La sorpresa en
la voz no era genuina. Scaffoldon, o alguien que había llamado el día de ayer,
sospechaba que Lizzy estaba en Lakeside.
—Ella tenía un
billete y se subió a un tren, — dijo Burke.
—No, — la
negación de Scaffoldon bordeaba la vehemencia—. Celia Borden, la madre de
Elayne, me dijo que Montgomery había estado haciendo amenazas, que Elayne temía
que iba a intentar llevarse por la fuerza a su hija. Si la chica está ahí, es
porque Montgomery se la llevó y Elayne fue asesinada cuando ella trató de
detenerlo.
—Montgomery no
podría haber hecho el viaje, — Burke insistió—. Si yo fuera usted, estaría
buscando al hombre que se mudo con Elayne poco después de que el Teniente
Montgomery se trasladó. Es un personaje desagradable que vive bajo un nombre
falso.
—¿Qué nombre?
— Preguntó Scaffoldon con cautela.
—Nicholas
Scratch.
Silencio.
Entonces:
—¿Sabe quién
es Nicholas Scratch?
Burke oyó el
miedo y la hostilidad en la voz de Scaffoldon.
—No. Ese es el
punto. Si yo fuera usted, me gustaría ver qué tipo de coartada tiene para el
momento del asesinato.
—Está
acusan...
Mientras
esperaba a que Scaffoldon recobrara algo de control, miró hacia la puerta,
invitó a entrar a Kowalski y Peter Denby en su despacho, y luego se llevó un
dedo a los labios para indicar que él quería que se callaran.
—Usted no
tiene ninguna prueba, ninguna en absoluto, de que Nicholas Scratch se relacionó
con Elayne Borden, y mucho menos que vivía con ella,— Scaffoldon gruñó—. Está
tratando de manchar la reputación de un hombre mediante la conexión de su
nombre a una investigación de asesinato.
—¿No es eso lo
que estás haciendo, tratando de arrastrar al Teniente Montgomery en esto? Mi
hombre está a 7 horas de tren de la escena del crimen. Su hombre está en la
misma ciudad. Sé con quién yo estaría hablando ahora.
Silencio.
—La Señora
Borden tiene la custodia de la niña, — dijo Scaffoldon—. Vamos a organizar una
escolta policial para traer a la chica de vuelta a Toland. Si ella estaba con
su madre en la estación de tren, debe hacer una declaración.
Si la primera táctica no funciona, prueba con otra, pensó Burke.
—Una vez más,
le han dado información inexacta. El Teniente Montgomery tiene la custodia de
su hija. Ella se quedará aquí. Vamos a tomar la declaración formal de Lizzy más
tarde hoy, y le enviaremos una copia de la transcripción. Un gusto.
—¡Espere! ¿Qué
pasa con el oso?
Burke le dio a
los tres hombres que escuchaban cada palabra, su sonrisa feroz- cordial—. ¿El
oso?
—La Señora
Borden mencionó un oso de peluche. Juguete favorito de la niña. Lo llevaba a
todas partes. ¿Está allí?
—La mayor
parte, — respondió amablemente—. Las niñas pueden ser descuidadas, y los Lobos
tienen dientes afilados.
Scaffoldon
contuvo el aliento.
—¿Fue
destruido?
—Perdió un
brazo y una pata, pero por lo demás está intacto.
Una
vacilación.
—¿Dónde está
ahora?
—Lo aparte del
peligro, está aquí en la estación, e iba a hacerlo remendar como una sorpresa
para Lizzy. Pero puedo poner los pedazos en una caja y enviárselo si piensa que
va a ayudar a su investigación.
—No, — dijo
Scaffoldon bruscamente. Entonces su voz cambió a algo que podría ser confundido
con cortesía—. No hay necesidad de hacer eso.
—Si cambia de
opinión, sólo hágamelo saber.
—Montgomery es
el único que tiene un motivo para matar a Elayne Borden. Si intenta proteger a
un oficial que ya tiene una mancha grave en su historial, va a pisar algunos
dedos de pies importantes, Burke. Eso no será olvidado.
—¿Alguna vez
ha hecho un período de servicio en el país salvaje, Scaffoldon?
—Es una tarea
de castigo, — Scaffoldon espetó—. No hay policías cuerdos que se ofrezcan como
voluntarios para ello. Así que no, nunca he hecho ese tipo de tour.
—Yo sí. Dos
veces. Aprendí mucho de la experiencia. Es por eso que no voy a ser intimidado
por funcionarios o empresarios con mucho dinero del gobierno... o por oradores
motivacionales que afirman provenir de familias ricas que viven cómodamente en
otro continente. He visto algo de lo que hay en la oscuridad. Esos son los
dedos de los pies que no quiero pisar.
—Supongo que
Montgomery encaja bien allí.
—Sí, lo hace.
— Burke colgó. Se frotó las manos por la cara antes de sentarse derecho nuevamente.
—Supongo que
lo mejor sería conseguir los papeles de custodia procesados antes de que
alguien pida ver una copia, —dijo Peter.
—Conozco a un
juez que me debe un favor.
Para su
crédito, Peter no dijo: Por supuesto que
sí. Al menos no en voz alta.
—¿Problemas? —
Preguntó Louis.
—Ah, sí, —
respondió Burke—. Más de uno, incluyendo a un Capitán de UID que muy
probablemente pertenezca al movimiento Humanos Primeros y Últimos. No quería
que Scratch quedara conectado a Elayne Borden de ninguna manera.
—No es de
extrañar que él pertenezca a HPU, —dijo Peter—. Tienes que saber que a algunos
policías les va a gustar esa melodía.
—A los miopes.
— Burke miró a Kowalski—. ¿Algo para decirme sobre el Teniente?
—Fui a su apartamento
la noche anterior y empaqué un bolso para él, se lo lleve al Courtyard. También
le llevé mi saco de dormir. Sólo hay una cama individual en los monoambientes.
Supuse que si lo extiende en el suelo podría ser más cómodo que dormir en una
silla.
Estudió al
joven.
—¿Qué más?
Kowalski
vaciló.
—¿Ha oído que
los Otros están viendo de comprar un par de edificios de apartamentos al otro
lado del Courtyard?
Burke inclinó
su cabeza hacia Peter.
—He oído
hablar de eso.
—¿Sabe algo
que debería saber sobre esos edificios? — Preguntó Peter—. Soy el abogado del
Courtyard cuando tratan con las cosas humanas como la compra de un edificio.
Kowalski miró
a Peter.
—Simon
Wolfgard me preguntó si Ruthie y yo estaríamos dispuestos a vivir en uno.
—Es de mi conocimiento
de que tiene que encontrar otro lugar para vivir, — dijo Burke suavemente.
—Sí, señor,
así es. Pero fue la oferta de una participación en el huerto lo que me tiene
confundido.
—Wolfgard
llamó a Eva ayer por la noche y le dijo que una parte de los huertos sería
parte de su salario, — dijo Peter—. Luego colgó antes de que pudiera
preguntarle qué significaba eso.
—Sé que traen
cosas como carne y huevos de granjas que están controladas por los Terráneos,
—dijo Kowalski—. Pero parece que los residentes del Courtyard plantan algunas
de las frutas y verduras que necesitan. Y este año, a los empleados humanos se
les dará la opción de tener una parte de la cosecha si ayudan con el trabajo.
—Eso podría
significar una mayor exposición al Courtyard e interacción con los residentes
que tienen poco o nada de contacto con los humanos, —dijo Burke—. ¿Cómo se
sienten con Ruth al respecto?
—Emocionados.
Con un poco de miedo. Simon Wolfgard dijo que los Terráneos no han tratado de
hacer un acuerdo como este, con nuestro tipo de humanos, pero indicó que los
Otros trabajan cooperativamente con los Intuye y con la comunidad rural de Vida Simple. Estamos dispuestos a hacer
la prueba.
—¿Está todo
bien. Peter?
—La mujer que
posee el dúplex quiere vender, — dijo Peter—. Después de hacer un poco de
investigación para tener una idea del precio de venta de otras casas de la
zona, le hice una oferta ayer por la tarde. Me acerqué a su precio de venta. No
por mucho, pero lo suficiente como para endulzar el trato. Ella aceptó, así que
voy a ir al Courtyard esta mañana para explicar sobre el papeleo que hay que
hacer para que la Asociación Empresarial haga la compra de inmuebles en la
parte humana de la ciudad. —Se volvió hacia Kowalski—. No quiero parecer
demasiado curioso sobre el Courtyard, pero me gustaría saber más acerca de esta
participación en los huertos, sobre todo porque no estoy seguro de que trabajar
para los Terráneos va a hacer que Eva o yo califiquemos para recibir una
libreta de racionamiento.
—Ruthie podrá
sacar más información, —dijo Kowalski—. Todas las chicas se van a reunir esta
mañana para un paseo por la naturaleza o algo así.
Burke se
apartó de su escritorio.
—Suena como que
varios de nosotros tenemos negocios con los Otros esta mañana. — Él los miró—.
¿Algo más?
—No de mí. —
Louis se puso de pie—. Me quedaré en la estación y contestare el teléfono de
Monty hasta que digas lo contrario.
—Hay algo más,
pero voy a esperar afuera, — dijo Peter, dando a Kowalski un vistazo antes de
salir con Louis.
Burke estudió
al joven oficial. Estos últimos meses de trabajar en torno a los Otros habían
sazonado a Karl Kowalski en formas que la mayoría de los policías no podrían
experimentar. En cierto modo, el trabajo en torno a este Courtyard era similar
a un período de servicio en el país salvaje, excepto que aquí se tenía una
mejor oportunidad de salir de un encuentro vivo.
Ese era el
tipo de condimento que Burke quería que más de sus hombres tuvieran.
—¿Qué tiene en
mente? — Preguntó.
—El Capitán
Scaffoldon preguntó sobre el oso, pero no dijo nada acerca de las joyas?
—No, no lo
hizo.
Kowalski era
uno de uno del puñado de personas en Lakeside que sabían de las joyas en Oso
Boo. Pero la verdad saldría. Con una fortuna de ese tipo dentro de ese oso, y
la muerte de la ex amante de un oficial de policía añadida a la mezcla, la
verdad saldría.
—¿Cree que él
lo sabe? — Preguntó Kowalski.
—Él lo sabe.
Él no está interesado en el oso... o la niña. Elayne Borden se enredó en algún
tipo de desastre, y apostaría el sueldo de un año de que está conectado a
Nicolás de Scratch y el movimiento HPU.
—¿Ella está
muerta?
—Sí.
Kowalski
asintió.
—Esperaba
equivocarme, pero medio me lo imaginé... El Teniente Montgomery me pidió
comprobar sus mensajes cuando fui a su apartamento. No había nada de la madre
de Lizzy. Uno pensaría que, si pudiera, ella habría llamado para asegurarse de
que Lizzy llegó a Lakeside bien.
—Con la mujer
muerta, la niña ya está en el medio de esto. Hasta que no tengamos una mejor
idea de lo que está pasando, todos tenemos que movernos con cuidado. ¿Vas al Courtyard?
—Sí señor.
—Entonces dígale
al Teniente Montgomery que mantenga su teléfono móvil apagado. No quiero que
escuche nada sobre Elayne de nadie más que de mí. Dígale que tenemos que tomar
una declaración formal de Lizzy, y necesito hablar con él de antemano, por lo
que tiene que esperarme en el Courtyard hasta que yo llegue. Y averigüe si
Vladimir Sanguinati estará disponible para hablar conmigo.
—Sí señor.
Cuando
Kowalski salió, Peter regresó.
—¿Crees que la
policía de Toland está comprometida de alguna manera? — Preguntó Peter.
—Nicholas
Scratch está vinculado al movimiento Humanos Primeros y Últimos. Mancha la
reputación de uno y causaras daños en ambos. Si Scaffoldon pertenece a HPU,
creo que va a hacer lo que sea necesario para asegurarse de que Scratch no esté
conectado con Elayne Borden.
—Humanos
Primeros y Últimos es una idea seductora. Para tener todo lo necesario y
también no tener miedo de lo que está ahí afuera, porque no estará ahí más.
Burke resopló.
—Viviste en un
pequeño pueblo en el Medio Oeste. ¿Con cuántos Terráneos interactuaste?
—Uno aún así
sabía que estaban ahí afuera.
—Sabes que hay
asaltantes humanos y violadores y asesinos por ahí también. Pero aún así sales
de tu casa y vas a trabajar. Eva sale a hacer recados. Los niños van a la
escuela. Algunas de las personas que se ven en los tribunales son mucho más
peligrosos para tu familia que un Halcón sobre tu cabeza en busca de su cena o
un Cuervo posado en un árbol husmeando por algo que vio en tu patio.
Peter le dio
una sonrisa torcida.
—Todavía es una
idea seductora.
—Primero los
humanos y los últimos humanos, — dijo Burke sombríamente—. ¿Los últimos humanos
en una ciudad, en una región, en un continente? ¿En el mundo?
—Eso no es lo
implica Humanos Primeros y Últimos.
Burke rodeó el
escritorio e indicó que Peter que lo precediera para salir de la oficina.
Pero Peter se
detuvo en la puerta y lo estudió.
—Eso no es lo
que significa.
—Creo que el
significado depende de si eres humano o uno de los Terráneos.
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