CAPÍTULO 27

Grimshaw

Firesday, 16 de Juin

Parcialmente vestido, Grimshaw agarró su teléfono móvil al segundo timbre, sabiendo que nadie llamaba temprano a un policía a menos que necesitara algo.

—Grimshaw.

—Wayne, ve a El Jumble, —dijo Julian—. Algo está sucediendo, y no creo que sea bueno para ninguno de nosotros. Me dirijo allí para ver si hay algo que pueda hacer.

—¿Tienes un presentimiento?

—Yo vi... Dioses, ni siquiera estoy seguro de lo que acabo de ver. Un macho y una hembra a caballo, galopando hacia la casa de Vicki.

—Un hombre y una mujer a caballo no suena serio. — Pero Julian sonó... extraño. Asustado. Y eso no era bueno.

—Los jinetes no eran humanos, y a pesar de cómo se veían los animales, no creo que fueran caballos reales.

Los oficiales de policía que trabajaban en la patrulla de caminos estudiaron cada fragmento de información que pudieron recabar sobre los tipos de Terráneos con los que podrían encontrarse, y lo que Julian acababa de describir estaba entre los más peligrosos y temidos.

—Elementales.

—Esa sería mi suposición.

—Estaré allí. Espérame en la cadena. No vayas solo a la casa principal.

En lugar de responder, Julian colgó.

Jurando ferozmente, Grimshaw terminó de vestirse y salió corriendo de su habitación y bajó las escaleras.

—El café está listo, —dijo Paige con su alegría habitual—. Tenemos...

—No hay tiempo. —Pasó junto a ella cuando Osgood salió del comedor.

—¿Señor?

—Atiende los teléfonos. —Grimshaw continuó. Abrió la puerta principal y casi derriba al ex gerente del banco.

—¡Quiero presentar una queja! — El hombre estaba pálido.

—¡Osgood! — Gritó Grimshaw—. Lidia con esto.

Escuchó los quejidos indignados por haber sido relegado al oficial subalterno, pero los ignoró mientras corría hacia su automóvil. Salió del estacionamiento, rociando grava. Él prendió las luces y la sirena.

Debería pedir respaldo, no debería entrar en esta cosa a ciegas. Él no quería llevar a Osgood. El chico ya había tenido una mala experiencia en El Jumble y no podía estar seguro de que Osgood no fuera a congelarse si se topaba con más Terráneos. Si llamaba al despacho para pedir refuerzos, los policías más cercanos eran Swinn y Reynolds, y su presencia agravaría la situación, fuera lo que fuese. Y, dioses, si estuvieran lidiando con Elementales enojados, toda la comunidad podría quedar inflamada y habría cadáveres en un abrir y cerrar de ojos.

No, contaría con Julian Farrow como respaldo y esperaba que ambos sobrevivieran el tiempo suficiente para controlar la situación antes de que los Terráneos se hicieran cargo de las cosas a su manera.