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martes, 12 de abril de 2016

Adelanto: Capítulo 27 Marked in Flesh - Anne Bishop


Capítulo 27




Jueves 21 de Juin


Jesse abasteció los estantes del almacén con sopas enlatadas, salsa de tomate y pasta de tomate, y una variedad de frutas y verduras enlatadas. En el cuarto de atrás, tenía grandes contenedores de plástico herméticos y a prueba de ratones. Uno llevaba bolsas de cinco libras de harina; otras bolsas cerradas de azúcar, tanto blanca como marrón; y la tercera, cajas que contenían pastas que no podían caber en los estantes en el frente. El cuarto se había llenado de sacos de arroz y paquetes de fideos al huevo.

Con suerte los suministros seguirían estando en buen estado cuando la gente en Pradera de Oro las necesitaran.

Compra suficientes suministros hasta la próxima primavera, Tolya le dijo después de que le mencionó su presentimiento de que a Pradera de Oro podrían negársele el acceso a otros suministros, de la misma manera en que la librería en Bennett le había negado comprar nuevos libros para su tienda. Comida. Medicamentos. Lo que necesiten las mujeres cuando entran en  temporada y se vuelven irritables.

De alguna manera, tener a un vampiro mencionando el síndrome premenstrual y la menstruación como parte de la lista de verificación de preparación, fue más desconcertante que tenerlo empujándola para pedir comida que se pudiera almacenar para los próximos meses.

Y no sólo los alimentos. Ropa también; todo, desde ropa interior y calcetines a pantalones vaqueros, camisetas, suéteres y abrigos. Zapatos. Botas. Cualquier cosa que pudiera quedar pequeña o desgastada.

Algo estaba por venir. Todo el mundo en Pradera de Oro lo sentía. Los Terráneos sabían para que se estaban preparando, pero no compartían los detalles.

Más bisonte había sido acribillados; alguien tenía una idea maliciosa de diversión. Los Lobos adultos, especialmente aquellos que eran cazadores y guardianes, estaban lejos de su asentamiento, vagando para encontrar a los humanos culpables y poner fin a este desperdicio de alimentos.

La comida no era lo único echado a perder. Alguien había vertido gasolina dentro de las madrigueras de la pradera y les prendió fuego. El fuego se propagó a lo largo de los acres de las praderas, llegando a metros de los cultivos del asentamiento. Entonces, el viento cambió de dirección, ahogando el fuego sobre sí mismo, salvando los cultivos de Pradera de Oro para el próximo año.

Ella y Phil Mailer,  jefe de correos y editor del Boletín de Pradera de Oro, manejaron hasta Bennett para reportar el incidente, pero nadie había visto nada. ¿Qué se suponía que la fuerza policial de Bennett tenía que hacer? El fuego no ocurrió en la ciudad o en algún terreno humano.

Tenía la esperanza de haberse equivocado acerca de la preparación para el aislamiento, pero el aislamiento ya había comenzado a una velocidad aterradora. Los Intuye no podía realizar compras en ninguna de las tiendas de Bennett. Había que mostrar una tarjeta de residencia para poder comprar algo. Cuando Truman Skye y Billy Rider, dos hombres del rancho de Pradera de Oro, preguntaron si esa norma se aplicaba a las personas que paraban ahí por la noche o durante un día o dos, fueron maltratados por una banda de hombres. Después de volver a casa, Truman les comentó a Jesse y Phil -y a Joe Wolfgard y Tolya Sanguinati- que el sheriff estaba haciendo una multa de estacionamiento a la vista de la pelea y no se dio cuenta de que dos hombres eran atacados por ocho. Así las cosas, Truman y Billy escaparon con unos rasguños, algunas costillas magulladas, y un par de ojos negros, porque un árbol en la plaza del pueblo fue arrancado de repente y aplastó la cabina de una camioneta estacionada en la calle.

El rumor era que algo había enganchado sus garras en el árbol y lo arrancó de la tierra.

Advertencias emitidas por ambos lados. Al menos así es como Jesse leía ese encuentro, y Joe no había estado en desacuerdo con su evaluación, aunque no confirmó que hubiera algo más que los Lobos y Wyatt Beargard vigilando la tierra entre Bennett y Pradera de Oro.

Por lo tanto, no había mercancía disponible del pueblo más cercano. Todo lo que necesitaban tenía que venir en tren o camión ahora. El problema era que estaban comprando mucho más de lo que los residentes de la ciudad o los negocios podían permitirse, y no habrían comprando mucho de nada si Tolya, como portavoz de su estirpe, no les hubiera prestado el dinero.

Nadie tenía un presentimiento sobre el préstamo de dinero de los Sanguinati, pero nadie se sentía cómodo al respecto tampoco. Aún así, era eso o ignorar las advertencias de que tenían que llenarse de suministros.

Pañales y talco. Mantas y ropa de cama. Toallas. Cepillos de dientes y pasta de dientes. Papel higiénico. ¡Dioses! ¿Cómo se suponía que una comerciante haría una estimación de algo así?

¿Y dónde se suponía que tenía que poner todos estos suministros?

El timbre de la puerta tintineó. Jesse se apartó de los estantes, contenta por la distracción de un cliente.

La chica parecía tener unos 16 o 17 años. Una desconocida que llevaba uno de los vestidos que Jesse sabía que había estado en la ventana de la tienda de ropa usada, apenas la semana pasada. Sandalias en sus pies. Su cabello era de un color ceniza claro y le llegaba a la mitad de la espalda. Sus ojos eran de color ámbar, y las orejas, que de repente asomaron por debajo de los cabellos, eran peludas y no tenían la forma humana.

Loba, pensó Jesse, sonriendo mientras se movía lentamente hacia la chica.
—Hola. Soy Jesse, la dueña de este almacén. ¿Puedo ayudarte a encontrar algo? —Ella vio a Joe Wolfgard y a un extraño, ¿otro Lobo?, parado afuera a hablando con Tobias.

Supervisando.

—¿Cuál es tu nombre? — Preguntó Jesse.

—Rachel. ¿Me gustaría un libro?

Una declaración expresada como una pregunta. La chica no estaba muy segura de que se le permitía pedir una cosa así.

—Los libros están aquí. — Jesse llevó a Rachel a los estantes—. Estos dos estantes tienen libros nuevos. Los nuevos libros por lo general cuestan más. Estos dos estantes tienen los libros usados. — Jesse eligió un libro de bolsillo al azar y se lo entregó a Rachel.

Rachel estudió la cubierta. Luego olfateó el libro, hizo una mueca, y se lo devolvió.

Interesante. Ella quería preguntar lo que la chica olio en el libro, pero tendría que esperar a la próxima visita.

—También puedes tomar libros prestados de la biblioteca.

—¿Prestado significa que no podemos quedárnoslo?

—Así es. Tú lo lees y lo devuelves a la biblioteca.

—Queremos un libro para quedárnoslo.

Jesse asintió.
—¿Un libro para ti?

Rachel vaciló.
—¿Un libro de cuentos para cachorros? ¿Para leer a los cachorros? Puedo leer bastante bien.

Esta chica echaba señuelos para enganchar a los curiosos.

La próxima vez, Jesse se prometió a sí misma mientras estudiaba la selección de libros para niños que tenía disponibles.

—Bueno, tengo un libro de historias de animales. — Cuando Rachel se puso en cuclillas a su lado, quería preguntar si la chica llevaba ropa interior debajo de ese vestido de verano, pero era una pregunta que podría causar vergüenza, sobre todo si se trataba de un primer intento de interactuar con un humano.

—Nos gustan los animales, — dijo Rachel.

—No sé si los animales en estas historias se comportan como los animales que conoces.

Rachel asintió.
—Fantasía. — Sostuvo el libro. Olfateó el libro. Y no se lo entrego de nuevo.

—¿Te gustaría escoger un libro para ti?

—Yo, — Rachel miró la etiqueta de precio en el libro de historias—. No tengo suficiente dinero para comprar otro libro.

—Te daré un libro para ti.

Rachel sacudió la cabeza.
—Se supone que tengo que comprarlo.

—Por lo general, eso es cierto. Pero hoy me gustaría darte un libro como regalo. Como una manera de darte la bienvenida.

—Ah. — La chica miró a los estantes de libros, sus ojos ámbar llenos de alegría y confusión.

Poco a poco, Rachel le contó a Jesse acerca de los libros que había leído y cuales le gustó más. Por último, Jesse acercó a Rachel hacia un autor Intuye de misterio que escribía una serie de historias sobre un humano que tenía un par de camaradas Terráneos que lo ayudaban a resolver los misterios. No estaba segura de si la representación de los Otros era lo suficientemente precisa. No se había detenido a pensar en ello cuando leyó algunos de los libros.

Bueno, será interesante leer alguno otra vez, con lo que ahora sé de los Otros y ver lo que piensa Rachel de los personajes. ¿Alguno de los Terráneos estarán interesados en asistir a nuestro club mensual de lectura? Algo para preguntar a Joe Wolfgard.

Jesse registró la venta y observó a través de la ventana cuando Rachel salió de la tienda. La chica casi brillaba por el triunfo de un encuentro exitoso. Y se volvió tímida cuando le presentaron a Tobias, quien se quitó el sombrero e hizo todo lo que correspondía en una presentación.

A medida que Tobias entraba en el almacén, Joe miró a Jesse a través de la ventana y sonrió.

Vamos a estar bien, Jesse pensó mientras los Lobos iban rumbo al asentamiento Terráneo. Si los Otros nos aceptan como amigos, vamos a estar bien.






Para: NS


Las tropas están en posición y están atrayendo atención no deseada. Debemos atacar ahora o perder el elemento sorpresa. Crea la distracción final.

Padre





Para: NS

Las entregas especiales del Bloque Romano han llegado. En espera de instrucciones.

Líderes de las divisiones de HPU del Medio Oeste y Noroeste





Para: Los líderes de las divisiones del Medio Oeste y Noroeste


Procedan con la tercera etapa del proyecto de recuperación de tierras.


NS

1 comentario:

  1. esto me dio a pensar ...¿de que te abastecerrias si estubieras en una situacion parecida?

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