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lunes, 20 de marzo de 2017

Adelanto: Capítulo 6 Etched in Bone - Anne Bishop


Capítulo 6



Thaisday, 9 de Messis

Meg puso su bolsa de viaje en la parte posterior del Bow, luego dio un paso atrás y sonrió a Simon.
—Quiero caminar al trabajo.

—Pero tengo que llegar a la oficina temprano hoy.

—Es por eso que necesitas conducir el Bow. —Bueno, eso no era del todo cierto. Incluso en forma humana, Simon podía caminar fácilmente a la Plaza Comercial y llegar a Aullidos, Buena Lectura con mucho tiempo para sus reuniones tempranas. Pero no podría llegar a tiempo si mantenía el paso de ella—. Quiero ver la huerta y ver qué verduras podemos recoger, y quiero moverme sola esta mañana.

Suspiró, un sonido que contenía tanta decepción que Meg casi cedió. Le gustaba ir a trabajar con Simon, le gustaba el compañerismo. Pero no quería llegar temprano a la Oficina del Enlace, y no quería a nadie con ella cuando se acercara a la Plaza Comercial, por si acaso todo lo que había provocado su angustia ayer todavía estuviera allí. La feria de trabajo había terminado, por lo que debería estar bien, pero Simon estaría descontento si tuviera otro ataque de pánico, y no quería que se distrajera de ayudar a los demás que esperaban una decisión sobre si iban a Bennett.

—Estaré bien, Simon. —Como él continuaba de pie al lado del Bow, agregó—. Te  haré saber tan pronto como llegue a la oficina.

¿Qué harían Merri Lee o Ruth para convencer a un varón de que siguiera con sus planes?

Meg se acercó a Simon, se paró de puntillas y le lamió la mejilla. Bueno, Merri o Ruth le habrían dado un beso humano, pero a juzgar por la mirada sorprendida y complacida en sus ojos, a él no le importaba eso.

Él le pasó una mano por su cabello corto y negro y le dio una ligera rascadita detrás de la oreja. Luego se metió en el Bow y se alejó.

Sintiéndose independiente, competente y libre, Meg salió del Complejo Verde y caminó sobre la hierba para llegar al gran huerto. Junto con los residentes del Complejo Verde, ella y sus amigos humanos habían estado cosechando verduras durante las últimas semanas. Habían sacado un poco de esto y aquello durante Sumor, pero ahora parecía que había todo tipo de verduras que necesitaban ser recolectadas todos los días. Y si era verdad o no, sentía como si estuviera recogiendo calabacín todos los días. Los pimientos estaban creciendo y casi listos, y pronto habría maíz fresco. Era divertido ir allí y ver lo que estaba floreciendo y lo que estaba madurando y...

¿Qué es eso?

Blanco y rojo. Y un pedazo de marrón por allí. Y...

Un par de días atrás, había asustado a un conejo joven que pastoreaba cerca del huerto. No quiso hacerlo; No lo había visto. Pero cuando se movió, arrastraba una pata trasera. ¿Habría sido golpeado por un coche? Los complejos no estaban construidos cerca de las calles de la ciudad, pero los animales cruzaban las calles buscando comida. Julia Hawkgard dijo que su presa muerta se encontraba a menudo en la hierba junto a la Avenida del Parque: animales que se movían del parque al Courtyard o del Courtyard al parque. Pero la Avenida del Parque estaba al otro lado del Courtyard. Un conejo lesionado no cruzaría toda esa tierra.

Meg se acercó cautelosamente, su estómago ya estaba dando vueltas.

Hueso blanco desprovisto de músculo, pero todavía conectado con ligamentos, y aún adherido a un pie peludo. El trozo marrón resultó ser un pedazo de piel. Y el rojo... ¿Era la espina dorsal del conejo?

Meg retrocedió y gritó cuando golpeó algo.

Unas grandes manos la sostuvieron. La voz de Henry resonó sobre su cabeza.
—Es sólo un conejo, Meg.

—Alguien se comió el conejito.

—Nadie en el Complejo Verde. No todos los cazadores que buscan comida en el Courtyard son Terráneos.

— ¿Crees que Simon...? — Él comía conejitos. Igual Sam. Igual que todos sus vecinos, excepto Tess y Vlad, y no estaba segura de que no lo hubieran hecho. Hasta ella había comido conejo unas cuantas veces. Pero estaba preparado. Y nada en su plato se parecía a eso.

—Ninguno de tus amigos se comió el conejo, —dijo Henry.

— ¿Cómo lo sabes?

—No habrían dejado huesos y restos en donde tú o la manada femenina pudieran encontrarlos. —Le pasó el brazo por los hombros y la alejó del huerto.

—Tenía una pierna herida, —dijo Meg cuando llegaron a la carretera principal del Courtyard y empezaron a caminar hacia la Plaza Comercial.

—Eso lo convirtió en presa fácil. —Caminaron en silencio durante un minuto antes de que Henry dijera—: ¿Por qué Simon te dejó atrás?

—Quería ir caminando al trabajo. Quería tiempo extra para acercarme a la Plaza Comercial. —Meg suspiró—. Si hubiera ido con Simon, no habría visto el conejito, su... lomo. —Ver los huesos de la pierna no había sido tan malo, pero la imagen de la columna vertebral se quedaría con ella.

—Toda la carne salta o corre o vuela antes de que se convierta en carne, —dijo Henry—. Esa es la ley de la vida.

Ella asintió. Esa era la ley de la vida. Pero la verdad en bruto era un poco más difícil de aceptar.

*****


Mierda. Joder. Maldición, pensó Simon cuando Henry le contó del descubrimiento de Meg.
—Mejor dile a quien esté cocinando en La Carne no es Verde hoy que no ponga conejo en el tablero del menú.

—Ya lo hice, —dijo Henry—. Pero eso parece que fue comido donde fue atrapado.

Cuando vio a un conejito herido, los sentimientos de Meg se habían vuelto empalagosos. Un Lobo, al ver lo mismo, habría agarrado la comida rápida y la habría llevado al Complejo Wolfgard para los cachorros o lo habría comido él mismo.

—Volveré a deshacerme de los huesos y desechos, —dijo Henry—. Deberías encontrar algo que distraiga a nuestra Meg para que no pase el día pensando en el conejo.

—No hay... —Simon miró la caja recogida en la estación de tren temprano esa mañana. Por supuesto, no había hecho más que echar un vistazo a los libros que Jesse Walker había enviado para su revisión y no tenía ni idea de si eran emocionantes thrillers de misterio con muchas historias de escalofriantes cacerías. Bueno, si los libros asustaban a Meg y ella le daba patadas por malos sueños, no podía gruñir a nadie más que a sí mismo.

Simon tomó la caja y salió de la oficina, deteniéndose lo suficiente para decirle a Vlad que iba a la Oficina del Enlace.

La puerta trasera de la Oficina del Enlace estaba cerrada con llave. Había esperado eso. Lo que no esperaba era oír un paso en la escalera por encima de él y ver a Greg O'Sullivan mirándole, con una mano en el arma de servicio que llevaba el agente de la GTI.

—Señor. Wolfgard. —La mano de O'Sullivan se alejó del arma. Bajó las escaleras, sus pasos rápidos y ligeros—. No sabía que eras usted.

Simon miró al agente. Nadine Fallacaro y Eva Denby dijeron que la segunda habitación por encima de la oficina era similar a una habitación de hotel, con el beneficio de una pequeña nevera para guardar bebidas frías o aperitivos. O'Sullivan se había mostrado feliz de convertirse en inquilino, diciendo que era más seguro que una habitación de hotel normal, y que podía dejar artículos personales allí cuando necesitaba viajar de regreso a Hubbney y reportarse al gobernador Hannigan.

— ¿Estaba esperando a alguien más?

—No, pero escuche decir que durante la feria de trabajo, unas cuantas personas estuvieron husmeando por donde no pertenecían... y creí escuchar a alguien maniobrar la puerta trasera anoche. Sólo quería asegurarme de que nadie tratara de molestar a la Sra. Corbyn.

Un tipo diferente de Lobo guardián, Simon decidió mientras estudiaba a O'Sullivan. No un macho desapegado husmeando alrededor de su Meg, pero un miembro de la manada más grande que se comprometió a proteger el territorio que los protegía a todos ellos, lo que significaba que O'Sullivan necesitaba ser advertido de los invitados del Courtyard.

Simon no los había visto, había estado demasiado ocupado tratando con seres humanos para siquiera sentir su presencia o capturar su olor. Pero Kowalski llamó a Blair ayer por la noche, y después de que el ejecutor dominante hubiera olfateado la tierra alrededor de la guarida de Kowalski y de Ruthie esta mañana, Blair le dijo a Simon que dos Antiguos habían regresado a Lakeside. Ésa era la razón por la que le pidió a Henry que se demorase en ir a la Plaza Comercial, para que Meg no estuviera caminando sola. Y era por eso que Henry estuvo allí cuando Meg encontró la columna vertebral del conejo.

No estaba listo para discutir eso con los humanos, así que cambió de tema.
—Katherine Debany está comenzando su nuevo trabajo en el consulado.

—La conocí ayer, —dijo O'Sullivan—. Y la señora Twyla, —se frotó la nuca—. Me hizo sentir como si estuviera siendo escudriñado por dos tías estrictas pero cariñosas. Revisé todos los cajones en el escritorio que estoy usando para asegurarme de que no había nada que me pudiera meter en problemas. Tengo la sensación de que esas dos han oído la defensa de "no es mío" muchas veces para creerlo.

Simon había tachado al agente de la GTI como intenso y lejano, centrado en su trabajo y más como un lobo solitario. Ahora divisó al joven que el hombre fue.

—Las hembras mayores son buenas para una manada.

O'Sullivan sonrió e hizo un ruido extraño antes de dirigirse a Un Pequeño Bocado para desayunar.

Simon abrió la puerta trasera de la Oficina del Enlace, entró y oyó que algo hacía un rítmico sonido de golpe, golpe, golpe en la madera.

— ¿Meg?

«Ella está inquieta,» Nathan informó de su lugar en la sala delantera. «Y está enojada con el correo.»

Meg dio otro golpe en la mesa de clasificación. Simon se acercó a la mesa con cautela y colocó la caja en una esquina.

— ¿Meg?

— ¡No quiero ser un conejito! ¡Los conejos se comen!

—Tarde o temprano, todo se come, —replicó.

Ella le gruñó. Parecía tan feroz como un cachorro. Quería darle un par de lamidas y encontrar un juguete. Si pudieran jugar durante unos minutos, se olvidaría del conejito.

No, no lo haría. Meg no era un cachorro, y no se olvidaba de algo una vez que lo había visto. Al menos, no se olvidaba de algo que había visto a menos que estuviera velada por la euforia producida por el corte.

No le gustó ese pensamiento, así que tomó la caja y la puso delante de ella.
—Cuando termines con el correo, necesito un favor.

Meg frunció el ceño ante la caja.
— ¿Un favor?

—Jesse Walker me envió algunos libros que no vendemos en Aullidos, Buena Lectura.

Era una lástima que Meg no pudiera mover sus orejas para mostrar interés. Sin duda parecía que ella quería hacerlo.

— ¿Populares entre los Crowgard? —Preguntó.

—Más bien thrillers, creo. —Simon dio golpecitos en la caja—. Jesse Walker dice que a los Intuye les gustan estas historias, pero quiero saber si crees que las historias atraerían a los Terráneos y a la manada humana.

— ¿Así que soy como una crítica de libros para la tienda?

Él asintió, observándola. De pronto se le ocurrió que esto era algo nuevo, algo que no formaba parte de la rutina de Meg. ¿Le molestaría? No, parecía intrigada.

Meg dejó la caja a un lado.
—Tengo que terminar de ordenar el correo primero. —Ella parpadeó hacia él—. ¿No se supone que deberías estar trabajando?

Miró el reloj. Llegaba tarde a su reunión con el Capitán Burke.

Dándole una rápida lamida a la punta de su nariz, Simon salió de la sala de clasificación. Miró hacia atrás cuando llegó a la puerta. Meg estaba ordenando el correo, pero seguía mirando la caja.

Sintiéndose más ligero, como si hubieran tenido unos minutos de tiempo de juego, se preguntó cuánto correo tendrían para repartir los ponis debido a que él había encontrado la distracción adecuada.

*****

Monty sonrió a la joven Jana Paniccia sentada junto a él en Un Pequeño Bocado. Temprano en la mañana, el Capitán Burke la había llevado al campo de tiro para revisar su habilidad con las armas comúnmente utilizadas por la policía. Kowalski y Debany fueron designados para probar sus habilidades de auto-defensa y de pelea mano a mano. Y Burke y él revisaron su expediente. Ahora, mientras Simon Wolfgard escuchaba la opinión de Burke sobre la capacidad de la Sra. Paniccia para servir como ayudante de sheriff, Monty estaba ahí para hablar y escuchar.

—Esperar siempre es difícil, —dijo. Y lo más difícil para él, para Burke, incluso para Kowalski y Debany, era preguntarse si enviarían a una oficial joven y mujer demasiado lejos en lo desconocido, donde su nuevo jefe la aceptaría o la comería.

—Es brutal. —Jana miró hacia el arco que conducía a Aullidos, Buena Lectura.

—Ir a Bennett es una gran decisión. No será como cualquier cosa que hayas conocido. Ciertamente, no será como vivir en Lakeside. —Aunque eso era cierto, Monty se preguntó si la ciudad sería dirigida como un Courtyard con un distrito de negocios más grande.

—Lo sé. Pero es un lugar lleno de posibilidades. —Jana se rió un poco—. Me encantaban las historias sobre pueblos fronterizos y un sheriff honesto frente a los villanos que querían hacerse cargo de un pueblo que era el único lugar humano en cientos de kilómetros. Mis historias favoritas por lo general tenían una mujer decidida cautiva y ella golpeaba a uno de los villanos con una sartén y se escapaba a tiempo para avisar al sheriff.

— ¿Querías ser la mujer decidida?

—Bueno no. Quería ser el sheriff, y en mis versiones de las historias, la mujer decidida era mi hermana o prima. A veces el cautivo era un hermano que nunca había hecho otra cosa con una sartén en su vida, y a veces era un hermano que quería tener un restaurante algún día y realmente sabía cómo recorrer la cocina.

— ¿Pero querías llevar la insignia y llevar la pistola?

Jana asintió. Luego respiró hondo mientras Simon Wolfgard y el capitán Burke se acercaban a la mesa.

Simon extendió dos sobres.
—Tu carta de viaje y tu pase con la tarifa del tren están en el primer sobre. Es necesario mostrar el pase y la carta cuando se aborda el tren en Lakeside y de nuevo cuando el tren se detiene en la estación más cercana a la frontera regional entre el noreste y el medio oeste. Esa es la única manera de que te permitan cruzar a otra región. El segundo sobre tiene una carta a Tolya Sanguinati, que incluye el resumen que me diste. También incluye la dirección de la casa donde vivirás si Tolya siente que eres conveniente para ser ayudante de sheriff en Bennett. Barbara Ellen, la hermana del oficial Debany, está dispuesta a compartir la casa con otra mujer. A medida que las casas se limpian y se ponen a disposición, Tolya quiere que los residentes permanentes se muden del hotel para dar cabida a trabajadores temporales y viajeros. Si no te gusta la casa o no quieres compartir, puedes quedarte en el hotel por un tiempo.

—Tener una compañera sería genial, —dijo Jana, agarrando ambos sobres.

—El tren sale mañana por la mañana. Te recogeremos en nuestra camioneta para que haya espacio para todo lo que quieras llevar contigo.

—Gracias. —Jana aspiró—. Estaré lista.

Simon estudió su rostro.
—Tus ojos están regando y tu nariz está goteando. ¿Estás enferma?

Ella sacudió su cabeza.
—Muy feliz.

Él estudió su cara un poco más, luego se alejó.

Monty le entregó las servilletas de papel que estaban sobre la mesa. Se secó los ojos y se sonó la nariz.

—Felicidades, ayudante de sheriff Paniccia. —Burke extendió la mano.

Jana se levantó y le estrechó la mano.
—Gracias, señor, pero todavía no tengo el trabajo.

—Estoy seguro de que lo tendrá. Háganos saber cómo le va yendo.

—Lo haré.

Burke se alejó de la mesa. Monty empujó su silla hacia atrás, listo para volver a sus deberes. Cuando Jenni Crowgard corrió hacia la mesa, ambos dudaron.

— ¿Vas a Bennett? —Preguntó Jenni—. ¿Tienes un amigo por correspondencia? La Ruthie explicó lo que es. Podría ser tu amiga Crowgard y enviarte noticias de Lakeside.

Mucha emoción invertida en esto, Monty pensó mientras veía las plumas aparecer en el pelo largo y negro de Jenni.

Jana miró las plumas, luego, con esfuerzo, se concentró en el rostro de Jenni.
—Sí, voy a Bennett. Prometí escribir a Merri Lee, pero no tengo ninguna amiga Crowgard, así que me gustaría escribirte.

Jenni puso una tarjeta en la mesa.
—Esta soy yo. Cuando llegues a Bennett, puedes enviarme tu dirección. —Salió corriendo de la cafetería.

Jana miró por el pasillo que conducía a la puerta trasera, luego miró a Monty y a Burke.

—Para los Crowgard, la información es una forma de moneda, —dijo Monty, sonriendo—. Tengo la impresión por cosas que he oído últimamente que tener un amigo por correspondencia y recibir postales de otra región en Thaisia se ha convertido en un símbolo de estatus.

— ¿Tener un humano como amigo por correspondencia te da más o menos estatus? —Preguntó Jana.

—Más, creo.

—La comunicación con uno de los Crowdard de Lakeside tampoco dañara su estatus, —dijo Burke en voz baja—. Especialmente porque muchas personas en Bennett y Pradera de Oro ya tienen vínculos con este Courtyard.

Jana les dirigió una brillante sonrisa.
—Será mejor que vuelva a casa y me asegure de que todo esté listo para mi viaje de mañana.

—Has que te envíen tu correo a la oficina de correos de Bennett, —dijo Monty—.

—Lo haré.

Tess se unió a ellos, dándole a Monty y a Burke nada más que una mirada antes de concentrarse en Jana.
— ¿Estás lista para ir?

—Lo estoy.

—Nuestra minivan puede llevarte a casa. Está en el camino de acceso. El nombre del conductor es Harry.

—Gracias, —Jana se apresuró a salir por el camino de atrás.

—Bueno, —dijo Tess—. Espero que hayamos terminado con toda la emoción...por... un tiempo. —Mientras miraba hacia el arco, su cabello cambió a rojo-rayado con verde y comenzó a enrollarse—. La feria de trabajo ha terminado.

—No he venido a buscar trabajo.

La conocida voz masculina, una voz que Monty había esperado no escuchar en persona, a pesar de lo que Meg había visto en las cartas proféticas y lo que su madre le había dicho, fue como un golpe de martillo en el pecho.

—Vinimos a ver a la familia. — Un gesto a la mujer y a dos niños detrás de él—. Nos dijeron que había lugar donde podríamos quedarnos. —La sonrisa dirigida a Monty no era sincera, a menos que se tuviera en cuenta el indicio de mezquindad—. Oye, CJ.

— ¿Teniente? —La voz de Burke fue apenas audible pero una advertencia no obstante—. ¿Lo conoce?

—Mi hermano. Cyrus James Montgomery. Jimmy.

Burke dio un paso hacia el arco.
—Señor, usted tiene que irse. Ahora.

Monty miró a Tess y sintió una oleada de mareo. Algo mal con su rostro. Algo...

Desvió la vista y esperó a que pasara el mareo. Esperaba que pasara.

Un chillido desde el arco. Entonces la esposa y los niños de Jimmy se metieron en la cafetería, y Henry Beargard se detuvo en el arco, bloqueando la salida.

Monty miró a Jimmy, que todavía estaba tratando de aferrarse a su arrogancia.


—Si se va o no, no es su decisión, Capitán —dijo Tess—. Está en el Courtyard. El Wolfgard decidirá qué le sucede ahora.

27 comentarios:

  1. Uno de los capítulos más cortos pero con más información y emoción....

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  2. Este libro se pone cada vez más interesante.
    Estaré atenta a cualquier detalle que deba ser corregido, pero hasta ahora toda la traducción es excelente como siempre.

    Una duda que me quedó del primer libro: qué entendieron por palo masticable? No me quedó claro a qué parte del cuerpo hace referencia.

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    1. Palo masticable, no es una parte del cuerpo hace referencia como los perros que tienen juguetes que muerden en su mayoria son en forma de palo, por lo cual un brazo o una pierna les podrian funcionar como palo masticable, un lapiz o una rama igual.

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    2. en realidad dark wolf tiene razon porque explica q el halcon pone su mano bajo el delantal y le indica lo q es cuando meg le pregunta .....

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    3. — ¿Qué es un palo masticable?— preguntó Meg, tomando los paquetes.
       
      Él la miró por un momento. Luego puso un puño debajo de su cinturón y levantó el pulgar

      Tal cual como dice Abigail, por eso nosotras lo interpretamos así, que se refería al pene

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    4. Lo sospechaba, pero me dije: qué mal pensada jajajaja gracias por la confirmación.

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  3. Esa ultima parte me dejo al borde de mi escritorio, esto se va a poner feo. Y por otra parte no vi ningún error, todo perfecto d=(´▽`)

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  4. me mató esta parte:

    "Meg se acercó a Simon, se paró de puntillas y le lamió la mejilla. Bueno, Merri o Ruth le habrían dado un beso humano, pero a juzgar por la mirada sorprendida y complacida en sus ojos, a él no le importaba eso"

    Me muero del amor

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  5. Wow este capitulo tiene demasiada información muero por saber mas, y no vi ningún error ni en los otros capítulos, estaré al tanto :)

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  6. waaa!!no crei q se iba a empezar a desarrollar asi...esperando por mas muchas gracias y hasta ahora la traduccion es excelente ;)

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  7. Awww simón le lame la nariz a ella jajaja ya quiero ver más!!

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  8. Me encanto esta capítulo, demasiado información y suspenso que sucederá ahora?????

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  9. Más relación romántica Meg Simon siiiiiiiiiiiiii...

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  10. Como todas estoy encantada con el desarrollo del libro y deseando leer más.
    En cuanto a la corrección yo creo que cuando hablan del conejito herido deberían poner pata, ya que es un animalito, y no pierna que sería más apropiado para una persona

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  11. Ay no comentamos, pero al final los cazadores humanos de los que halaban los antiguos eran Kowalski y O'Sullivan

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    1. cierto!!solo que en vez de O´Sullivan pense que era Chris,¿el sobrino/nieto? de Nadine Fallacaro,

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    2. cierto se despejo esa incognita...la verdad no se me habia ocurrido pensar en O´Sullivan

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    3. A mi tampoco, pero viendo el perfil de los humanos, por como lo describen en realidad es el que más se ajusta al perfil cazador,

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  12. Corrección (forma correcta entre corchetes):
    "Señor. Wolfgard. —La mano de O'Sullivan se alejó del arma. Bajó las escaleras, sus pasos rápidos y ligeros—. No sabía que eras [era] usted." Habría que quitar el punto tras "Señor"

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  13. "La comunicación con uno de los Crowdard de Lakeside tampoco dañara [dañará] su estatus,"

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    1. En esa frase debería poner "Crowgard" y no "Crowdard"

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  14. "Has [Haz] que te envíen tu correo a la oficina de correos de Bennett, —dijo Monty—." La raya del final sobra, ya que no hay diálogo a continuación

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