Capítulo 41
Windsday
27 de Juin
Un joven
reportero de televisión observó a la tierra pasar de prisa cuando el tren
aceleró hacia la ciudad de Bennett.
—¿Crees que es
el mismo cartel? —Otro periodista le preguntó, señalando a la ventana.
APENDIMOS DE UTEDES.
—No
aprendieron mucho, — otra persona del vagón lo dijo con una mueca.
El joven
reportero miró alrededor del vagón y frunció el ceño. Los reporteros y
camarógrafos de los diversos periódicos y canales de televisión eran los únicos
pasajeros. Claro, el lunático del Gobernador había establecido un bloqueo a los
viajes hacia el Noreste, pero ya había terminado, sólo fue una especie de
maniobra política. Y otras personas abordaron el tren en Shikago. ¿Tal vez el
ferrocarril reservó un vagón exclusivo para la prensa?
APENDIMOS DE UTEDES.
El reportero
consultó su reloj. Otro de los carteles y la estación de Bennett a solo unos
pocos minutos.
Lo curioso era
que el editor del periódico de Bennett después de enviar esa primera foto no
respondía a los correos electrónicos o las llamadas telefónicas de ninguno de
los canales de televisión o periódicos que enviaron reporteros para un artículo
de seguimiento. Era casi como si el hombre no pudiera ser molestado por ellos
después de enviarles ese señuelo.
El tren llegó
a la estación.
No había pasajeros
esperando abordar. No había personal de la estación a la vista.
El joven
reportero desembarcó con el resto de los periodistas. Un extraño silencio llenó
la estación, un silencio que parecía filtrarse en su piel y despertar su
comprensión primitiva.
Los
periodistas salieron de la estación en grupo, en busca de un taxi o autobús
para así no tener que andar cargando sus equipos. Lo que encontraron fueron
coches en y alrededor de las calles, muchos estacionados sin orden ni sentido,
como si los pilotos hubieran dejado los vehículos a toda prisa.
No había gente
caminando. No había música procedente de radios o programas de televisión que
se escucharan por las ventanas abiertas.
Algunas
tiendas estaban cerradas. Otras tenían las luces encendidas y las puertas
abiertas.
Un camarógrafo
de repente se detuvo y se quedó sin aliento.
—Dioses encima
y por debajo. — Corrió por un callejón hacia lo que sea que había visto, y el
resto de los periodistas lo siguieron hasta el espacio abierto más allá de los
edificios.
El joven
reportero alcanzó a los otros y se quedó mirando el montón de cuerpos. Jóvenes.
Viejos. Algunos vistiendo los uniformes de su profesión. Otros con ropa casual.
En frente del montículo estaba otro de esos carteles:
APENDIMOS DE UTEDES.
Esta toda la ciudad, el reportero
pensó, sintiendo su garganta contraerse en respuesta a la audición de otros
vomitando. Algo mató a toda la ciudad y
apiló los cuerpos imitando a las manadas de Lobos que fueron aniquiladas por
HPU, hasta el último cachorro.
Se estremeció.
—Todavía están
aquí, — susurró mientras retrocedía, intentando mirar a todas partes a la vez,
y preguntándose si alguno de los humanos en la ciudad habían visto lo que les
mato—. Tenemos que volver al tren, tenemos que escapar. Todavía están aquí.
Los
camarógrafo captaron un poco de material de archivo. Los reporteros de prensa
tomaron fotos digitales. Pero el temor de que el tren partiera de la estación,
dejándolos varados, apagó cualquier deseo de hacer un informe en vivo de una
ciudad muerta.
Mientras
corrían de vuelta a la estación de tren, el joven reportero escuchó un sonido
que podría haber sido el viento en los árboles cercanos... o el sonido de algo riéndose.
Para: Tolya Sanguinati
El abuelo Erebus ha
decidido que tomes el control de la ciudad de Bennett. Los Sanguinati del
Courtyard de Toland están en camino para encontrarse contigo ahora, junto con
algunos de los Wolfgard que trabajaron contigo. Algunos de los Terráneos de
Toland se unirán a Stavros cuando se haga cargo de Saltos de Talulah. El resto
se dirigirá a las regiones del Medio Oeste y del Noroeste para gestionar
algunas de las ciudades reclamadas que tienen estaciones ferroviarias. Esos
lugares son todavía de valor para nosotros.
Dale esta
advertencia a los humanos que ayudaron a salvar a los cachorros de Lobo en
Pradera de Oro: no hay seguridad en la oscuridad.
Vlad.
Para: Vladimir Sanguinati
Recibí y entendí tu
mensaje. Estoy considerando qué comercios son inmediatamente necesarios y le
pediré a Jesse Walker sus recomendaciones. Si bien tener algunos de los
Wolfgard en Bennett como una especie de ejecutores sería beneficioso, pídele a
algunos de los Lobos de Toland que vayan al asentamiento Terráneo de Pradera de
Oro. La cuidadora de la manada es la única superviviente de los Lobos adultos
allí, y alguien tiene que enseñar a los jóvenes cómo cazar. Hay mucha carne de
bisonte almacenada por lo que los jóvenes pueden ser alimentados por algún
tiempo, pero los Intuye, más allá de las buenas intenciones que tienen, no
pueden enseñar a los Lobos jóvenes todo lo que necesitan saber.
Además, todos los
humanos que dirigían los ranchos entre Pradera de Oro y Bennett fueron
asesinados. La mayor parte de las vallas que dividían la tierra están rotas y
ahora son temibles bolas de alambre de púas y postes. Tobias Walker me dijo que
el ganado vacuno puede valerse por su cuenta por el verano, pero hay otros
animales que requieren atención, incluidos los de la ciudad que los humanos
mantenían como mascotas y los animales de trabajo en los ranchos. Estamos
haciendo lo que podemos, pero no hay suficientes de nosotros para cuidar de
tantos animales, y seguir atendiendo tantas otras tareas. ¿Los Antiguos permitirán que algunos humanos,
-Intuyes o gente de Vida Simple, preferentemente- vengan a Bennett bajo la
supervisión de los Sanguinati a ocuparse de este tipo de cosas?
Tolya
Muchas gracias
ResponderEliminarGracias por los capítulos.
ResponderEliminarOh por Dios.
ResponderEliminargracias por los capítulos
Gracias, cada vez se pone peor
ResponderEliminarEstá muy buena la historia!! Me muero por leer el libro completo
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