CAPITULO 2
Grimshaw
Moonsday, 12 de Juin
El
oficial Wayne Grimshaw condujo hacia la aldea de Sproing, las luces
parpadeantes de la sirena eran una advertencia para cualquier en la carretera
que estaba respondiendo a una llamada y era un asunto oficial. Pero la sirena
permanecía en silencio porque ese sonido habría atraído la atención de todo en
muchos kilómetros a la redonda, y cuando un hombre estaba en el país salvaje,
incluso en un camino pavimentado que era un derecho de paso vagamente
reconocido, era mejor no alerta a los nativos de la tierra de su presencia.
Se
había reportado un cadáver en El Jumble,
cerca de Sproing.
Sproing.
Debía ser una broma de los Dioses, ¿qué clase de nombre era ese para un pueblo?
Parecía una especie de prueba de iniciación o broma: que el tipo nuevo responda
a una llamada y luego tenga que seguir pidiendo indicaciones para llegar a
Sproing. Se podrían hacer muchas bromas con eso.
Excepto
que él sabía que el nombre no era una broma. Lo había visto en el mapa en la
estación de Bristol y le habían dicho que las llamadas de los ciudadanos que
vivían cerca del lago Silence formaban parte de la jurisdicción de Bristol.
Además, la operadora de emergencias, una
mujer sensata, había sonado reacia a enviarlo, y otros oficiales de la estación
le habían aconsejado en otras ocasiones que si tenía que responder una llamada
alrededor del Lago Silence, debería entrar y salir lo más rápido posible porque
las cosas alrededor de ese lago en particular eran un poquito… sobrecogedoras.
El
pueblo tenía una pequeña estación de policía, pero ya no tenía su propia fuerza
policial, ni un solo policía patrullando sus calles. La gente de allí dependía
de la patrulla de caminos que funcionaba desde la estación de Bristol, e
incluso entonces...
En los
últimos meses, dos oficiales que respondieron llamadas en Sproing no habían regresado.
Encontraron a un oficial en su patrulla, había sido aplastado por algo lo
suficientemente poderoso como para aplanar un automóvil con sus puños o patas o
algún otro maldito apéndice. El otro hombre... La mayor parte de ese oficial
fue encontrado, pero nadie sabía qué desencadenó el ataque ni por qué fue tan cruel.
Ambas muertes eran duros recordatorios de que la patrulla de caminos viajaba a
través del país salvaje como parte del trabajo, y un hombre nunca sabía qué lo
estaba mirando cuando salía de su vehículo.
Grimshaw
había estado patrullando las carreteras secundarias al sur de Bristol, un
circuito que lo habría llevado cerca del Lago Silence de todos modos, así que
cuando vio una señal para el lago, giró hacia el camino de tierra, esperando que
lo llevara a El Jumble, que le habían
dicho, era una especie de resort en el lago. En cambio, se encontró en el área
de estacionamiento de la playa pública del lago.
Por lo
que había deducido del discurso de orientación de su capitán, la tierra en el lado
occidental del Lago Silence era de propiedad privada, o al menos estaba
controlada por privados, como la mayoría del lado oriental. No había acceso de
vehículos al extremo norte del lago, dejando solo el extremo sur para
cualquiera que quisiera refrescarse en un día caluroso o tomar un bote para
pescar o recrearse.
Grimshaw
frunció el ceño ante los dos letreros pegados al muro de piedra que separaba el
área de estacionamiento de la playa.
El
primer letrero decía:
LLEVATE
TU BASURA Y DEMÁS
El
segundo letrero decía:
PUEDES
NADAR, PESCAR, NAVEGAR, REMAR,
O
FLOTAR BAJO SU PROPIO RIESGO.
SI
PONES UN MOTOR EN EL AGUA,
MORIRÁS.
Ninguna
ambigüedad en cualquiera de los mensajes.
Grimshaw
giró el patrullero y regresó a la carretera principal en dirección al norte. El
siguiente desvío tenía un letrero desgastado para El Jumble. Dio la vuelta y siguió el camino de acceso de grava
hasta el edificio principal. Mientras apagaba el automóvil, presionó dos dedos
contra su pecho y sintió la medalla de oro redonda de Mikhos, el espíritu
guardián de los oficiales de policía, bomberos y personal médico, un talismán
que había usado debajo de su uniforme todos los días desde que se graduó de la academia
de policía una década atrás.
—Mikhos,
mantenme a salvo. — Era la oración que susurraba cada vez que respondía a una
llamada.
Una
mujer apareció a la vista, luciendo agitada. Cabello castaño rizado, una cara
lo suficientemente agradable, y una constitución que él describiría como
robusta si hubiera sido un hombre. No podía decir más que eso desde esa
distancia, por lo que el oficial Wayne Grimshaw salió del patrullero y fue a
ver a la Sra. Victoria DeVine para saber del cuerpo.
Me encantaría saber la historia que hay detras de Mikhos...
ResponderEliminarA ver si mas adelante se aclara el porque la desaparición de la policia Gracias
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