Está bien.
La mujer de
más edad estaba de pie. Era baja y delgada, de piel morena, ojos castaños y el
pelo corto rizado era de un color más tipo la plata deslustrada que negro. La
otra mujer adulta era más joven, y tenía el pelo negro y piel morena, pero sus
ojos eran de un sorprendente verde claro.
O'Sullivan
hizo las presentaciones.
—Ellas son
Twyla Montgomery, su hija, Sierra, y las chicas son Carrie y Bonnie. Señoras,
él es Simon Wolfgard, líder del Courtyard de Lakeside.
—¿Podemos
llamarte Lobito?— La chica con el diente faltante le preguntó.
—Lo puedes
llamar Sr. Wolfgard o Sr. Simon, igual
que lo harías con cualquier otro adulto,— dijo Twyla.
Ella no
levantó la voz ni amenazó, pero sometió a la cachorra y no dejó ninguna duda de
que esa pregunta no se aceptaría de nuevo.
Simon estaba
impresionado y esperanzado de que ahora habría alguien que pudiera mantener a
los cachorros humanos en línea sin morderlos.
—¿Cómo debo
llamarla?
—Twyla está
bien.
Tal vez. Vería
lo que el Teniente Montgomery decía al respecto.
Los humanos
estaban empezando a notarlos, y no era inteligente quedarse. Simon tomó un par
de los equipajes amontonados alrededor de las hembras y trató de recordar las
cosas que los humanos preguntaban acerca de los viajes.
—¿Tuvieron un
buen viaje?
—Estuvo muy
bien una vez que logramos un lugar, —respondió Twyla—. Probablemente todavía
estaríamos sentadas en la estación de Hubbney si el agente O'Sullivan no
hubiera intervenido.
—¿Ah? — Simon
miró a O'Sullivan, que también llevaba un par de bolsas que no eran las suyas.
Simon lo sabía porque una maleta era negra; las otras dos eran de color rosa
brillante y olían como a las pequeñas hembras.
—Hubieron
algunos problemas con los trenes que circulan fuera de Toland, por lo que todo
el mundo está trasbordando a través de Hubb NE, — O'Sullivan respondió en voz
baja—. Ahora que los trenes no están circulando en la noche, para evitar
incidentes, hay una acumulación de pasajeros, y los que pueden permitirse el
lujo de "renovar" su boleto son los que logran los lugares. La Sra.
Montgomery y su familia ya habían estado varadas en la estación Hubbney todo un
día cuando llegué a tomar el tren a Lakeside. Cuando oí que su hijo era un
oficial de policía, intervine y le di al ferrocarril la opción de que nos
ubicara en el vagón ejecutivo o que me tuviera recorriendo la estación mientras
que la GTI investigaba el tratamiento preferencial de algunos pasajeros en
detrimento de otros.
Simon sonrió.
—Tiene
dientes, O'Sullivan, incluso siendo humano.
—Gracias.
Llenaron la
camioneta con las maletas y los humanos. Mientras se acomodaba en el asiento
del acompañante, Simon oyó el sonido distante de un trueno.
*****
Meg abrió la
puerta y se metió dentro del patio de Henry. Nathan estaba todavía en la
Oficina del Enlace, y Jake estaba posado sobre la pared que separaba la zona de
entrega y el patio, por lo que tendría un montón de advertencia si un camión
llegaba.
Corrió hasta
la puerta del estudio y dio un golpecito en el marco.
—¿Henry?
¿Puedo entrar?
El Oso Pardo
se apartó de una de sus esculturas y le dio una mirada interrogante.
—¿Cuando has
necesitado pedirlo?
Ella entró y
se sentó en el banco en el que podía verlo trabajar sin meterse en su camino.
—Me alegro de
que hayas venido. Quería mostrarte esto. — Henry tomó un trozo de madera y fue
a sentarse a su lado—. ¿Qué piensas?
Aún no estaba
terminado, pero pudo distinguir un árbol en el centro. En cada esquina de la
caja, tocando algunas de las ramas, había algo que representaba cada una de las
estaciones.
—Es
maravilloso. ¿Esta es la tapa de la caja para las cartas proféticas?
Él asintió con
la cabeza.
—Cuando llegue
el momento, puedes ayudarme a teñir las piezas. De esa manera la madera va a
conocerte.
Pasó los dedos
suavemente sobre la madera.
—Me gustaría
hacerlo.
Él tomó la
tapa y la dejó a un lado.
—¿Qué tienes
en mente, Meg? — Despachó su excusa antes de que pudiera decirla—. No vienes a
visitarme durante tus horas de trabajo si no quiere hablar mientras que todos
los demás están ocupados, y con los nuevos visitantes, todo el mundo está
ocupado.
—¿Henry?
¿Cuánto de lo humano es demasiado humano?
En forma
humana, Henry era un hombre alto con un enmarañado pelo castaño y ojos marrones, pero no se sentía como humano.
Al menos, no cuando lo conoció. ¿Ahora? ¿Era sólo que se había acostumbrado a
él?, ¿o había perdido parte de la naturaleza salvaje en estos últimos meses?
—Eso depende
de a quién le preguntes, — contestó.
—Los Terráneos
de los que nadie habla. Los realmente peligrosos. Bueno, tú también eres
peligroso, pero... —Ella se detuvo, temerosa de que lo hubiera insultado. Luego
insistió, porque tenía que saber—. Simon ha traído más humanos al Courtyard. A
la familia del Teniente Montgomery, porque es el tipo de cosas que hay que
hacer, pero ¿ellos pensarán que se está convirtiendo en demasiado humano porque
pasa tanto tiempo con los humanos? ¿Está en riesgo? ¿Yo causé esto?
Henry se
inclinó hacia adelante y apoyó los antebrazos en sus muslos. Su expresión pasó
de la perplejidad a la diversión mientras lentamente negaba con la cabeza.
—¿Te has
estado guardando estas preguntas, Meg?
—¿Crees que es
gracioso?
—¿Gracioso? No
¿divertido? — Inclinó una mano adelante y atrás—. Siempre existe el peligro de
tomar demasiado de una forma, pero me imagino que eso ha sido así desde que el
primer Terráneo tomó la forma de otro depredador para estudiar su forma de
cazar y convertirse en un cazador incluso mejor que el animal original. Pero
los humanos son una especie rara de depredadores, y la mayoría de las cosas por
las que pelean es acerca de algo sobre sí mismos... —Se encogió de hombros—.
Sí, nos hemos visto más enredados con los humanos, y no sólo en Lakeside. Sí,
hay un riesgo de que quedemos demasiado involucrados en sus preocupaciones y
olvidemos lo que somos y lo que nuestra propia especie necesita. Pero no creo
que Simon se convertirá en demasiado humano, no en ninguna mala manera. ¿Sabes
por qué?
Meg sacudió la
cabeza.
Henry sonrió.
—Porque tú no
lo vas a dejar hacerlo.
Ella se echó
hacia atrás y suspiró.
—Tess es de
una clase rara.
—Tess es Tess.
—¿Crees que el
Courtyard todavía será capaz de comprar esos edificios de apartamentos al otro
lado de la calle?
—Los hemos
comprado. Los humanos tienen que hacer su papeleo, pero eso es una formalidad y
deben completarse en cualquier momento.
—Hasta
entonces, ¿dónde pondremos a todo el mundo? — En el recinto donde se había
criado, cada chica tenía su propia celda. Ella no tenía una imagen de
entrenamiento que la ayudara a visualizar a muchas personas embutidas en una
habitación para dormir, aunque fuera temporalmente.
—¿Meg? Tomate
tu tiempo de calma cada vez que lo necesites. No eres responsable de la manada
del Teniente Montgomery; él lo es.
—Bueno, ¡yo no
voy a cometer el error de mostrarles los ponis!
La risa de
Henry sonó a pleno pulmón.
—Como si
Jester te fuera a dejar acercarte al Establo Poni con pequeños humanos después
de lo de la última vez.
Había cometido
errores cuando llevó a Lizzy a ver los ponis. No tenía ninguna razón para creer
que las otras niñas reaccionarían de la misma manera y quisieran montar los
ponis de los Elementales, pero no iba a correr ese riesgo.
Oyeron el
graznido de Jake.
—Suena como si
tuviera una entrega. — Meg se puso de pie—. Gracias, Henry. Me gusta la caja.
Se apresuró a
salir del estudio, corrió a lo largo del patio, salió corriendo hacia la
puerta, y se precipitó en el cuarto trasero de la Oficina del Enlace. Llegó al
mostrador de la entrada a tiempo para ver al repartidor volver a meterse en su
camioneta. Los paquetes y su portapapeles, con la información detallada,
estaban en el mostrador.
Llevó los
paquetes a la sala de clasificación, después, encendió la radio. No estaba
segura de cuánto tiempo había estado escuchando el informe del tiempo cuando se
dio cuenta de que Tess había entrado.
Meg inclinó la
cabeza para señalar el ondulado pelo verde y rojo de Tess.
—Te sientes
tensa.
—Tú también. —
Tess miró de forma significativa el brazo de Meg, donde sus dedos se clavaban
en la piel—. ¿Sientes espinas?
Más que eso.
Peor que eso.
—No me he
hecho un corte en unos pocos días.
—No nos dirá
nada.
—Nos podría
decir si sobreviviremos.
Tess le dio
una larga mirada.
—No, no creo
que funcionará esta vez.
*****
Simon condujo
al Capitán Burke y al Agente O'Sullivan hacia las escaleras del segundo piso de
ABL.
—Vlad está
chequeando los correos electrónicos, por lo que vamos a hablar en la oficina
donde él pueda oír. ¿A menos que debamos esperar al Teniente Montgomery? — Se
sentía inquieto y no quería esperar. Uno podría cavar un foso en la tierra para
escapar de una fuerte tormenta o esconderse del fuego si no podía correr más
rápido que él. Pero se podía ahogar en esa misma madriguera si la tormenta
traía una inundación o si la tierra apisonada se derrumbaba y lo atrapaba en el
interior. Los cambiantes como él no eran el objetivo de las tormentas, pero
iban a ser golpeados igual.
—No, el
Teniente necesita un poco de tiempo con su familia, — respondió Burke—. Voy a
trasmitirle la información una vez que haya instalado a todas en el dúplex.
¿Cómo iba a
decirle a estos humanos que iba a tratar de salvar a algunos, pero no podía
arriesgarse a tratar de salvar a otros que pertenecían a la misma manada?
«Los
Sanguinati y los Wolfgard llegaron a Bennett,» dijo Vlad.
«¿Algún correo
de Stavros?» Preguntó Simon.
«No» Vlad
cerró el programa de correo electrónico.
Simon contempló
a Burke.
—El Courtyard
será un lugar seguro durante las tormentas. Si la manada del Teniente Montgomery
está haciendo guarida demasiado lejos, podría no ser capaz de traerlos aquí a
tiempo.
—Mi dúplex no
está muy lejos. Además, ya ha albergado a más personas de las que pueden caber
cómodamente, — dijo Burke.
—No hay
suficientes guaridas individuales para que los recién llegados tengan su propio
lugar aquí, — estuvo de acuerdo Simon—. Pero hay camas por encima del centro
social que podrían ser usadas para dormir y como refugio temporal. Y los
humanos duermen en el suelo a veces. Kowalski tiene una manta hinchada para
dormir en el suelo.
— Está dando
rodeos como un minino.
Simon dio un
paso atrás, insultado.
—Soy un Lobo.
¡No camino como un gatito!
O'Sullivan se
rió.
Burke sonrió,
pero la sonrisa se desvaneció rápidamente.
—¿Está
ofreciendo refugio a los humanos? ¿Por qué?
—No a
cualquier humano, — dijo Simon, al mismo tiempo que Vlad dijo:
—Debido a que
una tormenta está en camino.
—Sí, así es, —
coincidió Burke—. La única pregunta es; en qué dirección viene, ya que, en este
momento, hay múltiples posibilidades.
—Capitán, la
tormenta que pueda ver no es el que va a matar a su gente, — dijo Vlad.
—Si la
profecía de Jean sobre Thaisia es correcta, Lakeside es una de las ciudades
controladas por humanos que sobrevivirá. — Simon no mencionó que Meg había
visto el futuro de Lakeside como incierto. Miró a O'Sullivan—. Hubb NE es otra.
—¿Toland? —
Preguntó O'Sullivan.
—Sí, pero la
luz era tenue. — No quería ser responsable de los humanos que no conocía, pero
él creía que este gesto de amistad ayudaría a decidir el futuro de Lakeside, de
un modo u otro—. Los policías que conocemos y sus parientes pueden ocultarse
aquí. No creemos que los dientes y las garras de Namid harán daño a ningún
humano que esté con nosotros en el Courtyard.
—Esa es una
oferta generosa, — dijo Burke.
—Si hay
enemigos de los Terráneos entre los humanos, es posible que no seamos capaces
de proteger a ninguno de ustedes. — Simon miró a Burke, deseando que entendiera—.
Elija cuidadosamente.
—He estado
haciendo disposiciones para que las familias de los oficiales se refugien en la
estación de la calle Chestnut. Ser capaz de enviar a algunos de ellos aquí...
Lo aprecio. — Burke parecía estar pensando profundamente por un momento—.
¿Creen que esto sucederá pronto?
—Tan pronto
como una de las tormentas golpee a Lakeside.
—Lo tomo que
no debería planear volver a Hubb NE antes de que ocurran las cosas, — dijo
O'Sullivan.
Simon negó con
la cabeza.
—Voy a hablar
con Elliot acerca de que lo deje trabajar en el consulado por ahora. Luego,
puede llamar al Gobernador Hannigan.
O'Sullivan
miró a Simon.
—Ya ha reunido
a toda la mano de obra que pudo en el noreste para responder a las tormentas.
¿Hay algo en particular para lo que deba prepararse?
El odio era
ahora un sabor en el agua, la rabia un olor en el aire.
—Él debe
prepararse para una gran cantidad de humanos muertos.
Cada vez se pone mas interesante
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