CAPÍTULO 22
Vicki
Thaisday, 15 de Juin
Sentada
en la biblioteca de El Jumble con
Ilya Sanguinati y el oficial Grimshaw, miré los libros que había archivado ayer
y tuve una epifanía. Aunque disfrutaba leyendo novelas de suspenso, no quería
ser la chica enredada en la trama de uno por ser la mejor amiga de la heroína o
la chica que se enamora del héroe, esa chica por la que siente cierto afecto
porque le da sexo mientras supera la pérdida de su único y verdadero amor. Esas
eran las chicas que terminaban siendo arrojadas a la trituradora de madera o se
quedaban en el fondo de un pozo profundo y seco lleno de arañas y milpiés; llenándose
de repente de forma bastante inconvenientemente para que la chica fuera
encontrada pero no a tiempo. Especialmente si ella era el interés amoroso
pasajero del héroe de la historia. Esas también eran las chicas que estarían
atadas en una cueva y se convertirían en el marco para una escultura de guano
de murciélago.
Pero
incluso a pesar de la epifanía no pude evitar soltar una carcajada cuando el
oficial Grimshaw expresó su teoría sobre los clips de corbata.
—¿Crees
que Yorick pertenece a una sociedad secreta? ¿Una organización con apretones de
manos secretos y palabras codificadas? ¿Una sociedad que, queriendo permanecer
en secreto, identifica a sus miembros con un clip de corbata? ¿En serio?
Aparentemente
así era. Miré a Ilya Sanguinati para ver qué pensaba sobre la teoría de
Grimshaw. No sé si era porque es un vampiro o por ser abogado, pero él dominaba
la cara del póker.
—Crees
que es posible, —le dije a Ilya.
—Debería
ser considerado, —respondió—. Indica una conexión entre el detective Swinn y tu
ex marido.
Grimshaw
se inclinó hacia mí, sus antebrazos descansando sobre sus muslos, su cara llena
de sincera preocupación.
—Piénsalo.
Estuviste casada con el hombre ¿por cuantos años? ¿Pertenecía a algún club,
salía a reuniones mensuales donde sólo había miembros? —Cogió una bolsa de
pruebas que contenía el clip de corbata y la sostuvo en alto—. Tu ex marido y
al menos uno de los detectives en un equipo de la UIC tenían este mismo clip de
corbata. Un equipo de la UIC de Bristol debería haber aceptado la asignación
cuando informé de la muerte sospechosa de Franklin Cartwright en tu propiedad.
Pero un equipo de Putney, liderado por Marmaduke Swinn, apareció en su lugar.
—La
policía en Putney no se ha preocupado por los ciudadanos de Sproing hasta
ahora, —dijo Ilya Sanguinati.
—Bristol
tiene dos equipos de UIC que se supone deben manejar cualquier muerte
sospechosa u otros incidentes en Bristol y el área dentro de la jurisdicción de
Bristol, que incluye al Lago Silence. Se supone que la patrulla de autopistas
de Bristol debe manejar cualquier cosa en las carreteras entre el Lago Crystal
y el Lago Silence, y eso incluye responder llamadas de Sproing. —La expresión
de Grimshaw se endureció—. Era posible que ambos equipos de Bristol ya tuvieran
casos y no pudieran enviar a nadie ese día, pero lo verifiqué con el capitán
Hargreaves y él me dijo que había un equipo disponible. De alguna manera Swinn
escuchó sobre Cartwright y reclamó jurisdicción, diciendo que estaba
relacionado con un crimen que ya estaba investigando. Como nadie en Bristol
quería pelear con Swinn por ir a Sproing, le dejaron tener el caso.
—Dioses,
—dije—, ¿qué hacen ustedes? ¿Jugar piedra, papel o tijeras para decidir quién
tiene que venir aquí? —Sabía que a la policía no le gustaba acudir a Sproing, y
para ser justos, tenían buenas razones para sentirse así, pero saber que a
veces venía protección de alguien como Swinn porque nadie más quería venir, no
me hacía sentir ni feliz ni contenta, ni a salvo.
No
creo tener una buena cara de póquer, porque Grimshaw parecía incómodo. La cara
de póquer de Ilya Sanguinati no cambió, pero tuve la sensación de que podría
tener algunas cosas que decirle a alguien sobre cómo los humanos protegían a
otros humanos.
—En
este momento, no importa cómo consiguió Swinn el caso, —dijo Grimshaw—. Lo que
importa es por qué lo quería.
—Ese
hombre, Franklin Cartwright, —dijo Ilya—. ¿Tenía uno de esos clips de corbata?
—No lo
sé, —respondió Grimshaw—. Estaba vestido casualmente cuando lo encontraron. El
equipo de Swinn recogió sus cosas de la pensión.
Entonces,
¿ahora tenemos una conspiración? Esto estaba cada vez mejor. O peor y peor
Pasé
mis dedos por mi cabello, desalojando algunos de las horquillas que lo
mantenían bajo control. Ilya Sanguinati miró mi pelo salvaje. Su cara de póquer
se rompió. Sus labios se crisparon. Me prometí que cubriría todos los espejos
hasta que pasara un cepillo por mi pelo para no asustarme.
Ni que
hablar de ese momento en que me hice un brushing en mi muy enmarañado cabello.
Tuve que hacer una cita de emergencia con mi estilista y hacerme una brushectomía
para evitar tener el cepillo por el resto de mi vida.
—¿Cuántas
sociedades secretas puede haber? — Solté la pregunta, sin esperar una
respuesta.
—Ya
que son secretas, es una incógnita, —respondió Grimshaw.
Sus
ojos se quedaron en blanco. Lo vi tragar. Nos habíamos olvidado momentáneamente
de que uno de nosotros no era como los demás.
Ahora
ninguno de nosotros miró al vampiro en la habitación. El movimiento Humanos
Primeros y Últimos no fue un secreto. Fue un grupo político pro-humano,
anti-Otros que comenzó con discursos y terminó con los actos de violencia que
iniciaron la guerra que mató a mucha gente en Thaisia y destruyó la Alianza
de Naciones del Bloque Romano en el otro lado del Océano Atlántik. ¿Pero
sociedades secretas con agendas secretas que podrían representar una amenaza
para los Terráneos?
Tuve
un mal presentimiento. Grimshaw y yo acabábamos de pintar dianas en las
espaldas de varias personas, incluido mi ex marido. Yorick solía decir que un
hombre de negocios exitoso tenía que crear algunos enemigos. No creo que
hubiera considerado que los Sanguinati podrían ser algunos de ellos cuando dijo
eso.
—Puede
que no sea una sociedad secreta, —dije—. Podría ser un grupo privado o
exclusivo que no quiere que su nombre salpique en los periódicos por hacer
obras de caridad. O podría ser un club. Yorick era miembro de un par de clubes
donde se codeaba con personas que tenían dinero o influencia social. Esos
clubes eran exclusivos pero no secretos.
Grimshaw
asintió.
—Eso
tendría más sentido, aunque dudo que Marmaduke Swinn o Franklin Cartwright
tuvieran dinero o la influencia social para pertenecer a dicho club.
—No
importa si el detective Swinn y Franklin Cartwright son parte de ese grupo,
—dijo Ilya—. No cambia el hecho de que los humanos con una agenda están
causando problemas en El Jumble.
Hasta que sepamos quién pertenece a este club de clip de corbata, no podemos
determinar si son meramente una molestia o una amenaza real.
Tuve
la sensación de que todos los que estaban incluidos en el "sepamos"
al que Ilya Sanguinati se refirió tenían colmillos por lo menos. Lo que
significaba que no incluía ni a Grimshaw ni a mí.
—Es
una investigación humana, —dijo Grimshaw, girándose en su asiento para mirar
directamente a Ilya.
—Es
una investigación humana porque Victoria llamó a la policía en lugar de
llamarnos, —respondió Ilya.
Oh,
Dios mío. ¿Había pisado algunos dedos Terráneos informando el cuerpo a los
humanos en lugar de llamar a Albergue
Silence? Por supuesto, no sabía que El
Jumble fuera un asentamiento Terráneo o incluso la especie de mis vecinos
al otro lado del lago, así que esperaba que los Sanguinati tomaran eso en
cuenta.
—Franklin
Cartwright se alojaba en la pensión, e hipotéticamente trabajaba para Yorick,
—le dije, tratando de suavizar cualquier agite de plumas o colmillos—. Incluso
si no hubiera llamado a la policía cuando Aggie trató de calentar el globo
ocular en el microondas, alguien se habría dado cuenta de su desaparición. —Me
gustaba decir hipotéticamente. Era una palabra tan de policías y criminales.
—Los
humanos desaparecen en el país salvaje todo el tiempo.
Grimshaw
parecía sombrío. No lo culpé. Nos recordaba que la supervivencia no solo
dependía de que los humanos jugaran bien y compartieran la caja de arena, sino
que también dependía de no llamar la atención de todos los depredadores grandes
e inteligentes que merodeaban más allá del límite del cajón de arena, y algunas
veces cazaban dentro la caja de arena cuando tenían una razón para enfocarse en
una presa en particular.
—Deberías
preguntarle a las Xavier, —dije, rompiendo el tenso silencio que siguió a las
palabras de Ilya—. El detective Swinn, su equipo y el hombre muerto se quedaron
en la pensión. Si alguno de ellos tuviera uno de esos clips, Ineke podría
haberlo visto. —Señalé el broche de corbata de la bolsa de pruebas—. Podrías
mostrarle esa o incluso sacarle una foto para mostrar.
Fue la
forma en que Grimshaw no me miró lo que me dijo que alguien, o varios, ya le
habían preguntado a Ineke sobre el broche de corbata.
—Las
Xavier no son las únicas que podrían ayudar a descubrir quién usa ese símbolo,
—dijo Ilya, enfocando una mirada de depredador en Grimshaw—. Podemos ayudar a
localizar a otros humanos que pertenezcan a este grupo. Puede suministrarnos
una foto.
Vampiro
y policía fijaron sus miradas.
—Pertenecer
a una organización no es prueba de culpa o complot, —dijo Grimshaw.
—Pero
obtener una muestra de quién podría pertenecer a un grupo en particular puede
ayudar a determinar la agenda del grupo, —respondió Ilya. Luego de un profundo
silencio, agregó—: Nuestro interés es comprender por qué Franklin Cartwright
llegó a El Jumble y qué se suponía
que debía lograr. Victoria es la propietaria de los edificios y la custodia de
la tierra que conforma El Jumble.
Alguien piensa lo contrario y está causando problemas. Continuaremos con esto
hasta que sepamos por qué. Estamos dispuestos a trabajar con la policía en este
asunto, o trabajaremos por nuestra cuenta.
En
otras palabras, alguien puede ir a la cárcel si ha sido malo o esa persona
puede ser comida. Dadas esas elecciones, estoy bastante segura de que elegiría
la cárcel. Por otra parte, Ilya Sanguinati se veía delicioso, y morir de
orgasmos y pérdida de sangre podría no ser un mal camino.
—La
cooperación siempre es apreciada. —Grimshaw no sonó como si apreciara haber
sido arrinconado, pero dijo las palabras que al menos deberían retrasar la
muerte de más personas.
Pero
iba a prestar mucha atención a los estantes en la tienda general en caso de que
hubiera una falta repentina en el ketchup y la salsa picante.
Todavía no me hago idea de la personalidad de Vcki a veces parece ingenua pero comentarios como "Por otra parte, Ilya Sanguinati se veía delicioso, y morir de orgasmos y pérdida de sangre podría no ser un mal camino" te hace acalorar y pensar que esta mujer tiene doble personalidad Graciasssss por compartir su trabajo
ResponderEliminarPuess... si te lo plantean asi, yo me anoto con una muerte prematura... jaja
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