Capítulo 17
Moonsday, 20 de Messis
Después
de haber terminado su almuerzo en La
Carne no es Verde, Simon puso el plato, los cubiertos y el vaso en sus
respectivos contenedores. Ningún alimento excepto el corazón de una manzana
para volcar en el contenedor de reciclaje de alimentos.
Su
mano se detuvo sobre el contenedor. ¿Cuántas manzanas quedaban en su pequeña
reserva? ¿Cuántas necesitarían guardar para las golosinas que Meg
le daba a los ponis? Henry lo sabría. Sabía que las manzanas maduraban en
diferentes momentos, pero no había prestado mucha atención. Manzanas maduras
eran recogidas y comidas. Pero de acuerdo con la manada femenina, algunos tipos
de manzanas eran mejores para comer mientras que otras eran mejores para
cocinar y hornear.
¿Quién
hubiera adivinado que las hembras humanas podían ser tan quisquillosas? Un Lobo
comía una manzana madura y era feliz. Por supuesto, hacer distinciones entre
las manzanas era sólo una de las muchas cosas que eran diferentes este año.
Un Pequeño Bocado y La Carne no es Verde habían pasado por
algunos cambios en las últimas semanas, especialmente ahora, cuando la mayoría
de los humanos a los que se les permitía el acceso a la Plaza Comercial tomaban
al menos una comida al día en un lugar u otro. Eso tenía sentido para los
humanos empleados en las tiendas o que trabajaban en el consulado. Y para ser
justos, los humanos que tenían una parte del huerto del Complejo Verde hacían
comida que pasaban como un plato de acompañamiento, y siempre daban algo de
comida preparada a Meg y le mostraban cómo preparar los platos que realmente le
gustaban.
En
general, considerando el número de humanos a los que se les permitía comer o
comprar alimentos que provenían de la tierra del Courtyard o de las granjas
Terráneas que suministraban las cosas que no se cultivaban, se recogían o se
capturaban ahí, nadie sentía una falta real. Claro, algunos alimentos no
siempre estaban disponibles, dependiendo del éxito de una cacería o de cuando
el suministro de harina llegara a Lakeside, pero siempre había algo para comer.
Eso
fue parte del cambio en La Carne no es
Verde y Un Pequeño Bocado. Nadine Bizcochos & Café preparaba
comidas para el desayuno y el almuerzo, y Tess vendía esos alimentos en la
cafetería hasta que se agotaban. Entonces vendía sólo café y otras bebidas. La Carne no es Verde había cambiado para
proporcionar comida para el almuerzo y durante toda la tarde, pero se esperaba
que los clientes levantaran su orden cuando estuviera lista y después
ellos mismos limpiaran. Por la noche, el lugar todavía actuaba más como un restaurante
humano con meseros. De esta manera, los invitados Terráneos tenían la oportunidad
de experimentar varias maneras de comer en un establecimiento humano.
Todas
buenas cosas, en lo concerniente al Courtyard de Lakeside como un lugar para la
formación avanzada en las interacciones humanas. Pero todos los días, los
humanos todavía hacían cosas que eran peculiares. Como ese día. Habiendo oído
que no había más restos de pavo, entró en el área de la cocina y se ofreció a
dejar el cadáver del pavo donde las pequeñas criaturas pudieran encontrarlo para que no
se desperdiciara. Eva y Nadine le habían dicho que estaban preparando sopa de
pavo y que debía mantener sus patas fuera del cadáver hasta que terminaran con
él.
Debería
haberles recordado que era su jefe y que no debían hablarle de esa manera, pero
había estado hambriento y superado en número y había demasiados cuchillos
afilados y utensilios puntiagudos al alcance de ellas.
Hablaría
con ellas más tarde, o les mandaría un memorándum.
Haciendo
su camino hacia la puerta, Simon notó al Teniente Montgomery, que también se
había detenido para almorzar. Algo debió haber llamado la atención del humano,
porque dio un paso hacia atrás para no ser visto. Simon se apresuró a reunirse
con él.
—No
quieres ir allí ahora, —dijo Montgomery. Extendió un brazo para bloquear la
puerta.
— ¿Por
qué? ¿Qué está pasando? —Simon escaneó el área abierta de la Plaza Comercial,
pero no vio nada alarmante. De hecho, cuando Simon consideró la voz más que las
acciones, Montgomery parecía divertido.
Montgomery
señaló con un dedo a la señora Twyla, que estaba sentada en un banco comiendo
un helado, y Saltarín, estaba persiguiendo un tazón de helado hasta que
finalmente empujó el recipiente contra uno de los pies de la señora Twyla.
Puesto que sus piernas estaban cruzadas en la rodilla, el otro pie colgaba.
—Roo-roo.
—Saltarín plantó una pata en el pie colgante de la Sra. Twyla y trató de tirar
hacia abajo para poder calzar el cuenco entre sus pies en lugar de perseguirlo.
—No,
—dijo la señora Twyla suavemente.
—
¡Roo-roo! —Saltarín golpeó su pie, con más insistencia.
—Tú
puedes, dime Abuela todo lo que quieras. No cambia el hecho de que puedes
sostener ese cuenco por ti mismo. La señorita Meg te mostró cómo.
—
¿Roo? —Saltarín miró a su alrededor.
—Ella
no está aquí. —La señora Twyla lamió su helado—. Solo siéntate y pon tus
propias patas alrededor del cuenco.
—Ah,
—Montgomery suspiró—. Va a probar la rutina de "Estoy demasiado indefenso
para hacer eso".
Saltarín
parecía patético, empujando el cuenco con una pata mientras el helado se
derretía rápidamente.
—Podríamos
salir y ayudarlo, —dijo Simon.
—Podrías
hacer eso. Por supuesto, tendrás que rodear a mamá ahora que ha decidido que
Saltarín puede hacerlo él mismo.
—Pero
cuando todos cenamos la otra noche, ella cortó su comida, lo ayudó a comer.
—La
otra noche, necesitaba ayuda. Esto lo puede hacer por sí mismo. —Montgomery lo
observó con curiosidad—. ¿Sigues alimentando a tus cachorros una vez que tienen
la edad suficiente para hacerlo por sí mismos?
—Por
supuesto que no. Tienen que aprender a cazar, así como aprender a proteger su
parte de la comida. —Simon consideró lo que Montgomery estaba preguntando—. No
significa que los jóvenes no actuarán como cachorros a veces e intentarán
convencer a un adulto para que les dé una comida fácil.
—No
muy diferente de los humanos a esa edad ¿Con qué frecuencia sus adultos se
rinden?
Cuando
Simon no respondió, Montgomery sonrió.
—Eso
es lo que pensé. Supongo que los Lobos y mi mamá tienen algunas cosas en común
cuando se trata de criar a los niños.
Dicho
de esa manera, explicaba por qué los Lobos trataban a la señora Twyla más como
una de los suyos que como una humana.
Vieron
a Saltarín caer y colocar sus patas delanteras alrededor del cuenco. Dejó el
resto del helado, luego miró a la señora Twyla.
Montgomery
rió suavemente.
—Ah,
ahí van los grandes ojos tristes. Lizzy trata de mirarme así de vez en cuando.
Es difícil para mí decir que no a esa mirada, incluso cuando sé que consentir
sería malo para los dos, pero mamá está hecha de un material más resistente.
Cada nieto ha intentado esa mirada, y cada nieto ha fallado.
Se
quedaron en el umbral, observando, hasta que la señora Twyla giró la cabeza y
miró directamente hacia ellos.
— ¿Van
a seguir bromeando, o van a hacer algún trabajo?
—Esa
es nuestra señal, —dijo Montgomery en voz baja antes de levantar la voz lo
suficiente como para ser escuchado—. Estábamos saliendo, mamá.
Simon
salió a la Plaza Comercial con Montgomery, pero no dijo nada hasta que quedaron
fuera de la vista.
—Soy
el líder del Courtyard. Yo soy el que toma las decisiones.
—Sí,
lo eres. —Montgomery esperó un segundo—. ¿Vas a decirle eso?
Él
gruñó.
—Tal
vez le mande un memo también.
Montgomery
se echó a reír.
*****
A
última hora de la noche, cuando las tiendas de la Plaza Comercial habían
cerrado, Vlad caminó hacia la parte trasera del mausoleo de Erebus Sanguinati,
donde el abuelo y Leetha lo esperaban.
—Simon
estará aquí en unos minutos, —les dijo. El Lobo había estado un poco
confundido, por no hablar de cauteloso, de que se le pidiera tener esta
discusión en las Cámaras. Después de todo, era sólo la segunda vez, desde que
Simon se hizo cargo del Courtyard de Lakeside hace años, que era invitado a
traspasar las vallas de hierro forjado negro que marcaban los límites de la
parte Sanguinati del Courtyard.
— ¿Por
qué tiene que participar? —preguntó Leetha.
Vlad
estudió a la hembra que se había reubicado ahí cuando los Terráneos abandonaron
el Courtyard de Toland. Era una cazadora inteligente y hermosa. No en la misma
liga de Stavros como depredador, o de la suya, o incluso de la de Nyx, pero aún
así mortal.
—Simon
Wolfgard es el líder de este Courtyard, —respondió Vlad.
— ¿Y
por qué lo es con el abuelo residiendo aquí? —preguntó ella—. Los Sanguinati
gobiernan siempre los Courtyard en ciudades humanas prominentes. Si bien esta
ciudad no es tan importante como algunas de las ciudades que gobernamos en la
costa este, sigue siendo un puerto importante en los Grandes Lagos.
—Los
Sanguinati apoyan al Wolfgard aquí. —Vlad sintió que su temperamento se
agudizaba.
—Suficiente.
—La orden de Erebus se dirigió a los dos Sanguinati más jóvenes, pero se volvió
hacia Leetha para dejar claro que ella era quien lo provocaba—. Se decidió hace
muchos años que las formas cambiantes eran más adecuadas para liderar Courtyard
en ciertas áreas de Thaisia, así como nosotros estábamos mejor preparados para
gobernar las grandes ciudades urbanas y ciudades costeras.
—¿Entonces
por qué... ?—empezó Leetha.
—Quizás
los Sanguinati gobernaron en Toland por tanto tiempo que comenzaron a pensar en
los otros Terráneos como subordinados más que como depredadores fuertes, cuyos
antepasados eligieron una forma diferente que enfrentaba mejor a los otros
depredadores y presas de donde vivieron. Tu actitud me disgusta, Leetha.
Ella
parecía aturdida.
—Lo
siento, abuelo. No quise ofenderlo.
—Entonces
aprende. Simon y Vladimir son amigos. Trabajan juntos, viven como vecinos, han
luchado bien juntos. Hay una verdadera cooperación en este Courtyard, no sólo
un acuerdo para trabajar juntos para defendernos contra la infestación humana
como es el caso en tantos Courtyard. Y esa cooperación ha abierto oportunidades
para todos los Terráneos. Tolya ahora gobierna una ciudad del Medio Oeste, un
lugar rústico comparado con Toland, pero los Sanguinati tienen un punto de
apoyo en una parte de Thaisia como nunca antes, porque Tolya estaba dispuesto
a trabajar con los Wolfgard y otros cambiantes en el área.
—Tan
aislado, —susurró ella.
Vlad
estudió a Leetha. ¿Había algo de miedo en su voz? Tolya y los Sanguinati que
habían elegido unirse a él para dirigir Bennett y algunos de los negocios
importantes de la ciudad, parecían estar prosperando. Pero a diferencia de los
Lobos, que generalmente cazaban animales de cuatro patas y les gustaba vivir en
el país salvaje, los Sanguinati eran más adecuados como depredadores urbanos,
siendo los humanos la presa preferida. Eso no era tan fácil de hacer cuando
conocías a todos en una pequeña ciudad... y te conocían. Esa era una de las
razones por las que los Sanguinati preferían usar ciudades humanas más grandes
como sus cotos de caza.
La
otra razón era que, en las grandes ciudades humanas, su tipo no solía tratar
directamente con Terráneos como los Antiguos.
—Si no
puedes aceptar a Simon como líder, tal vez preferirías vivir en Cataratas de
Talulah, —continuó Erebus—. Está bajo el gobierno de Stavros ahora.
—No.
—El tono de Leetha dejó en claro que no quería responder a Stavros.
Interesante. Vlad sabía
que Stavros había aceptado gobernar Cataratas de Talulah para estar lo
suficientemente cerca como para presentarse como una potencial pareja la
próxima vez que Nyx entrara en temporada. ¿Se había alejado de la invitación de
Leetha la última vez que estuvo en temporada, sin querer convertirse en la
pareja de una mujer que no era su primera opción? O tal vez Stavros, que podía
reírse de su propia especie, había percibido en algún nivel que él y Leetha no
encajarían entre sí una vez concluido el apareamiento físico.
Y, en
verdad, Cataratas de Talulah era incluso más pequeña que Lakeside y con mucha
más confusión, ya que Terráneos e incluso algunos Intuye se habían trasladado a la
ciudad para unirse a los humanos restantes para mantener la planta de energía y
otros negocios necesarios.
De
repente se le ocurrió que tanto Stavros como Tolya habían visto la posibilidad
de trabajar en una comunidad mixta debido a sus visitas aquí.
«
¿Vlad?» llamó Simon «Estoy en la cerca. Si necesito estar en forma humana para
esta reunión, tendré que encontrar algo de ropa.»
«No es
necesario.» Vlad sonrió, casi sintiendo esa mirada ámbar a pesar de estar fuera
de la vista. «Estar en forma humana, quiero decir. ¿Debo abrir la puerta?»
«No es
necesario.»
Miró
al abuelo Erebus.
—Simon
está aquí.
—Abre
la puerta para él, Vladimir.
—No es
necesario.
La
cerca que limitaba las Cámaras no era alta, no trataba de mantener a nadie afuera. Cualquiera que entrara sin ser invitado no se iría. Pero tal vez saltar
sobre la valla para unirse a ellos era la manera de Simon de decirle a Leetha,
y cualquier otro Sanguinati que podría tener dudas, que él era, de hecho, el
líder del Courtyard y que respetaba sus límites por elección.
«Abuelo
Erebus,» Simon dijo cortésmente una vez que se unió a ellos.
—Wolfgard.
—Erebus inclinó su cabeza en el más mínimo arco.
«Meg
quería que te dijera que hoy recibió un catálogo con un montón de películas a
la venta. Lo traerá mañana cuando haga sus entregas.»
Erebus
sonrió.
—La
sangre dulce sabe cuánto me gusta ver mis viejas películas.
Leetha
miró al abuelo, luego a Simon.
Sí, pensó Vlad. La sangre dulce es el vínculo entre los de
nuestra clase y la de Simon. No habríamos llegado tan lejos -en tan poco tiempo-
si ella no hubiera tropezado con el Courtyard. Algunos de nosotros no habríamos
sobrevivido a los recientes conflictos con los humanos. Incluso con sus
advertencias, algunos de los nuestros no sobrevivieron.
—Dile
al Wolfgard lo que oíste, —dijo Erebus, señalando con la mano a Leetha.
—Un
par de nosotros siguió a Cyrus Montgomery esta noche, —dijo Leetha—. La
estación de autobuses y las paradas del centro son buenos cotos de caza,
especialmente después del anochecer. Y las empresas que permanecen abiertas más
tarde de lo que la policía recomienda también son excelentes cotos de caza. Las
luces se bajan y la puerta se cierra, pero a los patrones que entran antes del
cierre oficial no se les pide que se vayan. —Sonrió, mostrando un toque de
colmillos—. Los propietarios tienden a vivir arriba de su negocio y realmente
no les importa lo que les pasa a los clientes cuando llegan a su casa.
« ¿Por
qué lo siguieron?» Preguntó Simon.
—No me
gusta.
« ¿Lo
siguieron a uno de esos negocios cerrados?»
—Sí.
Se reunió con cuatro hombres. Va a hacer un reconocimiento de la Plaza
Comercial mañana para confirmar que los camiones Nativos de la tierra hayan hecho una entrega de carne. Cuando las
tiendas cierren para la noche, llamará a los hombres. Entrarán en el Courtyard,
irrumpirán en la carnicería y robarán toda la carne. Ustedes, Lobos, aullarán
por la pérdida, pero todo lo que harán será cazar un par de ciervos extra para
compensar.
« ¿Eso
es lo que ellos piensan, o lo qué tú piensas de nosotros?» preguntó Simon.
Desafío,
simple y llano. Un Lobo no podría ganar una pelea con una Sanguinati que
estuviera en forma de humo, pero Simon debió haber oído algo en la voz de
Leetha que no le permitía dejarlo pasar sin un desafío.
— ¿Leetha?
—La voz del abuelo Erebus era tranquila y más amenazadora por ello—. El
Wolfgard te hizo una pregunta.
Una
vacilación, pero todos sabían que su respuesta determinaría si se le permitiría
permanecer en Lakeside.
—Cyrus
Montgomery dijo esas palabras, —respondió finalmente—. Las palabras fueron
dichas con desdén, como si no mereciéramos ningún respeto.
Simon
no se movió, no respondió.
— ¿Simon?
—Preguntó Vlad—. ¿Qué quieres hacer? ¿Cómo quieres detenerlos?
Simon
lo miró como si Henry le hubiera dado una golpiza en la cabeza y por eso le
hacía una pregunta tan tonta.
«No
vamos a detenerlos. Les vamos a dar más incentivos para robarnos mañana.»
De
repente, Vlad se dio cuenta de por qué Leetha estaba teniendo problemas para
aceptar a un Lobo como líder del Courtyard. Había observado a Simon tratando
con la manada femenina y la policial Lo había visto con Meg, quien sacaba su
lado juguetón. Pero ella no tomó en cuenta que había una razón por la que él era
el dominante sobre Lobos fuertes como Blair y Nathan, no tomó en cuenta lo que
significaba tener a una Cosechadora como Tess viviendo entre ellos. Aún no
había visto a Simon realmente.
— ¿Qué
razón? — preguntó.
«Vamos
a asegurarnos de que ese Cyrus oiga hablar de una entrega de carne especial.»
OHHHHHHHHHHHHHHHH ESTO SE PONE EMOCIONANTE... ADORO A SIMON MAQUIAVELICO JEJEJEJE...
ResponderEliminarJajajajajaja twyla esta educando a saltarín , ya pronto llega el fin del desgraciado de cyrus,no lo soporto
ResponderEliminarSimon es lo más!!!
ResponderEliminarEn este capítulo queda claro el porqué Simon es el líder ideal del Courtyard, el uno de los libros anteriores se planteaba la duda ya que los Sanguinati eran los líderes habituales de los Courtyard urbanos. Sin duda fue una buena elección, sin Simon a esta altura ya no habría humanos en thaisia
Ohhhhhh! Me encanta!
ResponderEliminarUna muestra de la diversidad en una comunidad hay diferencias de opinión de gustos y de ver las cosas, y esta comunidad se ha mantenido porque respeta eso; me encanta el termino "manada femenina" a veces si actuamos asi gracias chicas feliz fin de semana
ResponderEliminarLa carne especial.¿No llaman así a los humanos cazados?
ResponderEliminarjaja me encanta esta parte:
ResponderEliminar—Ah, —Montgomery suspiró—. Va a probar la rutina de "Estoy demasiado indefenso para hacer eso".
....y terminando con simon demostrando de manera sutil su liderazgo :)