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domingo, 12 de julio de 2015

Adelanto Capítulo 18: Visiones en Plata - Anne Bishop


Capítulo 18



Watersday 12 de Maius.

Monty se acomodo hasta sentarse, con el corazón palpitante, mientras trataba de sacudirse la pesadilla que lo había asustado sacándolo de un sueño intranquilo.

Al oír el inodoro y el agua corriendo en el lavabo, se pasó las manos por encima de su cabeza y trató de calmar su respiración.

Segura. Su niña estaba a salvo. Pero Elayne...

Soñó que Oso Boo se había transformado en un Terráneo Oso Pardo que quería la bolsa de joyas por alguna rara razón oníricamente lógica, y que Elayne no quería renunciar a ello. Lucharon, ella obtuvo un corte en el vientre, y el Oso Pardo agarró la bolsa y se la tragó, convirtiéndose de nuevo en Oso Boo antes de que Lizzy saliera del baño y lo viera como realmente era: un asesino escondido detrás de la máscara de algo en lo que ella confiaba.

¿O alguien en quien confiaba?

Dioses, Monty reflexionó mientras se levantaba y miraba a su teléfono móvil. Tendría que haber llamado a la madre de Elayne o a su hermano, Leo. Burke no quería que hiciera ninguna llamada, pero seguro que no estaría de más encender su teléfono y comprobar los mensajes.

Cuando tomó el teléfono, alguien llamó a la puerta, un sonido tranquilo pero urgente.

Monty miró hacia la cocina. No había un cajón seguro para su arma en el monoambiente, por lo que había puesto su revólver en el estante más alto en la cocina. Ahora lo sentía muy lejos.

Pero, ¿quién iba a saber que estaba aquí? ¿Y quién podría entrar en el edificio sin levantar una alarma de los Terráneos en servicio?

Quitó el seguro y abrió la puerta.

—Buenos días, Teniente, — dijo Kowalski.

Una mirada a los ojos de Karl, le confirmó lo que había descubierto por su cuenta, aunque sólo fuera en un sueño.

—Elayne está muerta, ¿cierto? — Preguntó.

Kowalski vaciló. Luego asintió.
—Lo siento, Teniente.

Monty sintió una punzada de dolor.
—Yo también. Las cosas estaban... tensas... entre nosotros en estos últimos meses, pero fuimos una familia hasta ese momento. Ella era la madre de mi hija.

—Lo sé. — Kowalski cambió su peso de un pie al otro—. Un policía de Toland llamó esta mañana. El Capitán Burke estará aquí pronto. Él quiere que mantenga su teléfono móvil apagado hasta que él hable con usted.

El que Burke quisiera que no estuviera ubicable después de que la policía de Toland llamara, ponía a Monty incómodo.

—¿Algún mensaje en el contestador automático de mi casa?

—No señor.

Monty miró hacia el cuarto de baño. ¿El agua seguía corriendo? ¿Qué estaba haciendo la niña ahí?

—Bueno. Será mejor que me vista. Llama al Capitán y dile que no hay razón para que él venga al Courtyard. Lizzy y yo podemos reunirnos con él en la estación.

—Me dijo que debería esperar aquí.

—Llámalo.

—Sí señor. ¿Teniente? Si hay algo que Ruthie y yo podamos hacer, sólo tiene que pedir.

—Has hecho un montón ya, pero lo tendré en cuenta. — Monty obligó a sus labios a hacer una sonrisa. —Gracias.

Al cerrar la puerta, oyó que el agua dejó de correr. Entonces Lizzy entró en el salón, vestida con su pijama. Mirando a sus pies descalzos, se dio cuenta de que sus uñas estaban pintadas en el tono del rojo que le gustaba a Elayne.

Algo curioso para hacer si estaba huyendo de algo o alguien. Por otra parte, Elayne no había estado en casa cuando le llamó la noche anterior a que hubiera ido a la estación del tren. Ella y Lizzy ¿Dónde se habían quedado? ¿Pintarse las uñas fue una manera de pasar el tiempo y distraer a una niña?

Él y Lizzy irían a la estación de la calle Chestnut y harían una declaración formal. Después de eso, tenía que considerar los aspectos prácticos de tenerla aquí. Tenía un apartamento de un dormitorio, y su renta estaba fijada para un solo ocupante. Con el precio del agua, siendo lo que era, su arrendador está obligado a aumentar la renta ya que Lizzy no sería una invitada que se alojaría durante unos días. Claro, él podría apretar lo suficiente de su cheque de pago para solventar la renta adicional, sobre todo porque ahora tendría el dinero que había estado enviando a Elayne para la manutención de su hija. Bien, él podría darle a su niña el dormitorio y dormir en el sofá, pero eso era un arreglo temporal, al igual que su estancia en este monoambiente era un arreglo temporal.

—¿Papá?

¿Cuánto tiempo se había quedado mirándola, perdido en sus propios pensamientos?

Monty la besó en la frente.
—Buenos días pequeña Lizzy. ¿Dormiste bien?

Ella asintió con la cabeza, pero miró hacia la cama, donde Oso Boo debería haber estado.

—¿Tienes hambre? — Preguntó Monty, queriendo evitar sus preguntas un poco más de tiempo. Queriendo evitar hablarle de Elayne por un poco más de tiempo—. Vamos a ver lo qué el Oficial Karl y la señorita Ruth nos dejaron para nosotros.

Había huevos en la nevera, también pan, leche, mantequilla, y un pequeño frasco de jalea de uva. La caja de cereales en el armario no era del tipo que tentaría a una niña. Ni siquiera lo tentaba a él. Así que uso cuatro de los huevos y el pan tostado. Y ya que no encontró nada de café, ambos tomaron un vaso de leche.

¿Por qué hacer café aquí cuando podía bajar a por una infusión en lo de Tess? ¿Estaría abierto a esta hora?

—¿Puedes ver la televisión o leer un libro mientras me ducho? — Preguntó mientras  lavaba los platos rápidamente.

—Bueno. ¿Vamos a ir al trabajo?

Miró a esos grandes ojos oscuros y sintió que su corazón palpitaba, con la certeza de que ningún hombre jamás había amado a un niña más. Y que ninguna niña debería enfrentar lo que Lizzy tendría que enfrentar hoy.

—Sí. Vamos a sentarnos con el Capitán Burke, y vas a decirle todo lo que recuerdas acerca de la estación de tren y tu viaje a Lakeside.

—¿Entonces podemos llevarnos a Oso Boo?

Monty se secó las manos y colgó el paño de cocina.

—No cariño. Oso Boo tiene que quedarse en la estación para ayudar a la policía. —Y entre las joyas ocultas en su interior  y la sangre en el oso, no era probable que Oso Boo Oso volviera alguna vez.

Evitaría decirle esa verdad el mayor tiempo posible.

—¿Si no tenemos a Oso Boo para protegernos, puede el policía Lobo venir con nosotros? Nathan tiene grandes dientes. Incluso más grandes que Oso Boo.

Ah, maldición.
—Cariño...

—Por favor, papá.

Derrotado, dijo:

—Voy a pedirle. — Entonces se retiró al baño antes de que Lizzy pudiera pensar en otra cosa que necesitaba para dar su declaración.

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