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martes, 19 de abril de 2016

Adelanto: Capítulo 41 Marked in Flesh - Anne Bishop


Capítulo 41




Windsday 27 de Juin


Un joven reportero de televisión observó a la tierra pasar de prisa cuando el tren aceleró hacia la ciudad de Bennett.

—¿Crees que es el mismo cartel? —Otro periodista le preguntó, señalando a la ventana.

APENDIMOS DE UTEDES.

—No aprendieron mucho, — otra persona del vagón lo dijo con una mueca.

El joven reportero miró alrededor del vagón y frunció el ceño. Los reporteros y camarógrafos de los diversos periódicos y canales de televisión eran los únicos pasajeros. Claro, el lunático del Gobernador había establecido un bloqueo a los viajes hacia el Noreste, pero ya había terminado, sólo fue una especie de maniobra política. Y otras personas abordaron el tren en Shikago. ¿Tal vez el ferrocarril reservó un vagón exclusivo para la prensa?

APENDIMOS DE UTEDES.

El reportero consultó su reloj. Otro de los carteles y la estación de Bennett a solo unos pocos minutos.

Lo curioso era que el editor del periódico de Bennett después de enviar esa primera foto no respondía a los correos electrónicos o las llamadas telefónicas de ninguno de los canales de televisión o periódicos que enviaron reporteros para un artículo de seguimiento. Era casi como si el hombre no pudiera ser molestado por ellos después de enviarles ese señuelo.

El tren llegó a la estación.

No había pasajeros esperando abordar. No había personal de la estación a la vista.

El joven reportero desembarcó con el resto de los periodistas. Un extraño silencio llenó la estación, un silencio que parecía filtrarse en su piel y despertar su comprensión primitiva.

Los periodistas salieron de la estación en grupo, en busca de un taxi o autobús para así no tener que andar cargando sus equipos. Lo que encontraron fueron coches en y alrededor de las calles, muchos estacionados sin orden ni sentido, como si los pilotos hubieran dejado los vehículos a toda prisa.

No había gente caminando. No había música procedente de radios o programas de televisión que se escucharan por las ventanas abiertas.

Algunas tiendas estaban cerradas. Otras tenían las luces encendidas y las puertas abiertas.

Un camarógrafo de repente se detuvo y se quedó sin aliento.
—Dioses encima y por debajo. — Corrió por un callejón hacia lo que sea que había visto, y el resto de los periodistas lo siguieron hasta el espacio abierto más allá de los edificios.

El joven reportero alcanzó a los otros y se quedó mirando el montón de cuerpos. Jóvenes. Viejos. Algunos vistiendo los uniformes de su profesión. Otros con ropa casual. En frente del montículo estaba otro de esos carteles:

APENDIMOS DE UTEDES.

Esta toda la ciudad, el reportero pensó, sintiendo su garganta contraerse en respuesta a la audición de otros vomitando. Algo mató a toda la ciudad y apiló los cuerpos imitando a las manadas de Lobos que fueron aniquiladas por HPU, hasta el último cachorro.

Se estremeció.
—Todavía están aquí, — susurró mientras retrocedía, intentando mirar a todas partes a la vez, y preguntándose si alguno de los humanos en la ciudad habían visto lo que les mato—. Tenemos que volver al tren, tenemos que escapar. Todavía están aquí.

Los camarógrafo captaron un poco de material de archivo. Los reporteros de prensa tomaron fotos digitales. Pero el temor de que el tren partiera de la estación, dejándolos varados, apagó cualquier deseo de hacer un informe en vivo de una ciudad muerta.

Mientras corrían de vuelta a la estación de tren, el joven reportero escuchó un sonido que podría haber sido el viento en los árboles cercanos... o el sonido de algo riéndose.





Para: Tolya Sanguinati


El abuelo Erebus ha decidido que tomes el control de la ciudad de Bennett. Los Sanguinati del Courtyard de Toland están en camino para encontrarse contigo ahora, junto con algunos de los Wolfgard que trabajaron contigo. Algunos de los Terráneos de Toland se unirán a Stavros cuando se haga cargo de Saltos de Talulah. El resto se dirigirá a las regiones del Medio Oeste y del Noroeste para gestionar algunas de las ciudades reclamadas que tienen estaciones ferroviarias. Esos lugares son todavía de valor para nosotros.

Dale esta advertencia a los humanos que ayudaron a salvar a los cachorros de Lobo en Pradera de Oro: no hay seguridad en la oscuridad.

Vlad.




Para: Vladimir Sanguinati

Recibí y entendí tu mensaje. Estoy considerando qué comercios son inmediatamente necesarios y le pediré a Jesse Walker sus recomendaciones. Si bien tener algunos de los Wolfgard en Bennett como una especie de ejecutores sería beneficioso, pídele a algunos de los Lobos de Toland que vayan al asentamiento Terráneo de Pradera de Oro. La cuidadora de la manada es la única superviviente de los Lobos adultos allí, y alguien tiene que enseñar a los jóvenes cómo cazar. Hay mucha carne de bisonte almacenada por lo que los jóvenes pueden ser alimentados por algún tiempo, pero los Intuye, más allá de las buenas intenciones que tienen, no pueden enseñar a los Lobos jóvenes todo lo que necesitan saber.

Además, todos los humanos que dirigían los ranchos entre Pradera de Oro y Bennett fueron asesinados. La mayor parte de las vallas que dividían la tierra están rotas y ahora son temibles bolas de alambre de púas y postes. Tobias Walker me dijo que el ganado vacuno puede valerse por su cuenta por el verano, pero hay otros animales que requieren atención, incluidos los de la ciudad que los humanos mantenían como mascotas y los animales de trabajo en los ranchos. Estamos haciendo lo que podemos, pero no hay suficientes de nosotros para cuidar de tantos animales, y seguir atendiendo tantas otras tareas. ¿Los Antiguos permitirán que algunos humanos, -Intuyes o gente de Vida Simple, preferentemente- vengan a Bennett bajo la supervisión de los Sanguinati a ocuparse de este tipo de cosas?


Tolya

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