Capítulo
4
Windsday
6 de Juin
Paredes blancas, muebles blancos, ropa blanca.
—Por favor, necesito colores. Veo los colores.
—No necesitas colores, cs 821. Sólo necesitas un
corte. Te sentirás mejor después de que se haga.
—Por favor.
—Pequeña perra terca, obsesionada con los colores.
Recomendamos cortes en los dedos tanto como sea posible. Puede ser que
aprovechemos esa piel en caso de que tengamos que amputar los dedos para evitar
que siga haciendo dibujos que diluyan las profecías.
La sensación de la navaja cortando a través de la
piel. Y entonces... Color. Ese tono de rojo que no se parecía a nada más, al
menos a sus ojos. Flotando en la euforia que venía con un corte después de que
comenzará a hablar, miró a las paredes blancas, a las correas oscuras que la
sujetaban a la silla.
—No necesitas colores, cs 821. Sólo necesitas un
corte.
Las paredes blancas, techo blanco, muebles
blancos, ropa blanca. Mientras miraba a la pared, parte de ella se oscureció,
convirtiéndose en una forma. Cuatro piernas. Una cola. enorme cabeza con
cuernos. Otra mancha oscura en la pared comenzó a formar otro animal. Y otro,
hasta que hubo un rebaño de formas en la pared.
Entonces se dio cuenta de los puntos que tomaban
forma en la pared justo por encima de la manada... ese tono de rojo diferente
de cualquier otro. Los puntos crecieron y comenzaron a fluir por la pared,
cubriendo el rebaño, con lágrimas de sangre.
*****
Jadeante, con
su corazón latiendo fuertemente, Esperanza se revolvió para salir de la cama y
se tambaleó hacia la ventana de malla en su habitación, aspirando el aire
fresco de la mañana, llevó las manos al
alféizar de madera.
No estaba más
en el Compuesto. Las paredes de su habitación no eran blancas. La cabaña usada
por los Terráneos Wolfgard en el asentamiento de Aguas Dulces tenía paredes de
madera, suelo de madera. Todo era sencillo y de madera excepto por el inodoro y
el lavabo en el pequeño baño adjunto a la habitación. Sin embargo, algunos de
los dibujos que había hecho desde que llegó a vivir con Jackson, Grace y el
resto de la manada, estaban colgados en las paredes. Algunos incluso fueron
enmarcados.
Algunos eran
sólo dibujos de la manada, de la tierra, de todo lo que vivía en el territorio
de Aguas Dulces dentro de los límites donde se le permitía pasear.
—Mi nombre es
Esperanza Wolfsong, — susurró—. No soy cs821. Ya no. Nunca más.
Pero el sueño.
Había más, y ese más se posaba sobre su piel como una cubierta asfixiante.
Tenía que plasmarlo en el papel para mostrárselo a Jackson y Grace. La imagen
del sueño de los animales ya se había desvanecido demasiado de la memoria para
poder describirlo con palabras.
Ella cerró los
postigos de la ventana y con cuidado hizo su camino de regreso a su cama y la
lámpara de la mesilla de noche. Prendió la lámpara y esperó. Jackson y Grace a
veces dormían en el porche con algunos de los otros Lobos. A veces dormían en
la habitación principal de la cabaña donde podían oírla.
Nadie rascó en
su puerta o gruñó. Ninguna voz varonil, áspera por el sueño y las cuerdas
vocales, que no lograron cambiar completamente de Lobo a humano, exigiendo
saber lo que estaba mal.
Moviéndose tan
silenciosamente como pudo, tomó su gran cuaderno de dibujo y lápices de colores
pasteles que Jackson había comprado para ella. Comenzó a dar vuelta la página
superior del cuaderno. Entonces se detuvo y miró el dibujo que había hecho
justo antes de irse a la cama esa noche. No sabía si eso significaba algo, pero
lo último que había añadido antes de parpadear al salir del trance -en el que
caía a veces cuando hacía dibujos- eran las palabras "para Meg."
Sacó el dibujo
y lo colocó sobre el escritorio de su habitación. Volviendo a la cama, se sentó
con las piernas cruzadas y posó el cuaderno de dibujo frente a ella. Pero la
colcha de retazos, que por lo general la deleitaba con sus formas y colores,
era una distracción ahora. Empujándola a un lado, dejó la sábana encima, era
blanca, porque los Otros no sentían la necesidad de colores en las cosas que no
se podían ver una vez que se apagaba la luz. Luego de que se estableciera
recogió sus lápices y comenzó a dibujar.
Las formas.
Sí, recordaba las formas. Y el cielo. Y...
Ella buscó a
través de sus lápices y pasteles. ¡Nada! ¿Cómo podía no tener la sombra
necesaria?
Se levantó,
abrió un cajón del escritorio y sacó la navaja plegable de plata que había sido
usada exclusivamente en ella cuando vivía en el Compuesto del Controlador.
Jackson habían dicho que la dejaría mantener la navaja, ya que, si se sentía
obligada a cortarse, usando la navaja era más seguro que todas las otras cosas
que podrían ser usadas para cortar a través de la frágil piel. Jackson y Grace
le habían comprado su papel y lápices, le habían permitido dibujar, así que
había tratado de modo muy duro ser buena y no cortarse, pero...
—Lo necesito,
— murmuró ella, todos sus pensamientos se centraron en el dibujo tomando forma
en el papel—. Necesito esa sombra.
Cuando el
color empezó a fluir, arrojó a un lado
la navaja, metió los dedos en el color, y continuó dibujando.
*****
El olor a
sangre bruscamente sacó a Jackson Wolfgard de unos momentos de sueño antes de
que Esperanza gritara. Poniéndose en pie, saltó a la puerta de la habitación,
consciente de que su compañera, Grace, estaba justo detrás de él. Los Lobos que
habían dormido en el porche o en el suelo que rodeaba la cabaña estaban
despiertos y aullando una alarma, o preocupándose de que los cachorros estuvieran
fuera de un peligro potencial.
Aún así,
cambió a humano mientras empujaba la puerta y entró en la habitación, Jackson
vagamente tenía noción de alguna regla sobre que los hombres adultos en forma
humana no debían aparecer sin ropa frente a cachorros o mujeres menores de
edad, pero no estaba interesado en las normas humanas, no cuando Esperanza
estaba mirando al cuaderno de dibujo en el suelo y la sangre de una profunda
rebanada en su antebrazo izquierdo goteaba sobre el papel y la sábana
amontonada debajo de ella.
—Ay,
Esperanza. — Grace sonaba como si tuviera el corazón roto.
Jackson no
tenía el corazón roto; estaba furioso. Y muy asustado. La sangre de las
Casandra de sangre era un peligro para Otros y humanos por igual. Después de
traer a Esperanza, había oído que algunos de los Terráneos llamaban a las niñas
"la creación de Namid, tan
maravillosa como terrible".
Hasta ahora,
no había pensado en Esperanza como algo terrible.
«¿Jackson?»
Varios Lobos llamaron, utilizando la forma Terránea de comunicación.
«¡No entren!»
Ordenó.
La chica en sí
misma no olía como una presa. Ninguna de las profetas de la sangre lo hacía.
Pero ¡la sangre de Esperanza! Él nunca había olido nada que se le pareciera, y
anhelaba darle una probada.
El miedo
alimentó su furia mientras cubría la distancia entre la puerta y la chica que
se sacudía. Apartó la navaja que había dejado de lado. Estaba a punto de
dejarla caer sobre el escritorio cuando se dio cuenta de otro dibujo con el
nombre de Meg Corbyn escrito en la esquina inferior derecha. Puso la navaja
lejos del dibujo, luego se volvió hacia la chica.
Grace le quitó
el camisón a Esperanza y apretó un trozo de tela contra la herida, dejando a la
chica usando nada más que las bragas.
—Necesitaba el
color, — dijo Esperanza, mirando al suelo—. Lo necesitaba...
Jackson golpeó
la parte superior de la cabeza de Esperanza, provocando un gruñido de Grace. No
fue un golpe duro, pero sacó a la chica del trance de todo lo que estaba
viendo, lo suficiente como para centrarse en él.
—Tienes
dientes grandes, — susurró Esperanza.
—Son grandes
para que los sientas cuando te muerda, — gruñó, acercándose más. No estaba
seguro de si había otras partes de él que no pasaban por humano. No le
importaba.
—Jackson, —
advirtió Grace. «Tenemos que llevarla al sanador humano en el pueblo de Intuye.
La herida sigue sangrando, y no podemos lamerla para ayudarla a sanar.» Ella
vaciló. «Y esta es mi primera vez tratando con una lesión humana real.»
«Muy bien.
Llévala al baño y ponle suficiente ropa como para que los humanos no aúllen al
respecto. Voy a limpiar la mayor cantidad de sangre que pueda.» Él esperó hasta
que Grace empujó a Esperanza hacia el baño. Luego se dirigió a la ventana y
abrió las persianas, aliviado al respirar aire no contaminado. Se enfrentó a
rostros de Lobos observando a través de la ventana.
«¿Jackson?
¿Está la cachorra humana herida?»
«Sí.
Necesitamos la pequeña carreta para llevarla hasta el pueblo Intuye. No puede
caminar tan lejos.»
Las caras
desaparecieron. Ese asentamiento Terráneo no poseía caballos o burros. Cuando
los Otros necesitaban tales criaturas, las alquilaban, junto con los humanos
que se ocupaban de ellos. Pero tenían una pequeña carreta que podía ser tirada
por un máximo de tres personas en forma humana y se usaba sobre todo cuando los
Otros iban a comprar mercancías de origen humano. Era lo suficientemente grande
como para contener a Grace y Esperanza.
Tomando una
última respiración profunda, Jackson volvió de nuevo a la habitación. Había un
poco de sangre en la sábana, pero no tanto como había pensado cuando vio por
primera vez a Esperanza allí, con la sangre chorreando por su brazo. La mayor
parte de la sangre estaba en el dibujo, igualmente registró todas las páginas
con cuidado para asegurarse de que no había una gota de sangre en el resto del
cuaderno.
Lo había
estado haciendo tan bien desde que había llegado a vivir con ellos. Le había
dicho que quería vivir. ¿No habían hecho todo lo posible para ayudarla a hacer
exactamente eso? ¿Entonces por qué...?
Jackson
contuvo el aliento mientras miraba el dibujo. Un montón de bisontes, claramente
muertos. Lobos teñidos de sangre en todo el pellejo. Eso no tenía sentido. Los
Lobos no podrían arrastrar a sus presas en un montículo de esa manera, y matar
a un bisonte era un trabajo duro y proveía de comida para toda la manada...
para todos los Terráneos del asentamiento. Entonces, ¿por qué Esperanza dibujó
una masacre? No había señales reconocibles. ¿Esto iba a suceder alrededor de Aguas
Dulces? ¿En algún otro lugar?
Meg Corbyn,
-Meg la Trailblazer- tendía a ver
profecías sobre el Courtyard de Lakeside. Pero no siempre fue así. Pareciera
que sus capacidades, su sensibilidad, llegó a centrarse en Lakeside y las
comunidades cercanas que estaban conectadas con su Courtyard después de haber
estado viviendo en Lakeside por un par de semanas. Pero las visiones de
Esperanza, sus dibujos oscilaban a través de la tierra.
Miró el dibujo
sobre el escritorio. ¿Podrían estas niñas, estas profetas de la sangre, hacer
conexiones que unían lugares debido a sus propias conexiones con las personas?
Meg y Esperanza se habían conocido en el recinto donde habían estado enjauladas
y cortadas para que los humanos ricos pudieran saber sobre el futuro.
Meg todavía
estaba luchando con su propia adicción al corte, pero ella era la Trailblazer
para el resto de las Casandra de sangre, y podría tener las respuestas que
necesitaba en este momento.
Cambiando sus
manos humanas a patas de Lobo, porque tenían garras útiles, Jackson rasgó la
sábana, haciendo un bulto con la ropa de cama. Colocó el cuaderno de dibujo
sobre la tela. Cuando el olor de la sangre lo abrumó hasta el punto de que
comenzó a salivar, se dio cuenta de que el papel estaba más saturado de sangre de
lo que había pensado en primera instancia.
Más que un corte, pensó con inquietud mientras
enrollaba la parte de la sábana que tenía sangre. Ella había estado dibujando
con su propia sangre... porque necesitaba ese color.
La puerta del
baño se abrió. Grace llevó a Esperanza a la habitación, pero se detuvo cuando
lo vio.
«¿Jackson?»
Dijo Grace.
«Necesitamos
ayuda,» dijo. «Más que un sanador humano»
La cachorra
parecía asustada. ¿Pensaba que iba a sacarla de la manada por esto? El podría.
Tal vez debería hacerlo. Pero las conexiones no siempre eran sobre el lugar, y
varios de los dibujos anteriores de Esperanza dejaban claro que existía una
relación entre Aguas Dulces y Lakeside.
Él y Simon,
amigos desde que eran lobatos, eran la conexión.
Y mirando la
imagen de los bisontes muertos, pensó en otro Lobo vinculado a él y Simon a
través de la amistad.
Balanceando la
sábana por la parte de arriba que tenía sangre, Jackson salió de la habitación
y dejó la sábana en un cubo de metal medio lleno de agua fresca. Luego, se
vistió y le entregó a Grace el vestido de verano que había usado ayer antes de
que cambiara a la forma de Lobo para irse a dormir.
Sí,
necesitaban más ayuda que un sanador humano si iban a mantener a la cachorra
viva.
Oh dios mio ¡¡¡ Sin palabras, pero se esta poniendo muy interesante. Donde llevaran a Esperanza?? Con Meg ???
ResponderEliminarQue interesante esta!!!!!!! 😱😱😱😱no lo puedo creeer, nuestra Meg se hace cada ves la clave, para la supervivencia, y que fue lo que dibujo Esperanza??? Y quien es el otro 🐺 😟😟😟😟
ResponderEliminaroooooooo wiiiiii ufffff gracias
ResponderEliminarPobre Esperanza, realmente necesitaba el color, me pregunto ¿a donde la llevaran ahora? y ¿quien sera el otro lobo vinculado a ellos? las dudas me llenan de emoción XD y muchas gracias por el capitulo.
ResponderEliminarGracias por el capi muy interesante veremos que pasa con Esperanza en el siguiente ok kisses
ResponderEliminarGracias por el capítulo
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