Próximamente

viernes, 17 de julio de 2015

Adelanto Capítulo 28 (primera parte) : Visiones en Plata - Anne Bishop


Capítulo 28




Watersday 12 de Maius

—El cartel dice "No estacionar en la calzada",  — dijo Blair.

—No hay nada cerca en la calle, así que estacionaremos aquí, — respondió Simon—. No quiero que demasiados humanos vean a un Lobo.— Volvió a mirar a Nathan, que se había negado a cambiar de forma de Lobo, otra vez, alguien más podría hacerse cargo de Meg—. ¿Todavía quieres venir con nosotros?

«Sí.»

Todavía suena débil, pensó Simon. Pero le dio crédito a Nathan por resistirse a la tentación de lamer la sangre de Meg, una vez que se hizo el corte. No había sido capaz de resistirse cuando la había encontrado después de que se había hecho un corte incontrolado el mes pasado. Por otra parte, no tuvo a Fuego allí, dispuesta a quemarlo por su propio bien.

Blair se detuvo en el camino de entrada al lado del edificio del apartamento de Montgomery. Simon bajó y abrió la puerta del lado de Nathan. Entonces los tres entraron en el edificio y subieron las escaleras.

Ninguno de los Lobos se sentía amistosos hacia los humanos en ese momento, así que Simon no se molestó en reprimir el gruñido cuando vio a Montgomery y Burke esperándolos justo dentro de la puerta del apartamento.

—Gracias por venir, — dijo Montgomery—. Se lo agradezco.

—El Teniente sospecha que alguien buscó en su apartamento después de que Lizzy llegó a Lakeside ayer, — dijo Burke—. Supongo que fue en algún momento temprano esta mañana.

Simon se puso rígido, insultado.
—¡No somos unos malditos perros rastreadores!

—No, señor, no los son, — dijo Montgomery, su voz generalmente cortés, sonaba tensa—. Pero pueden confirmar si alguien estaba aquí sin que tenga que pasar por los canales oficiales.

Simon meditó sus palabras. Al igual que los lobos, los Lobos Terráneos mantenían territorios en los que cazaban la comida o cultivaban alimentos que sus formas humanas disfrutaban. Pero los Lobos que vivían en diferentes territorios trabajaban juntos para protegerse a sí mismos y al país salvaje de un invasor. Había pensado en las comisarías de policía en esos términos: diferentes manadas que custodiaban un territorio específico, pero trabajaban juntas para proteger a toda la ciudad de Lakeside.

—No confía en los otras manadas de la policía.

Ningún humano habló. Finalmente Burke dijo:
—Eso dependerá de lo que nos pueda decir.

«Ya que estamos aquí, voy a darle a la guarida de Montgomery una aspiración,» Nathan dijo mientras se metía más allá de los dos humanos.

Simon y Blair entraron. Montgomery cerró la puerta.

Mientras Nathan exploraba sistemáticamente la sala de estar, Simon dio un paso hacia la cocina y la olió. Luego miró a Montgomery.

—Algo huele mal en acá.

—Quise sacar la basura de la cocina cuando llegué a casa ayer, — dijo Montgomery, luciendo avergonzado.

«Huele viejo aquí» Nathan informó cuando olió la parte posterior y los lados del sofá.

Cuando Simon transmitió el comentario, Montgomery asintió.
—El sofá estaba aquí cuando alquilé el lugar, lo dejó el anterior inquilino. No lo he reemplazado todavía.

«Olor de Kowalski en algunos de los libros,» Nathan dijo mientras revisaba una estantería antes de volver al sofá.

—¿Kowalski estuvo aquí?—Preguntó Simon.

Montgomery asintió.
—Él llenó una bolsa para mí ayer.— Él parpadeó—. ¿Puede saber que estaba aquí? ¿reconoce su olor?

—Por supuesto, — respondió Simon, mirando a Blair echar un vistazo a la cocina, incluyendo la nevera y armarios. No había razón para que los intrusos buscaran en esos lugares a la Lizzy u Oso Boo, pero los Lobos no recibían invitaciones para mirar guaridas humanas. ¿Por qué desperdiciar la oportunidad?

«Vive austeramente,» dijo Blair. Entonces se detuvo cerca del contenedor de residuos. Se agachó y olfateó alrededor de la parte superior antes de poner las manos sobre sus  y rodillas para olfatear el pedal que levantaba la tapa.

Simon observó a Blair, pero se dio cuenta de cómo Monty hizo una mueca, probablemente pensando en que había en la basura que fuera interesante... y notó cómo Burke se centraba en el Lobo.

«Alguien que no es Montgomery o Kowalski tocaron este contenedor,» dijo Blair.

«Algunos nuevos aromas en los bordes de los cojines,» reportó Nathan.

Simon transmitió las observaciones mientras los otros dos Lobos comprobaban el resto de la vivienda.

—Ah... — Montgomery corrió hacia adelante cuando incluso los oídos humanos podían oír Blair hurgando en el botiquín del baño.

Los tres llegaron a la habitación a tiempo para ver a Nathan cambiar sus patas delanteras lo suficientes para abrir los cajones y hurgar. Abandonando la cómoda, el Lobo olfateó la ropa en el armario antes de pararse sobre sus patas traseras para rastrear la plataforma por encima de la barra de la ropa.

Acabado con el armario, Nathan asomó la cabeza debajo de la cama, y luego se echó hacia atrás, estornudando.
«Polvo»

A juzgar por la expresión de la cara de Montgomery, Simon no tenía que transmitir ese comentario.

Montgomery suspiró.
—Si fuera mi mamá quien notará el polvo, habría dicho, "Crispin James, estás faltándole el respeto a tu casa".

—¿Crispin James?—Dijo Simon—. ¿No Montgomery?

—Mamá me llama Crispin o Crispin James. El resto de la familia me llama CJ, y mis amigos me llaman Monty.

—¿Por qué los humanos necesitan tantos nombres?

—No sé.— Después de un momento, dijo—: A veces los nombres representan un aspecto diferente de la misma persona. Crispin James es el hijo de Twyla y James Montgomery. Teniente Montgomery es un oficial de policía. Misma persona, pero las personas que me rodean tienen diferentes expectativas, necesitan cosas diferentes de mí.

—Cada uno de nosotros tenemos un nombre, — dijo Simon.

—Eso no es del todo cierto, — dijo Monty—. He oído que se refieren a usted como el Wolfgard cuando otro Terráneo le habla como líder del Courtyard. Y luego está Meg Corbyn y cs759. La misma persona.

—No. — Simon mostró sus dientes para hacer hincapié en la negación—. Una de ellas era propiedad. La otra es Meg.

—La misma persona, lo que era, y lo que es, esos nombres tiene peso y significado, para ella y para las personas a su alrededor, — Monty contrarrestó.

Las cachorras profeta de la sangre en la Isla Grande necesitan tener nombres para ayudarles a aprender que no son más propiedad, Simon pensó mientras Nathan le dio al baño y la cocina una aspiración rápida entre tanto Blair entraba en el dormitorio. Algo para discutir con Steve Barquero ya que el Intuye bien podría saber algunos nombres adecuados.

Eso lo calmó, al menos momentáneamente, Simon observó a los humanos sin ser obvio. Burke seguía centrado en los Lobos. Montgomery, por el contrario, parecía que lamentaba haber llamando al Courtyard y dejar que esas narices sensibles se asomaran en todos los rincones de su vida.

Blair y Nathan volvieron a la sala de estar.

—Dos olores que no son de Kowalski o Montgomery, — dijo Blair—. No los reconocemos, así que no son de los que ha dado la vueltas por el Courtyard.

Simon vio la tensión liberándose de ambos hombres. No era una traición de alguien en quien Montgomery confiaba.

—Gracias por su ayuda, — dijo Burke.

Simon miró alrededor del apartamento. No había manada aquí para ayudar a proteger a los jóvenes. Nadie para proteger a la Lizzy cuando Montgomery tenía que hacer las cosas de la policía.

Los humanos eran como pegajosas enredaderas. Si no escapabas al primer toque, quedabas más y más enredado.

La mayoría de ellos eran carne, siempre serían carne. Pero, mierda, ahora, cuando veía a algunos de ellos, simplemente ya no los veía como carne, incluso cuando quería morderlos por alguna transgresión.

—Los depredadores han encontrado su guarida, — dijo de mala gana, recordando cómo Montgomery y Burke habían ayudado a proteger a Meg—. La Lizzy no puede quedarse aquí. — Al escuchar el suave gemido de Nathan, angustiado, añadió con algo de calor—. Pero no quiero que juegue con Meg o Nathan hasta que entienda la cantidad de problemas que causó hoy por un ser una humana quejumbrosa.

A juzgar por la forma en que Montgomery se puso rígido, sus plumas se habrían levantado en defensa de su cría...  si es que los humanos tuvieran plumas.

Pero Simon escuchó más lamento que ira, en la voz de Montgomery cuando el hombre dijo:
—Lamento que Meg y Nathan fueran perjudicados por las acciones de Lizzy. Los humanos jóvenes se portan mal y cometen errores.

—Los Lobos jóvenes se portan mal y también cometen errores, — dijo Simon—. Sin embargo, para el bienestar de la manada, el joven debe aprender de los errores y ser disciplinado cuando se porta mal.

«La Lizzy es sólo una cachorra,» Nathan se quejó. «No vamos a morderla duro.»

«Pero vamos a morderla,» dijo Blair.

«Si la Lizzy se queda en el Courtyard, por supuesto que va a conseguir algún pellizcó por portarse mal, igual que cualquier otro cachorro,» Simon le dio la razón. Ellos simplemente no le dirían a Montgomery. Y si la Lizzy era inteligente, no le contaría tampoco.

—Aprecio que nos permita quedarnos en el Courtyard mientras arregle las cosas, —dijo Montgomery—. Me aseguraré de que Lizzy entienda que tiene que seguir sus reglas.

—Hemos estado aquí el tiempo suficiente, — Blair se quejó.

Simon asintió.

—Hemos hablado con una panadería en la calle principal y tenemos algunas muestras para Tess, de la comida que Nadine Fallacaro puede ofrecer, — dijo Montgomery—. Si la comida cuenta con la aprobación de Tess, puede hablar con la Sra. Fallacaro para concretar un pedido para Un Pequeño Bocado.

—Voy a ayudar a cargar las cajas de la panadería y la hielera, Teniente, —dijo Burke—. ¿Por qué no hace las maletas con lo que necesitará para unos días más?

—Y no se olvide de sacar la basura de la cocina, —dijo Simon—. En un par de días más, incluso de otros humanos serán capaces de oler.

Salieron. Blair abrió la camioneta para que Nathan pudiera salir de la vista, mientras que Simon cruzaba la calle con Burke en busca de la comida.

—La comida en la hielera debe ponerse en una nevera tan pronto como estén el Courtyard, — dijo Burke mientras caminaban de regreso a la camioneta.

Algo en la voz de Burke le recordó a Simon a un Oso Pardo enojado.

—Cuando los Lobos están de caza, van a seguir el rastro de la presa por un largo tiempo, — dijo Simon—. ¿No cree que los depredadores seguirían a la Lizzy?

—No van tras de Lizzy, — Burke gruñó mientras él y Simon colocaban las cajas de panadería y la hielera en el piso detrás del asiento del pasajero delantero—. Van tras  las joyas. Y estas personas ya han matado a una mujer y entrado en el apartamento de un oficial de policía a causa de esas joyas.

—¿No puede mantener a Oso Boo en la jaula? — Simplemente el decir la palabra jaula hizo que los caninos de Simon se alargaran, pero trató de no hacer otros cambios.

—¿Arresto al oso como un ladrón de joyas? — Burke sonaba divertido.

No se burla de mí, Simon decidió. Sólo le divierte la idea. Aún así, era una oportunidad para hacer preguntas. Y si Burke no le contestaba, simplemente le preguntaría a Kowalski o Debany el por qué era divertido.

—En los programas de televisión, la policía tiene una jaula de pruebas, —dijo Simon—. ¿No tiene la estación de policía una jaula de esas?

—Tiene. — Burke ya no parecía divertido—. Pero creo que esas joyas necesitan ser escondidas en un lugar no revelado hasta que sepamos de dónde vienen y quién las quiere de vuelta. El que mató a Elayne Borden no debe beneficiarse de ellas.

Simon estudió al Capitán de la policía. Luego sacó su teléfono móvil y llamó a Jester Coyotegard, alguien a quien le gustaba las travesuras.

—Establo Poni, — dijo Jester.

—Soy Simon. Si quieres mantener una bolsa de joyas lejos de los humanos malos, pero no quieres que sepan que tienes guardadas las joyas, ¿qué harías?

—Ir a Chucherías y brillantes y reemplazar las joyas con cosas brillantes que sean aproximadamente del mismo tamaño y color, — Jester respondió con prontitud—. Por supuesto, si yo tuviera la intención de dar las verdaderas joyas a alguien en el futuro, no las dejaría con los Cuervos.

Buen punto.
—Gracias, Jester. — Simon terminó la llamada y miró a Burke—. Tal vez, después de que la Lizzy este dormida, alguien podría llevar a Oso Boo al Courtyard a visitar a su familia. Y tal vez alguien podría recogerlo de nuevo antes de que la Lizzy este despierta.

—Tal vez alguien podría, — dijo Burke, sonriendo—. Se alejó de la camioneta—. Gracias por toda la ayuda.

Tan pronto como Simon entró y cerró la puerta, Blair sacó la camioneta de la calzada y se dirigió de nuevo al Courtyard.

Ya había tenido suficiente, y todo lo que Simon quería ahora, era salir de esa piel. Pero a medida que se detenían en la entrada principal de la calle del Courtyard, Meg salió corriendo de la oficina del Enlace.

—¿Nathan está contigo? — Preguntó, sonando sin aliento—. No he sido capaz de encontrarlo en ningún lugar.

—Está en la parte de atrás, — dijo Blair.

—¿Puedo hablar con él?

Simon giró lo suficiente para mirar en la parte trasera de la camioneta.
«¿Nathan? Depende de ti.»

Nathan suspiró, pero se puso de pie.
«Hay que abrir la puerta y mover las cajas.»

Simon hizo espacio para que el Lobo saltara fuera de la minivan. Observó a Meg volver a la oficina con Nathan. Luego suspiró, cerró las puertas, y le dijo a Blair:
—Te veré en Un Pequeño Bocado.

Caminó por el camino de acceso y otra vez a la puerta trasera de la cafetería, se resignó a ser humano un poco más. Bien podría hacer los despachos con Vlad después de hablar con Tess.


Había un montón de cosas que todavía tenía que hacer antes de ir a casa. Así que nadie pensaría que estaba esperando alrededor para averiguar el por qué Meg quería hablar con Nathan.


No hay comentarios:

Publicar un comentario